Parte 25

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Luke me esperaba en la cama mientras acababa de ducharme, aquella mañana Julia no había tenido clemencia con nosotros. Nos había puesto a hacer físico; flexiones, abdominales, corrimos alrededor de la manzana más de diez veces, nos hizo hacer planchas y uves. Y ya me estaba imaginando las agujetas que despertarían a la mañana siguiente. Chris me había dicho que me echaba de menos, que no me veía tanto como antes, y que no le gustaba nada. Así que quedé con él en que nos veríamos el fin de semana. Iríamos a hacer aerial, un tipo de baile en el aire sujetado únicamente por dos largas telas. Siempre había querido hacerlo, y Julia nos había dicho que la semana siguiente nos enseñaría ha hacerlo. Pero no podía esperar, igual que Chris.

En la ducha, como siempre, cerraba los ojos y me dejaba llevar por el cansancio que acarreaba encima. Después de secarme debería ponerme a estudiar, porque los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina, y los libros habían cogido polvo de estar en la estantería todo el día. Mi universidad te daba una semana antes de los exámenes sin clase, para que cada uno repasara por su cuenta lo que entraría. Tras enjabonarme el pelo y aclarármelo, salí de la ducha y me enrollé en dos toallas. Empezaba a hacer frío, y odiaba cuando, mojada por la ducha, tenía que cruzar la habitación de esa guisa. Tenía frío, y por mucha calefacción que Luke pusiera, siempre se me ponían los pelos de punta.

Abrí la puerta y me encontré a Luke recostado en la cama, con un libro en las manos y las gafas de lectura recogiendo el poco flequillo que empezaba a tener. 

-Deberías secarte el pelo antes que nada, cariño. Como te me costipes, me quedaré sin bailarina principal.- dijo por encima del libro.

-Y sin sexo.

Luke lanzó el libro a los pies de la cama y se levantó de golpe. Me cogió de la cintura y me elevó lo suficiente como para que no llegara a tocar el suelo con los dedos. Me llevó de nuevo hacia el lavabo y me sentó en el retrete.

-Vamos a ver... ¿Dónde tienes el secador?

Sonreí por lo preocupado que parecía aún teniendo aquella inmensa sonrisa en el rostro.

Tras alborotar-me el pelo por quinta vez con secador en mano, intentó recogerme el pelo en una coleta, pero el resultado no se parecía ni de lejos a su objetivo

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Tras alborotar-me el pelo por quinta vez con secador en mano, intentó recogerme el pelo en una coleta, pero el resultado no se parecía ni de lejos a su objetivo. Así que, para no hacerle un feo a Luke, me dejé el moño raro. Luke volvió a sentarse en la cama, pero yo fui directa al escritorio y aparté a un lado las cosas se Luke. Había un ordenador, unas partituras de piano y bolígrafos esparcidos por la mesa. 

Cogí el tochón de libro de la universidad y lo abrí por donde lo había dejado el día anterior. Me senté y me acomodé en la mullida silla. Le robé un lápiz y empecé a subrayar lo que me parecía más importante. Tras pasar así una hora, Luke me trajo un café con leche caliente y se sentó a mi lado para ayudarme. Bueno "ayudarme" era lo que quería, pero acababa distrayéndome con el simple hecho de tenerlo tan cerca y riéndose de los dibujitos que hacía a los costados de las páginas en aquellos momentos en el que me sentía atascada. Había una mujer con ojos irregulares y sonrisa torcida, un gato al lado del título de la página, un torbellino encima del número de hoja... 

Luke volvió a la cama, y se quedó dormido con el libro encima de la cama. Miré mi reloj, solo eran las cuatro de la tarde... Cogí su libro, sin despertarlo, y lo puse encima de la mesilla de noche. Abrí el ordenador de Luke, con la necesidad de buscar información sobre algo que no entendía del libro. Nada más levantar la tapa del ordenador descubrí una carpeta ya abierta, y eran de fotos mías. Muchas de ellas bailando, entrenando y en conciertos, otras con él. La mayoría habían sido tomadas sin que me diera cuenta. Estaba la que Luke había puesto en el estreno de la gira, pero en blanco y negro. Habían fotos mías de espaldas, sentada en el escritorio como en aquel momento, también aparecía alguna durmiendo, y otra los dos sonriendo a la cámara, yo dándole un beso en la mejilla mientras ponía caras raras... 

Contenta como una tonta, abrí el correo, que me salió el suyo, y me envié a mi misma las fotos. Después de recibirlas, fui a cerrar su correo, pero un mensaje me llamó la atención. El título del correro era "fotos paparazzi" Abrí el mensaje, sintiéndome mal, aunque la curiosidad podía conmigo. Habían documentos adjuntos, y abajo, un corto comentario:

Aquí le dejo las fotos. No las daremos a conocer hasta que usted diga. Ya me dirá a quien se las debemos enviar para su publicación.

Con muchísima más curiosidad y intriga, abrí los documentos que resultaron ser las fotos...

Salieron alrededor de doce fotos. Abrí la primera y... Sentí como si me hubieran arrojado un cubo lleno de agua fría. Se me heló la piel de golpe. Sentí mi corazón pararse, y sentí lo mojada que estaban las lágrimas que iban cubriendo mis mejillas. No podía ser... No podía ser...

Luke aparecía con Kira, la famosa actriz que acompañó a Luke en el estreno. Y se estaban besando. Miré la fecha de aquella foto... Se había hecho dos semanas atrás. Pasé a la siguiente. Estaban cogidos de la mano, sonriéndose el uno al otro. La fotografía tres salían besándose de nuevo. Luke cogía el rostro de Kira con las dos manos, y ella se dejaba llevar. Las fotos se veían perfectamente, con una clara nitidez. Otra foto de ellos dos caminando y sonriéndose. Luke no llevaba sus gafas y su gorra, iba bien vestido, con camisa y tejanos oscuros. Tenía los dedos entrelazados a los de Kira, y su expresión era muy natural. Siguiente foto. Kira llevaba un vestido rojo corto, iba bien maquillada y lucía un bolso de marca bien grande. Y así eran todas las fotos, desde la primera hasta la última. 

Y NO PUDE AGUANTARLO MÁS.


Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora