parte 14

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No reaccioné ante lo que Luke acababa de decir. En vez de eso, giré la cabeza hacia las paredes de cristal y me quedé mirando el agradable paisaje.

¿Que me quería ? Joder. Llevábamos apenas un mes juntos, ¿se puede querer a alguien al que conoces en escasas semanas? Porque yo aún no sabía clasificar lo que sentía por él. A ver, me gustaba mucho, eso estaba claro, pero querer querer...

Luke rodeó de nuevo mi cuerpo con sus brazos y acercó su alentó contra mi pelo. El suave cosquilleo me despertó de la situación. Giré sobre mí y le miré, intentando explicarme, pero Luke puso su dedo en mis labios para callarme.

-No te preocupes por eso. Solo lo he dicho para quedarme tranquilo, porque necesitaba soltarlo.- acarició mi mejilla, cosa que hizo que me derritiera bajo si mirada.

Me quitó un gran peso de encima, y más cuando dijo que no tenía prisas, y que me esperaría.

-Gracias- le dediqué una de mis mejores sonrisas y le besé.- Y a dónde vamos a ir hoy?

-Yo pensaba en quedarnos un rato aquí.- dijo provocador.

-Luke... Me duele un poco.

Me miró y lo comprendió enseguida. Me dió un beso en la frente y se levantó.

-Primero desayunaremos, y ya veremos lo que haremos después.
Me levanté de la cama, y busqué, en ropa interior, mi vestido del día anterior. Pero en vez de encontrarlo, topé con un vestido veraniego blanco. Me lo puse y miré la cama. Luke entró en la habitación, quedándose detrás de mí.

-Te gusta?

- Bueno, si me estirara en la cama, me camuflaría con las sábanas.

-No, ahora no. Están manchadas de sangre, recuerdas?

Puse cara de asco y seguí a Luke para desayunar.

Luke me había preparado una gran mesa llena de comida, a la que no me puse negar.

Después de aquello, Luke me llevó de la mano hacia fuera del barco. Las velas habían desaparecido, y todo estaba limpio y ordenado.

Tom, el chófer, nos esperaba con el elegante coche de Luke. Nada más verme me sonrió y abrió la puerta para que entráramos. Durante cinco minutos que estuvimos hablando dentro del coche, el cual pasaba por calles y calles repletas de gente.
El coche paró delante de una escuela de música . Miré de reojo a Luke, que esperaba mi reacción.

-¿Qué hacemos aquí?

Él se pasó la mano por el pelo.

-Bueno, yo me infiltré en una de tus clases de baile, así que, para equilibrar la balanza, yo dejaré que me veas ensayando.

-Verte ensayar...? Si está cerrado.

-No para mí.

Sacó una llaves del bolsillo de u chaqueta y creció en su rostro una gran sonrisa.

Tom nos abrió la puerta del coche y salimos de él.

Fuimos a una puerta trasera de la escuela, y Luke la abrió, como si lo hiciera todos los días. Entramos y nos encontramos en una habitación a oscuras.

-¿Luke? Donde estás?

Enseguida se encendieron las luzes.
Delante de mí apareció un gran piano de cola, con partituras a su alrededor. Luke se sentó en la silla y empezó a tocar. Una suave melodía inundó el lugar, y lo hizo todo más cálido y agradable.

Embriagada por aquellas notas de piano, pasee por la clase, indagando un poco más en ella. Allí habían fotos de Luke rodeado de niños, y un título en el que certificaba que la escuela conseguía dinero proveniente de la ONG de Luke.

-Esta escuela me salvó la vida.-dijo él,detrás de mí, sin dejar de tocar- De pequeño, mi padre no trabajaba y mi madre era asistenta.- Dejó de tocar la melodía que había empezado a sonar más decaída.-A los diez años, el profesor de canto contrató a mi padre y, tras oírme cantar, decidió darme una beca para estudiar aquí. A partir de aquel momento todo fue a mejor.

-Ya lo veo.

Me senté a su lado, en el banco, y le besé en la mejilla.

-Hace dos años, está escuela iba a irse al garete, ya que la estructura del edificio era antigua. Pagué la reconstrucción y todo lo que ves aquí, no quería que niños como yo se quedarán sin la oportunidad que había tenido yo.

Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora