Parte 17

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La tensión y la incomodidad abarcó toda la superficie del coche, Dan parecía desconcertado, Luke enfadado, Chris algo tenso y yo deseando a que el coche llegara a su destino. Dan sacó unas hojas de una carpeta negra y empezó a ojearlas para distraerse. Chris cogió su móvil para jugar a una aplicación, y Luke y yo nos quedamos mirándonos. Como me hubiera gustado tener telepatía en aquel momento, porque quería tranquilizarle, volver a repetirle que Chris y yo somos amigos, y nada más. Me gustaría pedirle dar la vuelta y volver a la habitación junto a él, a solas, hablando y jugeteando como lo hacíamos. Luke pasó de mirarme a mí, a mirar a Chris, quien no se enteraba de nada. Puse los ojos en blanco y negué con la cabeza. Las hormonas masculinas volvían a uno loco.

Y por fin el coche paró. Primero salió Dan, seguido de Chris.

-Luke...

-Hablamos después.- sentenció.

Salió del oscuro coche y se puso bien la americana, alisándosela por las solapas. Desde dentro del coche los flashes iluminaban el exterior.

Resoplé, deseando hacer borrón y cuenta nueva. Salí a regañadientes, encontrándome a decenas de fotógrafos de espaldas a mí, ofreciéndole toda su atención a Luke, el protagonista de la noche.

-Ten paciencia. Es difícil al principio, pero él confía en que contigo funcionará.- Tom estaba a mi lado.

Le miré y dibujé una gran sonrisa falsa en mi rostro. No sabía a que había venido aquello, pero creí que era mejor ignorarlo. Hacerme ilusiones era algo a lo que estaba acostumbrada, y no quería volver a caer en lo mismo. Aprendí a vivir sola, a no necesitar a nadie a mi lado para que me apoyara, pero para cuando decidiera entregarme a alguien, me entregaría plenamente. Por eso decidí guardar mi corazón para cuando llegara el adecuado.

Fuera del barco solo quedaban los fotógrafos y los periodistas, ya que todos los demás ya habían entrado al gigantesco barco blanco que esperaba delante de mí. Habían puesto la música al máximo, y se podían ver desde los redondos cristales las figuras de personas riéndose y pasándoselo bien. Un camarero me abrió la puerta de metal, mostrándome un recibidor muy elegante, con grandes lámparas, alfombras rojas, gente vestida de gala. Entre ellos pude adivinar varios actores famosos y cantantes que asistían a las premiaciones de música. Los camareros se acercaban con bandejas llenas de comida o copas de vino. Todos lucían grandes sonrisas en sus rostros, las chicas iban con el pelo recogido en una cola baja, todos con uniforme. Había un pequeño escenario en medio de la pista de baile, en el que había una cristalera con trofeos, había al mejor actor protagonístico, al mejor solista, a la mejor banda sonora,...

Chris estaba solo en una esquina, mirándome. Yo le sonreí y volví a su lado. Por mucho que Luke se enfadara, Chris era mi amigo, y no iba a dejarlo de lado por unos celos sin sentido. No iba a marginarme, como tampoco iba a hacer lo que Luke quisiera siempre. Chris era como mi hermano, bueno, mi segundo hermano, y le quería mucho, porque había hecho innumerables cosas para ayudarme y siempre me apoyaba.

Estuve hablando con él durante mucho rato, tanto que no me di cuenta de que se había hecho de noche. Yo ya llevaba varias copas vaciadas, y Luke varios premios ganados. Ya había subido a recibir premios como cuatro veces en toda la tarde. Yo seguía admirándolo desde la esquina, mientras intentaba concentrarme en lo que Chris me decía.

-¿Cass? Oye, tengo que decirte algo...

Luke bajó del escenario en su quinto premio y me señaló la puerta para que saliera con él. Por lo visto quería hablar.

-Puede esperar?

-La verdad es que no...

-Ahora vengo, ¿Vale ? solo unos minutos.

-Pero... Vale, te esperaré aquí.

Le dí un beso en la mejilla y fui tras Luke.

Fuera ya no habían fotógrafos, solo estaban los guardaespaldas y camareros fumando en sus minutos de descanso.

Sin verle, Luke pasó su mano por mi cintura desde atrás y me atrajo a él. Intenté resistirme, pero claramente no podía con él. Casi que me arrastró hasta estar en la proa del barco.

-¿Luke? ¿Pero que haces?

Él me giró, para que estuviéramos cara a cara, aunque más bien dicho, cara a pecho, ya que él me sacaba dos cabezas.

Me cogió la cara entre las manos y me sonrió. No le entendía. Simplemente, Luke era bipolar. Hacía dos horas parecía que iba a arrancar cabezas. Sus ojos brillaban y su sonrisa de medio lado me decía que me escondía algo, eso y que tenía una mano en la espalda agarrando algo.
-¿Qué llevas ahí?- intenté cogérselo, pero esquivó mi mano.

-Te quiero.- Eso fue lo único que dijo antes de besarme con fuerza. Luke me volvía loca, completamente loca.

Rompí el beso, empujando levemente su pecho para que se apartara, ya que yo no tenía la suficiente voluntad ha hacerlo.

-¿Qué haces? - Dije algo molesta.

-Feliz aniversario... - Susurró cerca de mi boca- Llevamos saliendo medio año, seis meses, 183 días juntos, 4392 horas,...

-Vale, vale, ya está.- le tapé la boca con la mano y me reí.- Tanto número me mareaba

Esbozó una gran sonrisa y me tendió lo que tenía en la mano. Era una cajita negra de cuero muy elegante con un lazo rojo alrededor. Lo cogí y lo sacudí al lado de mi oreja.

-¿Qué es?

Negó con la cabeza- Para eso tendrás que abrirlo.
Deshice el lazo y me lo guardé en el bolsillo de mí chaqueta. Abrí l caja, ansiosa de saber lo que era. Me encontré con una pulsera de plata con dos colgantes en forma de gota, uno de color azul y el otro dorado.

-Es de oro bañando en plata. Los colgantes nos representan a nosotros. El tuyo es el de color amarillo, ya que tus ojos son de color miel, y lo míos azul cielo.

Me quedé mirando el brazalete sin saber que decir. No podía creerme que se hubiera acordado. Dios, era el momento perfecto, el cielo estrellado, la luna sobre nuestras cabezas, los pequeños pueblos de la costa iluminados por las luces de cada casa, y los más importante, que estaba con él.

-Dime algo, amor.

Levanté la cabeza y le miré a los ojos, algo avergonzada.

-No tengo nada para tí... Lo siento, esque creí que no te acordarías o que no le darías importancia... Mi anteriores novios no lo celebraban...

-Shhhhh, tranquila. Yo solo te necesito a ti para ser feliz.- me rodeo con sus brazos y me acercó a él. Me dió un beso en la frente muy tierno.- Porque te quiero. Siento como me he comportado antes... Me han podido los celos. Te prometo que no lo volveré ha hacer. Te prometo que confiaré más en ti.

-Entonces ya está. Tu me perdonas que no te haya traído regalo y yo te perdono por el comportamiento neandertal de antes.

-Gracias. Tu ser buena muy persona. - dijo imitando a un neandertal.

Me reí y le besé.

-Te quiero.

Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora