Tomábamos un trozo de pizza cada uno mientras compartíamos una lata de coca cola.
-Creí que eras más pijo que esto.- confesé.
Él me miró y hizo una mueca.
-Si, supongo que la gente tiene diferentes expectativas de mí.
-Y lo siento.
-No, no pasa nada... Sino mira todas las revistas y periódicos en los que aparecen mi cara...Supongo que entra en el pack.
-Aún así es injusto, nadie merece ser juzgado así.
Luke cogió mi cara entre sus manos y me besó tiernamente en los labios.
-De verdad, no pasa nada.- volvió a besarme.- somos personas, y nos equivocamos.
Sonreí contra sus labios, guardando cada detalle de aquel momento inolvidable. Sus ojos brillaban con el reflejo de la luna y sus labios rozaban los labios tal que a seda. Acariciaba mi mejilla lentamente, imnotizánome.
-Sabes muy bien.- me susurró.
-Mi pizza es de queso, me encanta el queso.
-Mi ratita...
Le dí un manotazo en él hombro.
-Yo no soy eso! Que asco.
- ¿Me has pegado?- dijo sonriendo.
-¿Qué? No... -Luke me cogió de la caderas.- No Luke.
De repente me alzó del suelo y, esquivando mis manotazos, caminó hacia el agua. Chillé, pero con la música no se me escuchaba mucho.
-¡Luke! ¡Suéltame!
Se adentró poco a poco en el agua, mojando el bajo de sus pantalones.
-¡No quiero mojarme!
-Pero si llevas el bikini.
Y me lanzó al agua.Nadé hacia la superficie, apenas había tomado una bocanada de aire cuando ví a Luke riendo. Sonreí, amenazadoramente, y salté a por él.
Me esquivó y volví a caer en el agua. Luke, al ver que no salía, me cogió de los hombros y me levantó. Aprobeché y colé mi pié entre sus piernas para hacerle la trabanqueta y se cayera. Y lo pillé tan desprevenido que cayó al agua con la boca abierta.
Surgió de nuevo, se pasó la por el pelo, dejándolo en punta, y escupió el agua que sin querer había engullido. Buscó sus gafas de sol, que las encontró en segundos, ya que no era muy profundo, y se las puso.
-No sabes con quien te has metido.- dijo, riéndose.
-Tu tampoco.
Corrió hacia mí y me levantó de la arena, besándome. Su sabor, salado por el agua del mar, se mezcló con el mío. Notaba en mis dedos su mojada camisa y su cabello goteando encima de ella. Subí mi mano, sabiendo que el beso iría para largo, y le cogí del pelo. Mis dedos rozaban su cabeza, dándome un masaje entre los dedos, mientras que Luke me tenía bien sujeta por el estómago. Rodeé sus caderas con mis piernas y acerqué mi cuerpo aún más a él. Quería sentir su pecho, la calidez que me daba, la pasión y tranquilidad que curiosamente me entregaba. Notaba las maripositas moviéndose en mi vientre, animándome a seguir con aquella locura.
Tenía ganas de verle, de ver sus sentimientos, y la única fuente para llegar a verlo era su mirada.
-Quítate las gafas, por favor... Me encantan tus ojos.
Levanté las manos para hacerlo yo misma, pero él me paró.
-Nos podrían ver, me podrían ver. No quiero que nos estropeen la velada. Es perfecta, contigo.- Dijo tiernamente.
Deslizé mis piernas hacia abajo y poco a poco me fue dejando de pie en la arena. Me molestaba mucho que no pudieramos tener intimidad, que en cada segundo, Luke tuviera que estar atento para poder salir tranquilo a la calle, con alguien. Una vida tan controlada, tan disciplinada, tan...
-Oye.- subió mi mentón.- No te preocupes por ello, tendrás que acostumbrarte a esto cuando estemos en público.
Asentí con la cabeza y me puse en puntillas para darle un beso en los labios.
-Se nos ha hecho tarde. Vayámonos.
Luke me llevó de vuelta a mi casa. Nos despedimos en la esquina, con un largo beso, y se fue con la moto.
-La clave del éxito es trabajar, trabajar y trabajar. Así que no quiero ver a nadie haciendo el vago. Aquí os dejo la lista con los resultados de la prueba. Allí podréis ver quien se ha esforzado para cumplir su meta.-Brad puso una hoja de papel en el corcho que estaba al lado de la puerta.
La prueba nos había salido niquelada. Chris y yo hicimos un gran dúo sin ninguna falta, como siempre.
Todos nos acercamos y empezamos a buscar nuestros nombres en las listas. Lauren se había ganado uno de los solos, y parecía muy contenta, restregándoselo a las demás en la cara. Chris, que se me había adelantado, me sonrió y me guiñó un ojo, indicio de que nos habían elegido.
Solté un gritito de la alegría. Luke me había dejado claro que no le gustaba que Chris y yo hicieramos un dueto, pero por lo visto le gustó lo suficient como para aguantarse los celos.
Habían pasado dos semanas desde la cita en la playa, y cada vez Luke me gustaba mucho. Me había llevado a cenar cada Viernes, y los Miércoles íbamos al cine. Tuve que imponer mis normas, como por ejemplo, ir a comer a sitios baratos para que yo pudiera pagar mi comida, en vez de que lo hiciera él. Porque al principio íbamos a lujosos restaurantes que, como él sabía, sobrepasaba el límite de mi salario. Luke fue muy tozudo. Como también cuando íbamos a pasear, y cada vez que veía que me fijaba en algo, se orfrecía a comprármelo. Yo no iba a ser una mantenida, de eso nada.
Mi teléfono sonó, despertándome de mi ensoñamiento.
-¿Si?
-¿Contenta, ratita?
-Más que contenta estoy sorprendida. Y no me llames así, pesado.
El mote que me impuso no era perfecto, y él sabía como me ponía de mala que me llamara así, pero él decía que era muy mono, como yo.
-Tendrás que agradecérmelo de alguna manera, y se me ocurre una que me satisfacería mucho.- dijo tontorrón.
-Cuando quieras.
-Anotaré lo que me acabas de decir, por si las moscas.- bromeó.
-Tenemos clase, y el estreno del concierto es en dos días. Tengo que ensayar.
Y le colgé.
Volví hacia donde estaban mis compañeros y seguimos el entreno.
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Un baile de dos
Teen FictionCass, una gran bailarina, busca cumplir su sueño de trabajar profesionalmente en el mundo del baile. En su camino se cruza alguien que empuja su carrera al estrellato, y se lleva su corazón. El famosísimo Luke, cantante y actor, se enamoró de su nue...