51. ENFERMANDO

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ANDREW POV'S


ERIKA: Lo siento, llegaré un poco tarde :(

Bloqueaba y desbloqueaba mi celular repetidamente esperando que Erika cruzara la entrada del café. Ella insistió toda la semana en vernos en el plan de "Últimamente no hemos tenido una cita" Apoyé mi espalda en el asiento y acomodé un codo en el espaldar de este suponiendo que la tonta se ha perdido y tendré que esperarla un rato más.

— ¿Estas solo? ¿No quieres compañía? —Desvié mi vista hacia una chica que comenzó a arrastrar levemente la silla al frente de mí.

— ¿Podemos sentarnos contigo? Podríamos conocernos mejor. —Murmuró otra chica al lado de la primera mientras desabrochaba un botón de su camisa rosa.

No de nuevo.

—Ustedes no deciden si estoy solo o no. —Espeté sin humor. —Me encuentro perfectamente bien sin necesidad de escuchar sus estupideces. —Bramé moviendo mi mano tal cual como lo haría una persona para ahuyentar a un perro. —Si ya lo entienden pueden irse. —Las mujeres intercambiaron miradas y se resignaron a marcharse.

—Un simple "No gracias" hubiera sido suficiente. —Refunfuña la primera antes de marcharse completamente. Cerré mis ojos mientras cruzaba mis brazos en espera de Erika. Si ella no viene en los próximos 5 minutos me iré y no me importará si ella en algún momento se digna en aparecer.

Esta es la tercera vez que una mujer se me ha acercado en los últimos 20 minutos, y personalmente estoy llegando a mi límite. Obviamente antes eso no me habría molestado en lo absoluto, sin embargo, ahora es sencillamente diferente.

—Lo siento Andrew. —Aun con mis ojos cerrados escuché el chillido de la silla al ser levemente arrastrada, abrí paulatinamente mis ojos reconociendo esa voz, pero me sobresalté al verla.

Se ve terrible.

— ¿Acaso corriste una maratón? —Inquirí irónicamente mientras me acomodaba mejor y la observaba detenidamente. Su colorada tez ha sido remplazada por un albino color, su suave piel está iluminada por las gotas de sudor que comienzan en sus cienes y recorren su mejilla y cuello, su cabellera es una maraña de cabello castaño que bien parecía una melena de matorral, además sus respiraciones irregulares me inquietan.

—No precisamente, solo...—No pudo continuar ya que al levantarse tambaleó y antes de caer me levanté vertiginosamente logrando sostenerla antes del impacto. Al sentir mi piel contra su húmeda dermis comprobé su alta temperatura.

Tiene fiebre, fue mi primer pensamiento.

— ¿Tienes fiebre? —Aun así pregunté a pesar de conocer la respuesta.

—No, estoy bien. —Intentó negar aunque era natural que conociera la respuesta. Se sentía en pésimas condiciones pero conociéndola quiere estar en un "cita" aun sí debe descuidar su salud. Su terquedad no conoce límites.

—Te llevaré a casa. —Espeté en orden mientras sujetaba su muñeca en temor de que de nuevo perdiera su equilibrio. —No voy a salir con una persona enferma. —Mencioné mientras la arrastraba del lugar. A Erika le dificultaba caminar y a simple vista parecía que si no la sostenía chocaría contra algo o simplemente se caería.

—Pero estoy muy bien.

— ¿Por qué viniste? —Espeté nuevamente mientras la halaba hasta la calle principal para llamar a un Taxi. Hoy decidí no traer el auto, trae consigo demasiados problemas y llama exageradamente atención que en definitiva no me agrada. Últimamente lo he estado usando de más y sinceramente no atesora buenos recuerdos, he pensado en venderlo y comprar un carro un poco más sutil y menos llamativo, iniciaré en su color, un azul metálico es demasiado chillón y bullicioso. Además pronto comenzaré mis periodos de práctica en el hospital y no sería adecuado llegar con un auto azul metálico deportivo... Eso inspira demasiada irresponsabilidad y en este último tiempo he tratado de reivindicar toda esta mierda.

MI NOVIO ES UNA MENTIRA *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora