Málaga
Pablo
Se ha marchado....
Las dos personas más importantes de mi vida se fueron: Azul hace más de un mes y Tami hace dos semanas. La despedida entre nosotros fue rara, no quería hacerlo porque sentía que era nuestro final y que nunca más volveríamos a vernos, pero Azul... no he recibido ni una supuesta carta o nota que podría hacerme llegar con una intermediaria. Al parecer se olvidó de mí.
Desde que se fue Tami. Pili y Marce han estado más al pendiente de mí, como si Tami les hubiera encomendado. Lolo no me quiere decir algo respecto a lo que quizás Tami le haya dicho a su novia. Sé que entre ellos no hay secretos y lo más probable es que sepa algunas cosas que ni yo puedo imaginarme.
También en este tiempo, Violeta ha sido un apoyo especial para mí, a pesar de que Pili no esté de acuerdo con la amistad que tenemos. A mi me parece una chica muy guapa y muy buena onda. Además... no tengo que darle explicaciones a alguien. Quizás con el paso del tiempo, ella me pueda ayudar a olvidar a Azul.
Es octubre y las sensaciones otoñales se viven a flor de piel. La disquera me ha pedido maquetas nuevas y ya he escrito tantas que creo que se van a quedar muchísimas en el baúl. Ahora estoy en la cafetería de siempre, donde los recuerdos inundan mi mente y uno que otro suspiro escapa de mí.
—¿Pablo? —habla una chica, es Vio.
—Hola Violeta —finjo sonreír, sin embargo, ella me mira preocupada.
—¿Todo bien?
—Sí, sólo pensaba en muchas cosas.
—¿Tamara?
—No, Azul —con el paso de los días le he contado a Violeta sobre lo que me ha pasado este año. Algo sucede con ella que me transmite confianza.
—Pablo... yo creo que debes olvidarla, deja de torturarte por ello. No puedes estar viviendo así.
—Lo sé; la echo de menos.
—Pero ella no te ha mandado siquiera un mensaje. Deja de lastimarte más.
—¿Así que tu consejo es que la olvide? —asiente— vale...
—Deja que el tiempo se encargue de todo.
—Tienes razón. Sientate Vio, te invito un café.
—Gracias.
Sevilla
Tami
—Que cansancio —expresa Lucía, una compañera de la universidad.
—Ha sido muy difícil y aún más para mí, que apenas estoy adaptándome a esto.
Han pasado dos semanas desde que llegué a Sevilla, las clases me han absorbido por completo. Apenas he podido hablar con mis padres y Marce.
—¿Vamos a comer a la cafetería de siempre? —pregunta el novio de Lucía.
—Claro.
—Los acompaño —se invita Carlos. Él es un compañero que me pretende. En menos de dos semanas él quiere salir conmigo. Ha intentado pero yo me he resistido, mi mente aún quiere recordar a Pablo y todo lo que viví como Azul. Se supone que debo olvidarlo pero mi cuerpo es un traidor que no deje que me libere de sus besos, sus caricias, su piel. No me puedo desencadenar del recuerdo de la noche en que hicimos el amor.
La cafetería queda a unas calles de la universidad, la tarde ha caído y es viernes. Presiento que la cafetería es sólo la entrada a una larga noche de amigos... o al menos eso creo. Al llegar los cuatro nos sentamos. Carlos a lado mío, me siento un tanto incómoda. Los novios empiezan a darse besos y mimos ¿Qué sería si Pablo supiera de Azul? ¿Acaso me rechazaría? ¿Fui muy cobarde al huir?
—¿En qué piensas?
—¿Qué? Perdón Carlos, sobre mi vida en Málaga.
—¿Un viejo amor? —las alarmas se enciende en mi interior.
—No... bueno...
—Estás buscando olvidarlo ¿No es así? —no logro articular palabra. Acerca su rostro al mío y mira fijamente mis ojos—. Por lo que veo es cierto.
—Carlos...
—Me imagino que te quedarás una temporada aquí, así que voy a ayudarte a que lo olvides ¿Qué dices?
—Yo... —no puedo volver a hablar porque siento sus labios presionando los míos, no siento nada. No es el chico de la guitarra, el que tiene un cielo de lunares cubriendo su cuerpo. No es Pablo, mi cuerpo no genera sensación alguna. Me suelto de él con brusquedad. Mi mente se divide y opina que es hora de que me deshaga de todo lo que ha pasado, de él, de sus recuerdos. Pero ya lo intenté con Lucas y las cosas terminaron mal.
—¿Pasa algo?
—Sí, el problema es que si quiero olvidar a esa persona, deseo hacerlo sola. Lo lamento Carlos, pero no quiero una relación, al menos de momento.
—No escaparás del amor, quizás no sea yo, tal vez otro te haga olvidar a ese hombre que tanto amas —lo dudo. Regreso a mi casa y decido revivir a Azul, no pude evitarlo. La reviví, quizás por última vez
Málaga
Pablo
Pasamos el resto de la tarde charlando y tomando algunas cafés, hasta que Vio me invita a pasear por la playa, me agrada demasiado su compañía. Ella se adelanta un poco y no logro evitar mirar de cuerpo entero, es muy guapa ¿Acaso ella podría borrar toda mi historia con Azul?
—¿Estás bien? —pregunta al ver que no estoy caminando.
—Por supuesto, es que estaba pensando.
—Deja de pensar en ella, Pablo, ya te dije que no vas a hacer que vuelva tan sólo pensándola.
—Pero hace que su recuerdo siga vivo
—Quizás, pero te torturas más—se acerca a mí; acaricia suavemente su mejilla— no me gusta verte sufrir.
—Te preocupas tanto por mí Violeta.
—Es porque te quiero mucho. Eres un gran chico, con gran talento que no entiende que su sueño está en otro lado, quiero verte feliz —sonrío, la miro a los ojos. Estoy atrapado y la verdad es que no quiero escapar.
—Te lo agradezco, pero necesito sufrir para liberarme del dolor que me provocó su partida.
—No quiero, olvídate de ella, te hace mucho daño.
—Por el momento no quiero, por favor Vio.
—Deja de lastimarte—avanzo unos pasos por la orilla de la playa, ella me detiene y me gira haciendo que la mire directo a sus ojos, acerca su rostro al mío y me besa; me dejo llevar pero no es lo mismo que sentí con Azul, mis manos buscan recorrerla, buscan a la chica de la que estoy enamorado pero no la encuentra, me separo.
—Lo siento—ella cubre su boca con las manos
—Dios ¡Perdón Pablo! No sé cómo pude hacer eso... yo...
—Nos vemos mañana—me voy rápidamente de la playa. No quiero serle infiel a Azul, a pesar de que esté lejos. Mi mente está confusa, quiere dejarse llevar por lo que vivió con Violeta, pero quiere seguir amando a Azul. Llego a mi casa con un fuerte dolor de cabeza, hasta que veo ese sobre azul. Mi corazón late con fuerza, porque sabe que es ella. Veo el contenido... una sola palabra que hace que decida por completo. No sé por qué sigo insistiendo en ella
¡Hey Moreno!
Olvídame
Azul.
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¡Hey, Moreno!
FanfictionÉsta es una historia donde Pablo Alborán no existe aún, sólo existe Pablito Moreno Pablo y Tamara Ella es tímida y casi no habla Él es simpático y es de los más populares Ella es linda Él es guapo Pertenecen al mismo salón de clases, pero son...