Parte 12

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Tras todo el evento, Luke volvió a la alfombra roja, para contestar a las preguntas de los periodistas. Esta vez no iba cogido del brazo con Kira, sino que iban por libre, aunque ella lo había intentado varias veces. Yo llevaba una estúpida sonrisa en el rostro.

-¿Qué te pasa ahora a ti?- dijo Chris a mi lado.- Antes parecía que querías matar a alguien. Esperaba ayudarte a hacerlo.

Me reí y negué con la cabeza.

-Solo que he cambiado de idea.

-Me alegro.

Vi a Luke acercarse a una periodista de una revista del corazón adolescente. La mujer iba engullida en un vestido de tubo hasta la rodillas de color negro y el pelo rubio hacia un lado. Fruncí el ceño al darme cuenta de que Luke nunca ofrecía entrevistas a ese tipo de revistas.

-¡Que magnífico evento! Cuánto tiempo lo lleváis preparando?

-Hemos estado trabajando duro desde Septiembre del año pasado, han sido seis meses de duro trabajo y esperamos que les guste a todo el mundo que venga a vernos.

-Claro que nos gustará. Y que tal con Kira? Algún día nos la presentarás cómo a tu novia?

Puse los ojos en blanco al oirlo. Demasiado directo. Esa entrevistadora solo quería sacarle información sobre su vida privada. Nunca le daría información así, o eso creía yo...

Chris soltó una carcajada.

-¡Kira es mi amiga! La posición de novia ya está ocupada.

Los periodistas, las fans y sobretodo yo nos quedamos pasmados. Todos los micrófonos se dirigieron a Luke, por si daba más información de la que les había proporcionado. Pero en de vez de eso, se giró y caminó hacia donde estaba Dan con lo guardas esperando para llevarle con coche a su casa.

Notaba mis mejillas rojas. Con tan solo pensar que sospechaban de que yo era aquella chica con la que Luke mantenía una relación. Sentía como si me estubieran mirando todo el mundo, cosa que no era verdad...

Mi móvil vibró y, cuando desbloqueé el teléfono, vi que Luke me había enviado un mensaje.

<<Te espero en la puerta trasera. Tengo una sorpresa para tí.>>

Me emocioné enseguida.

<<¿Qué es?>> Respondí.

<<Ven>>

Sin pensarme-lo dos veces, me acerqué a Chris, pillándolo comiendo, y le hablé.

-Chris, voy a volver con una amiga, no hace falta que me lleves.

Chris se giró y me miró, con dos canapés en la boca. Mira que él comía mucho, pero tenía una tableta de mil demonios.

-Yo ya he acabado.- dijo soltando migas por todos lados.- Si quieres voy con vosotros.

-No! Osea, no pasa nada.-le dí un beso en la mejilla - Adiós, y acaba de disfrutar la noche.

La puerta trasera me llevó a un callejón oscuro.
-Luke?- No hubo respuesta.-Luke...

Alguien me cojió por detrás y me elevó al aire, abrazándome y dando vueltas conmigo en sus brazos. Luke me sonreía y se reía.

-Me has asustado, Idiota!- le cogí del cuello y le besé.

-Venga, tenemos un coche esperándonos.- me dió un casto beso y me cogió de la mano.

Un coche negro, con las ventanas tintadas, estaba esperándonos en la esquina de la calle. Luke me abrió la puerta y entré. Él se sentó a mi lado, cogiéndome de nuevo la mano. Miré nuestras manos, encajando perfectamente. Sus dedos, más largos ya algo más gruesos que los míos, acariciaban mi piel clara, dejando pequeños cosquilleos agradables. Apoyé mi cabeza en su hombro y emití un largo suspiro. Él me dió un pequeño beso en el pelo.

-¿Cansada?

Asentí.

Poco a poco, con el leve movimiento que hacia el coche, cerré los ojos, dejando que una sensación de pesadez se propagara por mi cuerpo.

-¿Cass?- Un beso aterrizó en mi entrecejo.- Venga, preciosa, ya hemos llegado.

Refunfuñé, removiéndome un poco.

-Tienes que ver esto.

Abrí los ojos y me encontré con el rostro de Luke a escasos centímetros de mi. Sonrió al verme despierta y me dio un pequeño beso en la boca. Habíamos parado, y la puerta por la que Luke estaba asomado me mostraba lo tarde que se había hecho. Se oía el mar, las olas rompiendo contra piedras y el aire soplando con calidez.

Cogí la mano que Luke me había tendido y me salí del coche. Efectivamente, estabamos en el puerto. Dejamos el coche atrás, mientras Luke me cogió del la cintura para guiarme por la pasarela de madera, en la que yates, barcos y motos acuáticas estaban amarradas con grandes cuerdas. No llevaba los tacones, ya que había decidido sacármelos en el coche para estar más cómodas y allí de habían quedado. Mientras caminábamos, mi largo vestido me tapaba hasta los pies, de manera que cuando daba cada paso, solo llegaba a ver mis dedos sobresalir de la tela. Como única luz, hasta aquel momento, solo había estado la Luna, hasta que aparecieron unos pequeños farolillos que reseguían el pasillo y que acababan en un barco blanco, también iluminado por otras lucecillas más pequeñas.

-¿En que piensas?- dijo él, ahogando los sonidos del mar.

-En que si piensas raptarme y pedir dinero a cambio de mi liberación o si directamente me atarásw una piedra a la pierna y me tirarás al agua para que me ahogue.- bromeé, más despierta.

Él se rió y me dió un breve beso.

-Me gutaría raptarte y atarte, pero a mi cama.

Me cogió de la cintura y me hizo parar de golpe, a su lado.

-Llevamos saliendo un mes, y este,... este es mi regalo para tí.- dijo mirando al gran barco mencionado antes.

Era precioso, y empezé a notar la música que salía de dentro de él. Era suave y tentadora. el barco parecía tener dos niveles, con su suelo de madera y un par de escotillas a cada lado. Un panel gris unía el barco con la tierra, esperando a que nosotros nos subiéramos a él.

-Es precioso... - me quedé sin palabras.

Me cogió de la mano y me ayudó a subir a bordo.

-Un amigo mío nos llevará a hacer una ruta. ¿Tienes hambre?

-La verdad es que no.

Luke entró en la primera puerta que nos llevó directamente a la cocina. Todos los muebles eran de un blanco resplandeciente, todo muy fino y elegante. De la nevera, Luke sacó una botella de vino que parecía bastante vieja. Cogió dos vasos de cristal de una estantería y abrió el vino para servirme la copa. Se movía por el barco como si llevara allí toda la vida, como si estar en medio del mar fuera su naturaleza. Subimos por una escalera que nos llevó a parar a una pared de madera adornada. Se giró para mirarme a los ojos intensamente. Parecía nervioso.

-No hay prisa, ¿De acuerdo?.- me cogió la cara entre sus manos, acunándome.- Yo tengo ganas, pero no te meteré prisa.- unió sus labios a los míos, lentamente.



Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora