parte 5

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-Muy bien, chicos, volver a vuestros sitios. Otra vez todo.- nos mandó Dan dando palmadas.
El Domingo se me estaba haciendo terriblemente largo. Entre que había estado toda la mañana estudiando y, por la tarde, estaba ensayando en el Tour de Luke, me daba la sensación de que mi cabeza explotaria en cualquier momento. Estábamos ensayando para la actuación que tendríamos el martes en la plaza mayor para promocionar el concierto de Luke. Allí debíamos de bailar algunas de las canciones que él cantaría en el concierto. Él no podía cantar allí en directi, ya que, si no, deberíamos cobrar entradas a los espectadores y entonces ya no sería una promoción. 

Dan nos ponía rígidos ante cada movimiento y nis ponía en nuestro sitio, incluso si estábamos a centímetros de nuestro sitio. Era muy estricto, perfeccionista, y, aunque era excesivo,  me gustaba que lo hiciera. Ya que cobrabamos una pasta cada mes, debíamos hacerlo lo mejor que podíamos.
Muchas de mis compañeras estaban algo decepcionadas por no poder volver a ver a Luke desde la prueba, aunque yo estaba más tranquila así. 

Su dura mirada había marcado en mis sueños y su sonrisa eductora me dejaba sin aliento incluso inconsciente. No quería aceptarlo. No quería aceptar que Luke me parecía guapo, seductor e incluso imponente, porque no quería que nadie llegara a mi corazón sin oportunidad de que saliera bien. Yo siempre había sido una ingenua, y no quería volver a caer en lo mismo.
-Buenas.- apareció Luke desde detrás de las cortinas. 

Enseguida se movieron mis compañeras e hicieron lo que Dan intentaba conseguir durante una hora entera, que se pusieran rectas y concentradas.

Luke juntó las manos, dando una palmada.

-Bueno, se que no hace falta que me presente, pero lo voy a hacer por educación. Bienvenidas a todos y a todas, soy Luke Cooper, quien va a poner música par que bailéis y os luzcáis en el escenario. Quiero explicaros porque he contratado a tantos bailarines. Este año quiero hacer una gira diferente, una gira que no se centre solo en mí, sinó en lo que hace mi música y lo que puede crear, bailes preciosos que cada uno va a crear por su propia cuenta.-Dan carraspeó, contrarriado por lo que Luke estaba diciendo, pero Luke le ignoró.- Bien, os asignaré a cada uno de vosotros los bailes, habrán solos, dúos, equipos e, incluso grupo.- 

Se levantó una oleada de barullos de parte de mis compañeros, todos deseosos de ser la persona que hará el solo. La verdad es que a mí también me había impresionado. No me podía imaginar a mi misma delante de millones de personas y abriles mi corazón bailando mis emociones, simplemente para mí era difícil de imaginar.

-Para decidir quien hará cada cosa, pasaréis todos por una prueba, que será coreografiar un baile y presentarlo ante mí con las canciones que os asignaré.

Ya habíamos acabado el entreno, y estábamos cambiándo-nos en el vestuario. Con una sudadera ancha de oxford y unos pitillos oscuros y estaba lista. Cuando salí al pasillo, Chris me estaba esperando.

-¿Qué música piensas presentar para las pruebas?

-Aún no lo sé. No había pensado en ello.

Chris, caballerosamente, me cogió la mochila y la cargó hasta llegar a su coche.

-Por cierto, el dúo tiene que ser nuestro.- me dijo muy contento.- No hay nadie que se compagine mejor que nosotros dos. 

Entramos en el coche.

-Acepto. ¿Qué haríamos? ¿Una lenta o una rápida?

- Yo creo que la lenta emocionará más al jurado. Les haremos llorar.

Me reí y apoyé mi cabeza sobre el hombro de mí mejor amigo. Lo mejor de él era su seguridad en sí mismo. Él se proponía metas y acababa consiguiéndolas gracias a su esfuerzo, no me imaginaría alguien mejor con quien bailar.

-Oye, que ya hemos llegado...- me susurró Chris al oído.

Me había quedado dormida durante el corto trayecto hacia casa, pero es que estaba tan cansada...

-Si, garcias.- bostecé.- Es que tengo un sueño...

-No me extraña, Dan nos mete caña. Anda, entra y descansa, que mañana es el día de la promoción del concierto y no nos podemos permitir ir con ojeras.

Salí del coche y, cuando entré en mi cuarto, me desplomé sobre la cama.

¿Quién está despierto un Sábado a las ocho de la mañana? Pues nosotros. Nos habían reunido en unos camerinos cerca de la plaza en la que bailaríamos, que la habían adornado con una pancarta enorme sobre el concierto y unas flores rojas. El vestuario consistía en unos vestidos de plumas curradísimos de color blanco, gris y negro, en ese orden desde el pecho hacía las puntas del vestido. Nos habíamos dejado el pelo suelto y llevábamos unas zapatillas de jazz de color carne. Todo eso lo había pagado el productor, y la verdad era que era impresionante.

La coreografía era increíble, mezclaba el break dance con algo de contemporáneo e incluso de danza clásica. Dan se lo había currado, era un profesional. Dan apareció por la puerta dando unas palmadas.

-Bien, chicos. Ya está todo listo. Hacerlo igual que los ensayos y saldrá fenomenal.

Salimos en orden, pero antes de que saliera por la puerta, Luke me llamó.

-Cassandra, ven un momento.

¿De donde había aparecido? Él no estaba allí hacía unos minutos. Me acerqué a él.

-Luke, tengo que salir, va a empezar.

-Si, bueno... Quería desearte suerte. Y, sobretodo, decirte que sobre lo del la prueba para hacer el solo... Preséntate. Me encantaría que tu fueras una de las bailarinas solistas.

-¿Yo? No hombre, elige a cualquier otra. No puedo con tanta responsabilidad. Yo te aconsejo que pilles a Clara, ella tiene experiencia haciendo solos delante de mucha gente, a ella la contrataron en diez conciertos de diferentes cantantes.

Clara tenía un par de años más que yo, y era de las que mejor me caían de todo el grupo. Era amable, sencilla y educada. Algo cotilla, eso si, pero te daba cercanía.

-Te prometo que me lo pensaré, pero a cambio solo te pido que lo pruebes.

Le miré dudosa, pero acepté, asintiendo con la cabeza.

-Y Luke, gracias.

Le sonreí y salí hacia la pista de baile.

Se había llenado de gente muy deprisa, y la plaza estaba rodeada de niños y padres, parejas y adolescentes esperando a que saliéramos. Empezó a sonar la música, y cada uno salimos en nuestri orden. Una de las cosas por las que bailaba era por la sonrisa que se veía reflejada en cada una de las caras que me miraban el baile, por que, por mucho que estuvieras enfadado, triste o angustioso, tus sentimientos podían cambiar con tan solo bailar o verlo hacer. Porque, por muy poco dinero que tuvieras, o muchos problemas, bailar era gratuito, saludable, cómodo y agradable.

 Porque, por muy poco dinero que tuvieras, o muchos problemas, bailar era gratuito, saludable, cómodo y agradable

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Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora