parte 49

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Pasé el día lo mejor que pude. Me divertí mucho con mis compañeros de clase, que, sospechosamente, se acercaban mucho más a mi en aquellos momentos​. Algunos me habían pedido hacerse una fotografía conmigo o que les firmara un autógrafo y no me negué. Habían hecho una nueva coreografía para el siguiente campeonato, ya que había pasado a la final. El día anterior habían pasado la lista de las seleccionadas, y yo estaba en ella, iba a ir con el individual y el equipo. Aquella noticia me alegró el resto de la mañana. Para cuando llegó la hora de irse a casa, me invitaron a ir de cena y, más tarde, de fiesta para celebrar el éxito en el campeonato. Acepté sin pensármelo dos veces, quería pasármelos bien en vez de quedarme en casa leyendo o viendo cualquier película que dieran después de las noticias. Me pondría guapa y saldría a pasármelo bien, sin Luke, algo que hacía semanas que no hacía.

Salimos a comer a un restaurante cerca de allí, uno discreto. Con éxito, evité llamar la atención y, entre risas y anécdotas, empecé a conocer más a fondo a quienes tenía a mi alrededor: Celcilia, y su hermano Marco, eran provenientes de Italia y trabajaban ayudando en la empresa de su familia, una cadena de restaurantes. Emma era una chica dos años mayor que yo, y aspiraba a trabajar en teatros. También conocí a Jaime, Miriam y Laia, los tres recién llegados, pero ya superaban a la mayoría de la clase.

Volví a casa y preparé la cena para que, cuando volvieran mis padres, no sentáramos a la mesa todos juntos. La nevera estaba casi vacía por el poco tiempo que habíamos tenido para salir a comprar; los fotógrafos seguían molestando, en su lucha por sacar información, a poder ser mala, de mí y de mi familia. Los guardaespaldas entraron en casa conmigo, y se quedaron en el comedor, hablando de sus cosas. Supuse que también tenía que alimentarles a ellos. Así que cogí cuatro cosas y intenté cocinar sin prenderle fuego a la casa. 

Después de comer, regresé a mi cuarto mientras mis padres se encargaban de recoger y limpiar los platos. Me lancé en la cama y miré el móvil. Tenía ganas de oír la voz de Luke, le echaba de menos, así que le llamé. Marqué y, antes de que sonara el segundo tono, ya tenía a Luke en el teléfono.

-Hola, preciosa.

-Hola.- susurré, me sonrojaba incluso cuando él no estaba a mi lado.- ¿Cómo ha ido el día?

- Habría ido mejor contigo.- Suspiró, en señal de agobio.- Te echo de menos...

-Yo también. No aguanto que estemos tan lejos.

-Entonces vente a vivir conmigo.

Sonreí. Ya me gustaría a mí hacerlo. Pero lo veía demasiado pronto... Igual que con el tema de matrimonio. Iba a una velocidad de vértigo, y tenía que mantenerme en pié, con los pies en la tierra, para que todo saliera bien.

-Lo digo en serio, Cass. Si quiero que nos casemos, deberíamos empezar por ahí. - su voz sonó sincera.- Vente conmigo, aquí, la ciudad en la que naciste. Técnicamente sigue siendo tu hogar.- dejó la línea en silencio.-Eso o acabaré por secuestrarte. -bromeó.

Me reí y miré el reloj... Se estaba haciendo tarde, y aun me tenia que preparar para la fiesta de noche.

- Por cierto, Luke, está noche he quedado con unos amigos para ir de fiesta.- no contestó, así que seguí hablando.- Iremos a un bar y tomaremos unas copas.

Sabía que no le hacía gracia aquel plan, y menos cuando no estaba aquí para acompañarme, pero lo había dicho en tono firme, no le estaba pidiendo permiso, y solo le informaba. Y parecía entenderlo.

-Preferiría que te quedaras a salvo.

Pues no, no lo entendía.

-No me quedaré el resto de mi vida encerrada en casa. Solo te puedo prometer que no llegaré tarde. Y te llamaré.

-No te olvides de Jack y Josh.- iba a abrir la boca para pedir si podían mantener las distancias conmigo un poco, pero me cortó.- Y no repliques.

-Vale vale...- había una tensión en el ambiente que no me gustaba.- te quiero.

-Yo también te quiero.- dijo tiernamente.

Le colgué y quedé mirando la foto que tenía de fondo de pantalla: él me abrazaba y alargaba el brazo para hacernos la foto con el móvil. Tenía el pelo revuelto y no llevaba camiseta, en cambio, yo llevaba una de las suyas, y le miraba de reojo, sonriendo.

Dejé de pensar en lo mucho que deseaba que estuviera allí, y empezé a prepararme para la quedada: un vestido negro estrecho y algo corto, cabello ondulado y maquillaje a lo natural, todo "prestado" de Alex. Es decir, ropa que le había cogido antes de que volviera a casa. Había tardado un buen rato en decidirme que ponerme y que hacer con mi cara, pero decidí atreverme con aquel estilo. Cuando bajé las escaleras y me topé con John, me miró, sorprendido.

El bar estaba lleno de gente, adolescentes amontonados en las mesas o en la pista de baile, pero todos con un vaso en la mano

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El bar estaba lleno de gente, adolescentes amontonados en las mesas o en la pista de baile, pero todos con un vaso en la mano. Encontré a mis amigos apoyados en la barra. Ya habían empezado a pedir sus bebidas y hablaban ya incluso de ir a bailar junto al resto de gente. Y todo porque Jack y Josh habían decidido discutir sobre el plan de la noche: no se pegarían a mi, me darían espacio para no levantar sospechas ni agobiarme, pero me habían puesto tiempo limite: como máximo tenía que estar en casa a la una de la mañana. En la barra pedí a la camarera una cerveza y los guardaespaldas no quitaron los ojos de encima de ella hasta que me la dió. ¡Solo faltaba que la probaran antes que yo! Le di un trago y me acerqué a conversar con mis compañeros, que hablaban acerca de otros clubes de baile. Bebí y bebí aquella noche y, trago tras trago, mis preocupaciones y mis inseguridades iban desvaneciéndose. Jack y Josh me llevaron al coche justo a la hora que habíamos quedado y incluso fueron ellos los que tuvieron que abrir la puerta de mi casa... No acertaba en el agujero, y cada vez que fallaba, soltaba una risita. Me dejaron en la habitación y se fueron a donde fuera que dormirán, en el coche supuse.

Estirada en la cama, sin siquiera haberme cambiado de ropa, me puse de lado y me quedé dormida mientras admiraba mi anillo de prometida y echándole de menos. El móvil había vibrado dentro del bolso, pero me pesaba demasiado el cuerpo como para poder levantarme y responder a un mensaje. 


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Siento haberos hecho esperar... pero es que este Sábado ha sido mi cumple!!! 18 años ya... Que vieja ;b Espero que hagáis disfrutado de este capítulo... y el Viernes que viene subiré otro sin falta

Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora