MI NOVIO ES UNA MENTIRA *Completa*

46. CUIDANDO UNA MASCOTA

ANDREW POV'S

— ¡Feliz día de San Valentín! Lo hice con chocolate amargo. —Mencionó Erika con regocijo mientras esbozaba una sonrisa característica de ella.

—Ah, gracias. —Mencioné mientras tomaba con una mano la pequeña caja de color azul ornamentada con corazones rosas.

—Qué mala actitud. —se burló Ian de forma sonora.

— ¿A quién le darás chocolates Mady? —Le preguntó Erika mientras Ian recuperaba su compostura.

—Solo a mi padre y a mi hermano menor. —Respondió.

— ¿Mady me darás algo a mí? Esperé esto todo el año. —Mencionó Ian apoyando su brazo en los hombros de Mady. Aunque ella se alejó.

—Eso es innecesario ¿No recibiste ya muchos chocolates? —Reprendió Madison alejándose aún más de Ian.

—No, no tanto comparado con el año pasado. Puedo guardar un par más en mi morral. —Hice caso omiso al comentario de Ian, así que entré a un Minimarket y me dirigí al pasillo de Aseo. Decidí nuevamente ignorar sus preguntas hasta encontrar el objeto que estaba buscando; Aerosol neutralizador de olores.

— ¿Tienes mascota? ¿Cuándo? —Inquirió Erika sorprendida al ver el aerosol que sostenía.

—No. —Espeté.

—No me digas que crees que Erika huele mal. —Se burló Ian nuevamente haciendo que Erika lo fulminara con su mirada y se cruzara de brazos. En cierta parte el comentario me causó gracia aunque no lo evidencié.

—Un perro. Estará en mi casa por 10 días. —Mencioné dirigiéndome a la caja para pagar el producto. —Mi hermana y madre se irán de vacaciones, estaré cuidándolo temporalmente por una semana. —Anna adoptó un perro y cuando viaja suele dejarlo donde madre, pero esta vez ambas se irán de vacaciones... A no sé dónde y tampoco me importa. Siendo breve tengo que cuidar a un perro que destrozará mi casa e impregnará todo su olor.

—¿Tienen un perro? —Inquirió Erika. Después de todo cuando las visitamos, Anna no lo tenía.

—Adoptaron uno después. —Respondí.

—¡Qué envidia! Mi padre odia los perros. —Refunfuñó como si cuidar a un perro fuera algo satisfactorio. Joder. Desearía que Anna me dejara fuera de todo esto.

—Algo como cuidar perros es algo molesto, al menos que sea por un tiempo breve. —Murmuré esperando en la fila de la caja.

—¡Ah! —Exclamó Ian. Suponiendo dirá algo que carece de cualquier sentido de inteligencia. —Eso es cierto, Andrew es alguien que no podría cuidar de una mascota. Él ahora tiene a Erika. —Mencionó en forma de burla haciendo que Erika formara nuevamente un mohín con sus labios. Siguieron diciendo un par de estupideces pero decidí ignorarlos...

¿Un perro? Solté un suspiro de resignación. Ellas hubieran contratado a un cuidador personal para su perro o también está la opción de una perrera.

(...)

Esperé a Anna y madre en el aeropuerto quienes me entregan una jaula rosa acolchada de felpa y brillantina. Parece más un bolso que una jaula para perros. Recibí todas las advertencias de Angelique, desde sus cuidados hasta sus horas de comidas o cómo el clima de Cardiff puede ocasionarle Pulmonía canina.

En resumen el perro se llama Sunny y es propensa a todo tipo de enfermedades.

Cargué la caja con rejas (Por más decorada que estuviera seguía siendo eso) Y tomé un taxi, no sin antes hacer caso omiso a los comentarios de la gente puesto que cargaba la cosa más llamativa y vergonzosa que un hombre podría traer en sus manos.