Tami
Estar aquí, me trae demasiados recuerdos. El beso forzado, el ver como las ilusiones se iban destruyendo poco a poco con ese beso de Mariana y Pablo. Y lo que pasó después, evito seguir recodando porque sé que empezaré a llorar y obviamente no lo haré frente a estos dos. Casilda se ha dado cuenta de mi mirada perdida y se sienta a mi lado para hacerme un poco de compañía.
—También te echa de menos —comenta como si me hubiera leído el pensamiento.
—No lo creo —le respondo triste— de ser así terminaría con ella.
—Tami... es un cabezota, sé que se dará cuenta tarde del error que está cometiendo.
—No le justifiques, por favor. No es ciego, dejó todo por ella, a su familia, a nosotros.
—No te incluyas en sus amigos —la miro sorprendida— tú deseas algo más que su amistad.
—No lo niego, pero ya no hay nada que hacer, él ya hizo su vida y yo...
—Tienes 17 años, no hables cómo si fuese para toda la vida —se va un momento a la cocina, dejándome con un remolino de pensamientos.
Unos momentos después llega Marcos, el novio y viene con ¡Lucas! Me pongo un tanto nerviosa. Después de aquel beso forzado en mi fiesta de cumpleaños, no le he vuelto a dirigir la palabra, a pesar de que se disculpó conmigo. Se acerca tímido a saludar a todos pero en cuanto llega frente a mí.
—Hola —saluda tímido.
—Hola —le digo amable y le invito a que se siente a mi lado.
—¿Có...cómo has estado?
—Que te puedo decir Lucas... creo que es evidente lo que me pasa —suspira.
—Lo sé, no es nada agradable ver cómo se devoran a besos a la persona que amas.
—¿Y tú? ¿Algo nuevo que contar?
—Nada de lo que no sepas, yo... no tú sabes que... siento por lo de esa noche —le abrazo.
—No te preocupes más por ello. Todo está en paz ¿Amigos? —sonríe.
—Quisiera algo más que eso —me sonrojo— pero... con tal de estar a tu lado, por el momento me conformo con eso. Amigos.
Algo me dice que debo confiar en él, pero otra parte de mi siente que estoy traicionando a Pablo. Cuando estaba abrazando a Lucas, él nos vió. No despegó su mirada de nosotros en lo que duró el abrazo. Días después alguien le dijo a Pablo lo que pasó aquella noche, pero para ese entonces, ya no hablábamos tanto, así que no sabía si me miraba con un gesto aprobatorio o no. O simplemente le daba igual. En éstos momento no le entiendo para nada. Se acerca Casilda.
—¡Lucas!
—¡Cas! —se saludan como viejos amigos y Pablo y yo los miramos extrañados, en lo único que hemos coincidido en esta noche.
—Venía para decirles que ya vamos a cenar, y bueno, también para saludarte Lucas, vamos —nos levantamos pero Casilda me frena.
—Creo que la presencia de Lucas le está afectando a Pablo —le miro extrañada— ¿No me crees? Siéntate junto a Lucas y verás sus reacciones.
Pasamos gran parte de la cena charlando, tenemos varias cosas en común y cada vez me agradaba más. A pesar de que empezamos mal aquel día, esta noche nos estábamos llevando de maravilla. Se está ganando mi cariño y hace que la cena sea más llevadera a pesar de que mis pensamientos estaban en Pablo.
Mariana no dejaba de vernos a cada instante y eso conllevaba a que Pablo también mirara hacia nosotros. En un momento cruzamos miradas, y no pude descifrar la suya, era una mezcla de duda, tristeza y ¿Celos? Traté de quitarle importancia al asunto. Hasta que Marcos, nos pidió salir hacia la playa y Pablo se alejó de Mariana y subió a su habitación ¿Por qué?
—¿Vamos? —dice Lucas ofreciéndome el brazo.
—Vamos.
ESTÁS LEYENDO
¡Hey, Moreno!
FanfictionÉsta es una historia donde Pablo Alborán no existe aún, sólo existe Pablito Moreno Pablo y Tamara Ella es tímida y casi no habla Él es simpático y es de los más populares Ella es linda Él es guapo Pertenecen al mismo salón de clases, pero son...