Tami
—¿Estás segura de lo que dices? —pregunta mi madre que, junto con mi padre, me ven sorprendidos.
—Sí ¿Qué tiene de malo que quiera irme a Sevilla?
—Es que todo es tan repentino...
—Bueno es que... —suspiro, estoy siendo demasiado cobarde para decirles que quiero huir de Lucas por haberme hecho suya y hacer de mí lo que quiso y de Pablo porque su indiferencia me mata y que lo necesito, Azul lo necesita y yo no puedo darle a ella lo que desea. Después de todo, él está loco por ella. O al menos eso creo— es una larga historia.
—Hija... sea lo que sea puedes contar con nosotros —expresan mis padres preocupados.
—Por favor, lo único que quiero es irme a estudiar a Sevilla —y dejar este dolor.
Mis padres aceptan mi decisión, ahora toca lo más difícil: decirles esta noticia a Pili y Marce. Sé que no se lo van a tomar de la mejor manera.
Salgo de la casa y me encuentro con su silueta. En sus manos tiene él sobre azul que dejé hace una hora. La aprieta con fuerza y entra a su casa. Sé que en este momento debe estar odiando a Azul por dejarlo solo, pero es lo que necesito. Es hora de retomar mi vida y es sin él.
A veces me preguntó por qué mantuve la identidad de Azul en cada nota, en cada post-it. No quiero ni pensar sobre el momento en el que estuve en sus brazos. Ahora no tengo idea de cómo voy a acostumbrarme a no verle.
Suspiro. Empiezo mi recorrido por las calles de Málaga hasta llegar a la cafetería de siempre. Allí cité a mis mejores amigas. Al verme, me reciben con un abrazo y no puedo evitar llorar.
—Ya todo terminó —susurra Pili.
—Vas a salir de esta, Tami —habla Marce mientras me aprieta fuerte la mano.
—De eso quiero hablar con ustedes. Tengo que superar esto... pero no será en Málaga —les comento a las chicas la decisión que tomé. Al principio no lo podían creer, pero luego comprendieron que esto era demasiado. No podía estar cerca de todo lo que me estaba destruyendo, ni tampoco destruir a los demás como lo hice con Pablo.
—Pero te vas a destruir.
—No... yo trataré de olvidarlo. Chicas esto me duele y además Pablo ya está con Violeta.
—Pero son amigos.
—Ella es real, Azul es sólo un fantasma. Es la sombra de una cobarde.
—No te entiendo. Tami, él esta loco por Azul ¿Qué te hace pensar que se va a enojar en cuanto se entere?
—No se va a enterar y no hablemos más de esto.
—¿Y lo que pusiste en aquella carta?
—Pues eso va a quedar en el olvido porque lo más seguro es que se olvide de mí.
—Tami....
—Por favor chicas. Ya está todo decidido —suspiro— en dos semanas me voy a Sevilla.
—Repite lo que dijiste —dice alguien a mis espaldas, Marce se cubre la boca y me giro para encontrarme con la mirada desarmada de Pablo.
—Que en dos semanas me voy a Sevilla.
—Así que te vas... vaya... todos se van, todos me dejan.
—No te hagas la víctima Pablo
—Piensa lo que quieras. La verdad es que no tengo ganas de discutir contigo.
—Me da igual tu humor, pero dime ¿Qué haces aquí?
—Vine a despejarme. Una persona muy importante para mí se fue hoy de mi vida. Pero bueno... supongo que eso no te interesa saberlo.
—Pablo...
—Me retiro, no quiero ser una carga para ti Tami.
—No —exclamo— yo... lamento lo que pasó ayer.
—Ya fue Tami, no hay más que hacer. Hasta luego —se aleja de nosotras. Las chicas me miran con tristeza y yo bajo la mirada.
Tiene razón, no hay nada que hacer.
Han pasado casi dos semanas, el proceso de traslado de la universidad ha sido un éxito. Mañana me iré, mis padres me han realizado una cena de despedida, invitaron a los Moreno, a las chicas y sus respectivos novios. Pablo no asistió, al menos no por él momento.
—Es una pena que te vayas, Tami. A Pablo le duele que te marches. Ha estado estos días encerrado y tampoco quiso venir, lamento que no esté.
—Está bien.
—Si quieres voy mañana contigo para mostrarte un poco de Sevilla.
—No Lolo, estaré bien. Además tampoco es que me vaya para siempre —sonríen— aunque de momento estaré muy enfocada en la universidad.
—¿Vendrás en vacaciones?
—No lo sé —de repente suena el timbre de la casa. Mi madre va a la puerta, al sonido de un "pasa" entra al comedor junto a... Pablo.
—Buenas noches —susurra.
—Hijo, creí que no llegarías.
—Pues vine. Yo... ¿Puedo hablar con Tami un momento? —todos acceden.
Suspiro, me levanto del asiento y camino junto a él hacia el estudio y nos encerramos.
—Pablo...
—Hola Tama... quiero decir, Tami.
—¿Cómo estás?
—Entre tu partida y la de Azul estoy mal. Perdí a la chica que amo y a mi mejor amiga en dos semanas.
—Lamento lo de tu chica.
—Está bien... supongo que mi hermana tenía razón. No debí dejarme tanto llevar por ello.
—Quizás... encuentre la forma de comunicarse contigo.
—Puede ser... perdón por todas las cosas que te dije antes. Yo... estaba muy dolido y lo dije sin pensar.
—No te preocupes. A veces el dolor nos hace cometer estupideces.
—Ya... —se acerca; me abraza y llora— me duele. Yo estoy muy enamorado de Azul y ella sin decirme nada se fue hace una semana y ahora tú y después de pelearnos. Lo lamento.
—Ya está bien —me acerco a su oído— pronto regresaré. Y en cuanto llegue te mando un mensaje ¿Va?
—Te quiero Tami —siento corazón salirse del pecho, pero sé que es como amigos— que tengas un buen viaje.
—¿No me vas a despedir en la estación?
—No me gustan mucho las despedidas. Pero antes de que te vayas de tu casa estaré.
—Gracias... y... —me quedo callada.
—Tranquila, Violeta no te va a quitar el puesto de mejor amiga.
Pero el de tu amor sí.
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¡Hey, Moreno!
FanfictionÉsta es una historia donde Pablo Alborán no existe aún, sólo existe Pablito Moreno Pablo y Tamara Ella es tímida y casi no habla Él es simpático y es de los más populares Ella es linda Él es guapo Pertenecen al mismo salón de clases, pero son...