CASS
El timbre sonó por toda la casa, hasta mi habitación. Me revolví entre las sábanas y seguí con los ojos cerrados esperando a que abrieran mis padres, ya que su habitación era la que estaba en la planta baja. Pero el timbre resonó de nuevo. Me desenredé las sábanas de mala gana y ni me paré a verme en el espejo antes de bajar por las escaleras y abrir la puerta. Tras ella estaba mi hermana, Alex, con un chico a su lado. Se me pusieron los ojos como platos y, tras un momento de confusión, me lancé a sus brazos. Alex se rió y me abrazó muy fuerte.
-¿Que haces aquí? ¿Cómo...?- murmuré en su hombro sin querer soltarla.
-Estamos en vacaciones,¿recuerdas? Y os echaba de menos.- depositó un pequeño beso en mi pelo.- deja que te vea.
Me separó de ella y me miró de arriba a abajo. Sus ojos se enternecieron al ver el pijama que había heredado de ella hacía ya un año, un pijama de manga corta y pantalones cortos de color azul. Ella en cambio iba muy bien arreglada, con su vestido veraniego favorito, unos altos tacones y el pelo suelto. Llevaba una maleta grande a su lado, cosa que me alegró. Dirigí mi mirada al chico que seguía de pié a su lado, esa vez un poquito más atrás.
-Él es Aaron Colin, mi...- se giró y le miró con los ojos entornados.- ¿Novio?
El asintió y se acercó la poca distancia de privacidad que había puesto entre nosotros, y me dio dos besos en las mejillas.
-Había pensado en pasar aquí unas semanas, os echaba tanto de menos.- y me vuelve a abrazar.
Entramos en casa y, mientras Aaron iba metiendo sus cosas en la habitación que compartirían él y Alex, nosostras nos fuimos al comedor.
-¿Como estás? Mamá me explicó lo que pasó... Lo siento mucho.
Sen sentó en el sofá y hizo un hueco para mi. Cogí las tazas de chocolate que habíamos preparado y me acurruqué en la esquina del sofá.
-Estoy bien.- vi en sus ojos que estaba indecisa.- Bueno, se supone que tendría que estarlo. Han pasado casi dos meses ya, ¿Cómo tengo que sentirme? Seguramente él ya ni se acordará de mí.- le dí unas vueltas al humeante chocolate.- Parece tan feliz con ella...
-Yo no lo veo así. Tu no te das cuenta, pero yo sé que no es el mismo.
Puse los ojos en blanco y negué con la cabeza.
-Bueno, no lo conozco tanto como tu, pero yo lo veo.
Dejé que el silencio dominara la conversación durante al menos cinco minutos mientras le daba vueltas a lo que me acababa de decir. Durante mucho tiempo estuve pensando en como se sentía él , en que no me echaba de menos, pero nunca creí que lo nuestro le habría afectado lo más mínimo. Y, aunque me hubiera creído que él me echaba de menos, no habría cambiado nada. Luke había tomado su decisión por varias razones, y esas razones superaban al amor que él sentía por mí.
-Oye, no quiero que te pongas triste.- me cogió las manos entre las suyas.- He venido a pasar un buen rato con la familia, pero también quiero veranear un poco. Y me he informado: Hay un festival en la playa gratis.- me miró a los ojos intensamente esperando mi respuesta.- ¡Gratis!- volvió a repetir para darle énfasis.
Me reí a carcajadas, y la sensación de lamentación desapareció.
Alex me prestó uno de sus vestidos, como tradición ya, y me peinó y maquilló mientras Aaron permanecía viendo la televisión a nuestro lado. Alex hacía un papel de hermana mayor que era imprescindible para mí en aquellos momentos, me escuchaba, daba su opinión y me regalaba abrazos cuando veía que los necesitaba. Elegimos unas chanclas que había guardado al fondo del armario, ya que, según Alex acabaríamos por volver descalzas de la playa, y una chaqueta negra completaba el conjunto. Ella también tuvo tiempo para ponerse guapa: cola alta, mini vestido con bikini debajo de él ( como yo ) y otro par de chanclas.
Nos subimos al coche de mis padres, quienes nos habían enviado un mensaje diciendo que habían ido a comprar la centro, y Alex fue la que se ofreció a conducir. Aaron se sentó en el asiento del copiloto y yo me senté detrás. Alex me contó todo lo que sucedía en la ciudad, me dijo las temáticas que habían elegido cada grupo de Arythmic, las músicas y los solistas que acudirían al campeonato que teníamos a la vuelta de la esquina. Me contó como se habían conocido ella y Aaron, solo había transcurrido una semana de nuestra mudanza cuando, ella de fiesta con sus amigas, empezó a hablar con él, el camarero. Y, casualidades de la vida, cuando volvieron a toparse fue cuando él llevó a su hermana pequeña a baile y se encontró con que Alex era su profesora.
Discutieron unos minutos, mientras se reían, sobre quien había empezado a dar el primer paso. Me reí con ellos, y me alegré de que mi hermana hubiera encontrado a alguien tan perfecto: era un chico alto, moreno, con ojos marrones y, tenía muy buen gusto por la ropa. Tenía una gran sonrisa que dejaba unos pequeños hoyuelos en las mejillas, y por como la miraba, estaba segura que él estaba completamente enamorado de ella.
Alex aparcó dando un gran frenazo que hizo que nos sacudiéramos hacia delante. Habían cientos de coches aparcados allí, de todos los colores y tamaños. La gente venía y iba con botellas de alcohol bajo el brazo y varas fluorescentes. Todos iban en la misma dirección, hacia el inmenso terreno de arena, con escenario incluido, y hasta había gente metida en el mar. Alex nos arrastró hacia el centro de la masa de gente, y hasta, con su insistencia, consiguió llevarnos delante de todo. La gente nos dejaba pasar por lo mal que iban, unos olían a cerveza y otros a whisky, a ron o vodka.
Durante la primera hora que permanecimos ahí el Dj nos puso todo tipo de música, nos hizo bailar y, por primera vez en mucho tiempo, me sentí desahogada, libre, bailé sin pensar y me lo pasé de miedo, Alex bailaba con Aaron y conmigo, alternativamente, pero cuando un chico que estaba a mi lado se puso a bailar conmigo, no le dije que no. No sabía el nombre de aquel chico, ni de donde era ni cuantos años tenía, pero no pensé en preguntárselo tampoco. No me interesaba, solo quería pasármelo bien.
A la hora hicieron una pequeña pausa para adaptar el escenario para el siguiente artista, quitaron la mesa de mezclas, y la substituyeron por una batería, dos guitarras y un micrófono. La gente se tomó aquel momento para beber más de sus botellas y flirtear. Yo me giré, estando de espaldas al escenario, para hablar con Alex y Aaron, quienes dejaron de manosearse al momento. No reímos bajito de unos hombres borrachos que bailaban al son de una música sonando solamente en su cabeza, se chocaban entre si y, si alguno se caía, se reían de él mientras que el otro intentaba levantarse.
Y entonces empezó a sonar.
Una melodía demasiado familiar.
Demasiado lejana.
Demasiado dolorosa.
Alex puso los ojos como platos. La gente empezó a empujar para avanzar. La gente nos apretujaba. Los chillidos de adolescentes aumentaron.Mi respiración se entrecortó .Su voz sonó a través de los altavoces. Mis manos temblaron.
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Holaaaaaaaaa Siento dejaros así, pero en nada subiré el siguiente capítulo. Tomaros esto como un pequeño adelanto :b
Yo practico tres modalidades de baile, y si, mi vida es bailar, y quería compartir con vosotros la que más me gusta.
Se llama twirling baton, y está poco reconocido, así que aquí os dejo un vídeo para que veáis de que se trata.
Esta chica se llama Juliette Tanguy y es francesa y... me encanta:
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Un baile de dos
Teen FictionCass, una gran bailarina, busca cumplir su sueño de trabajar profesionalmente en el mundo del baile. En su camino se cruza alguien que empuja su carrera al estrellato, y se lleva su corazón. El famosísimo Luke, cantante y actor, se enamoró de su nue...