parte 9

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Tomábamos un trozo de pizza cada uno mientras compartíamos una lata de coca cola.
-Creí que eras más pijo que esto.- confesé.
Él me miró y hizo una mueca.
-Si, supongo que la gente tiene diferentes expectativas de mí.
-Y lo siento.
-No, no pasa nada... Sino mira todas las revistas y periódicos en los que aparecen mi cara...Supongo que entra en el pack.
-Aún así es injusto, nadie merece ser juzgado así.
Luke cogió mi cara entre sus manos y me besó tiernamente en los labios.
-De verdad, no pasa nada.- volvió a besarme.- somos personas, y nos equivocamos.
Sonreí contra sus labios, guardando cada detalle de aquel momento inolvidable. Sus ojos brillaban con el reflejo de la luna y sus labios rozaban los labios tal que a seda. Acariciaba mi mejilla lentamente, imnotizánome.
-Sabes muy bien.- me susurró.
-Mi pizza es de queso, me encanta el queso.
-Mi ratita...
Le dí un manotazo en él hombro.
-Yo no soy eso! Que asco.
- ¿Me has pegado?- dijo sonriendo.
-¿Qué? No... -Luke me cogió de la caderas.- No Luke.
De repente me alzó del suelo y, esquivando mis manotazos, caminó hacia el agua. Chillé, pero con la música no se me escuchaba mucho.
-¡Luke! ¡Suéltame!
Se adentró poco a poco en el agua, mojando el bajo de sus pantalones.
-¡No quiero mojarme!
-Pero si llevas el bikini.
Y me lanzó al agua.

Nadé hacia la superficie, apenas había tomado una bocanada de aire cuando ví a Luke riendo

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Nadé hacia la superficie, apenas había tomado una bocanada de aire cuando ví a Luke riendo. Sonreí, amenazadoramente, y salté a por él.

Me esquivó y volví a caer en el agua. Luke, al ver que no salía, me cogió de los hombros y me levantó. Aprobeché y colé mi pié entre sus piernas para hacerle la trabanqueta y se cayera. Y lo pillé tan desprevenido que cayó al agua con la boca abierta.

Surgió de nuevo, se pasó la por el pelo, dejándolo en punta, y escupió el agua que sin querer había engullido. Buscó sus gafas de sol, que las encontró en segundos, ya que no era muy profundo, y se las puso.

-No sabes con quien te has metido.- dijo, riéndose.

-Tu tampoco.

Corrió hacia mí y me levantó de la arena, besándome. Su sabor, salado por el agua del mar, se mezcló con el mío. Notaba en mis dedos su mojada camisa y su cabello goteando encima de ella. Subí mi mano, sabiendo que el beso iría para largo, y le cogí del pelo. Mis dedos rozaban su cabeza, dándome un masaje entre los dedos, mientras que Luke me tenía bien sujeta por el estómago. Rodeé sus caderas con mis piernas y acerqué mi cuerpo aún más a él. Quería sentir su pecho, la calidez que me daba, la pasión y tranquilidad que curiosamente me entregaba. Notaba las maripositas moviéndose en mi vientre, animándome a seguir con aquella locura.

Tenía ganas de verle, de ver sus sentimientos, y la única fuente para llegar a verlo era su mirada.

-Quítate las gafas, por favor... Me encantan tus ojos.

Levanté las manos para hacerlo yo misma, pero él me paró.

-Nos podrían ver, me podrían ver. No quiero que nos estropeen la velada. Es perfecta, contigo.- Dijo tiernamente.

Deslizé mis piernas hacia abajo y poco a poco me fue dejando de pie en la arena. Me molestaba mucho que no pudieramos tener intimidad, que en cada segundo, Luke tuviera que estar atento para poder salir tranquilo a la calle, con alguien. Una vida tan controlada, tan disciplinada, tan...

-Oye.- subió mi mentón.- No te preocupes por ello, tendrás que acostumbrarte a esto cuando estemos en público.

Asentí con la cabeza y me puse en puntillas para darle un beso en los labios.

-Se nos ha hecho tarde. Vayámonos.

Luke me llevó de vuelta a mi casa. Nos despedimos en la esquina, con un largo beso, y se fue con la moto.

-La clave del éxito es trabajar, trabajar y trabajar

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-La clave del éxito es trabajar, trabajar y trabajar. Así que no quiero ver a nadie haciendo el vago. Aquí os dejo la lista con los resultados de la prueba. Allí podréis ver quien se ha esforzado para cumplir su meta.-Brad puso una hoja de papel en el corcho que estaba al lado de la puerta.

La prueba nos había salido niquelada. Chris y yo hicimos un gran dúo sin ninguna falta, como siempre.

Todos nos acercamos y empezamos a buscar nuestros nombres en las listas. Lauren se había ganado uno de los solos, y parecía muy contenta, restregándoselo a las demás en la cara. Chris, que se me había adelantado, me sonrió y me guiñó un ojo, indicio de que nos habían elegido.

Solté un gritito de la alegría. Luke me había dejado claro que no le gustaba que Chris y yo hicieramos un dueto, pero por lo visto le gustó lo suficient como para aguantarse los celos.

Habían pasado dos semanas desde la cita en la playa, y cada vez Luke me gustaba mucho. Me había llevado a cenar cada Viernes, y los Miércoles íbamos al cine. Tuve que imponer mis normas, como por ejemplo, ir a comer a sitios baratos para que yo pudiera pagar mi comida, en vez de que lo hiciera él. Porque al principio íbamos a lujosos restaurantes que, como él sabía, sobrepasaba el límite de mi salario. Luke fue muy tozudo. Como también cuando íbamos a pasear, y cada vez que veía que me fijaba en algo, se orfrecía a comprármelo. Yo no iba a ser una mantenida, de eso nada.

Mi teléfono sonó, despertándome de mi ensoñamiento.

-¿Si?

-¿Contenta, ratita?

-Más que contenta estoy sorprendida. Y no me llames así, pesado.

El mote que me impuso no era perfecto, y él sabía como me ponía de mala que me llamara así, pero él decía que era muy mono, como yo.

-Tendrás que agradecérmelo de alguna manera, y se me ocurre una que me satisfacería mucho.- dijo tontorrón.

-Cuando quieras.

-Anotaré lo que me acabas de decir, por si las moscas.- bromeó.

-Tenemos clase, y el estreno del concierto es en dos días. Tengo que ensayar.

Y le colgé.

Volví hacia donde estaban mis compañeros y seguimos el entreno.

Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora