Parte 16

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-Estás preparada?- dijo Luke a mi lado.

Tras mucho insistir, Luke me obligó a ocupar el puesto de solista. Así que el dia del primer concierto ya llevaba puesto un corsé plateado y unos leggins cortos para actuar. Me habían dejado el pelo suelto, algo ondulado y me habían maquillado con colores suaves. Llevaba semanas con el solo, pero temía que se me llegara a olvidar en medio del escenario, como en la prueba.

Estábamos solos en la salita que daba al escenario. Ver a tanta gente reunida me ponía nerviosa, y esque en los campeonatos, el público suele ser familiares de los bailarines, y ellos sólo prestan atención a los suyos. En cambio, allí habían miles de persona esperando ver la actuación de Luke y sus bailarines.

-No.

-Bueno, supongo que nunca se está lo suficiente preparado.

Me dio la vuelta para que le mirara a los ojos

-Dale fuerte.- me dió un beso tierno- Eres la mejor.

Y salió con paso decidido al escenario, a la vez que los gritos y aplausos se empezaron a oír.

-Vamos allá.- dije para mí misma.

El verano llegó enseguida, trayendo a mi casa unas notas excelentes de la universidad y buenas noticias

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El verano llegó enseguida, trayendo a mi casa unas notas excelentes de la universidad y buenas noticias. Había llegado a un acuerdo con la academia. Yo podía entrenar allí cuando quisiera y cobraba algo de dinero, y a cambio, debía trabajar cinco dias a la semana por la mañana en el casal de allí. No sabía como me había podido organizar tan bien, por las mañanas de monitora, por las tardes de ensayo con Luke Tour y los fines de semana estaba fuera de conciertos. Y no me quería engañar, todas las noches acababa rendida del cansancio. Los fines de semana me quedaba en la habitación del hotel de Luke, y pasábamos el fin de semana juntos, con discreción. Luke no sabía nada sobre mi segundo empleo, y es que no quería que pusiera pegas. 

Aquella noche íbamos a ir a una ceremonia de entrega de premios en Múnich, Alemania. Tanto viajar empezaba a molestarme, y habíamos estado apenas dos horas en el avión aquella mañana, pero aún notaba el mareo en mi estómago. 

Me había comprado un vestido plateado para aquella noche. Íbamos a ir en un yate mientras cruzábamos el río Isar. Aquello me recordó la primera vez que me subí a uno, con Luke, aunque lo mejor fué durante la noche, un mes atrás.

-¿Lista?

Me giré poco a poco, para estar cara a cara con Luke. Llevaba un traje negro sin corbata. Le sonreí y me acerqué a él. Pasó sus manos por mi cintura y me acercó aún más a él. Junté nuestros labios dulcemente y pasé mi mano entre su pelo, alborotándolo. Luke se rió y me soltó, llevándose las manos a la cabeza e intentando volver a darle la forma de antes.

-Así estás mejor. Antes parecía que te habían aplastado la cabeza con una apisonadora.- me mofé de él.

Dejó su pelo en paz, dándolo por perdido y corrió a por mi. Me cogió en volandas y me lanzo a la cama con él. Pasó su mano por mi pelo bien recogido y me quito algunas de las horquillas. Yo, sin poder dejar de reír, intenté parar sus manos, pero me fue imposible, ya que me las aguantó las dos con una mano. Cuando acabó su revancha, empezó a besarme verozmente. Empezó a acariciar mi espalda, descubierta por el vestido, y la fue bajando hasta que llegó al límite en el que la tela y la piel entraban en contacto. Sus ojos se habían oscurecido, y yo esperaba al siguiente movimiento, pero el sonido de un teléfono nos cortó el rollo. Con un resoplido, se levantó de la cama, liberándome, y recogió su móvil. Me recosté, apoyándome sobre lo codos, y le miré curiosa.

-¿Si?... De acuerdo, ahora bajo, esperadme...- Y colgó.

Cogió su americana de la silla y se me acercó de nuevo, más sereno. Me dió un beso en la sien y sonrió al verme frustrada por desperdiciar el calentón.

-A lo mejor más tarde nadie nos molestará, así podrás tenerme para tí sola.- dijo sonriendo.

Resoplé y me volví a estirar en la cama, molesta por que nos hubieran interrumpido. 

Él se rió y me lanzó mi chaqueta a la cara. Salió de la habitación, dejándome estirada en la ama. Debería salir algo más tarde que él para que no nos relacionaran, para que no fuera muy obvio lo de nuestra relación. Porque aún lo ocultábamos. tras las primeras fotos que habían hecho los paparazis, tuvimos más cuidado y no volvieron a fotografiarnos más. Y es que empezaba a cansarme de esconderme. Muchas veces me sentía vigilada por todos, me sentía encasillada, me asfixiaba tener que estar vigilando en cada momento si había gente e nuestro alrededor con cámaras, a veces llegaba al límite de ansiedad. Pero luego venía él, con su brillante sonrisa y sus ojos claros calmándome, haciendo que todo a nuestro alrededor se desvaneciera, sentía que él y yo compartíamos un mundo fuera de la tierra. Me hacía flotar cada vez que me abrazaba. Y los besos,... no había nada mejor que aquello,... hasta que llegaba la noche.

Mi móvil vibró.

<<¿Donde estás?.>> Decía el mensaje de Chris.



Chris me esperaba en la primera planta, en la que muchos bailarines estaban esperando a salir hacia los coches negros que esperaban en frente de la puerta. Chris llevaba un traje azul oscuro, con corbata y el cabello moreno hacia atrás. Cuando llegué a su lado vi que estaba hablando con algunas de nuestras compañeras, y me pregunté al instante si alguna de ellas era por la que tanto estaba colado Chris. Aunque, sinceramente, no veía a Chris saliendo con Clara, una chica demasiado tímida como para entablar una conversación con él. 

Chris, al percatarse de mi llegada, se despidió de Clara con dos besos y vino hacia mí.

-Hola fea.

-Hola grandullón. Vas muy guapo.

Soltó una carcajada y me miró de arriba a bajo.

-Bueno, tu siempre estás guapa.- me guiñó un ojo.- ¿Vamos?

Asentí con la cabeza y salimos afuera. 

-Chicos, estamos repartiendo los coches, ya que hay dos plazas libres en mi coche- dijo Dan.- A ver, Chris y Cass, iréis conmigo.

Nuestros compañeros suspiraron de alivio, en cambio Chris y yo compartimos una mirada de tristeza. Dan era demasiado... él. Demasiado mandón, demasiado duro, demasiado todo. Chris me cogió de la mano transmitiéndome positividad y fuimos a entrar en el coche. Era enorme, las ventanas ahumadas y con detalles plateados. El chófer nos abrió la puerta y entramos en él. 

-Hombre, la parejita.- dijo alguien en frente de nosotros.

Y entonces entendí porque Dan nos había elegido a nosotros. 

Luke miraba nuestras manos juntadas con mala cara, a lo que solté la mano y me la puse sobre el regazo. ¿Por que sus ojos me hacían sentir tan culpable?No habíamos hecho nada malo... Luke se enfadaba con mucha facilidad.

-Nosotros no somos pareja.- dije con la voz más neutra que pude. Le miré y le advertí con la mirada que no siguiera por ahí.

Noté como los hombros de Chris se tensaban de inmediato a mi lado. 

Dan entró y se sentó al lado de Luke, mirándonos a los tres como si supiera lo que sucedía dentro de aquel coche, que cada vez se hacía más pequeño.

Luke siempre exageraba, o eso es lo que pensaba.

Un baile de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora