¡Hey, Moreno!

43: Confusión

N/A: Antes que todo, muchas gracias por leer esta historia... esta historia sería nada sin ustedes.

Segundo... cuando era pequeña, mis padres ponían canciones que eran de su época. A mí se me quedaron y las escucho hasta el día de hoy. Creo que algún capítulos vendrán con canciones algo viejas... esta por ejemplo es de 1999 (Me sentí vieja jajaja). En esta me inspiré para este cap, espero que les guste la recomendación

PD: Por piedad, por Pablito... ¡No me maten! :'(

Por cierto... hoy murió mi móvil así que de momento... no sé que vaya a pasar 

----------------------------------------------------

Cada vez me duele perder, un minuto más, aquí sin poder entender porque tu no estás

Qué imposible es dejarte de amar.

Pablo

—Tami, amor... ¿Cómo rayos puedes creer eso? —pregunto mientras ella me mira con tanta furia que siento como si fueran cuchillas clavándose en mi ser.

—¿Por qué? Bien, te lo diré. Ella estuvo allí antes que yo —exclama— era yo la que escuchaba decirte mil cosas de ellas ¡Por Dios, ni siquiera sabes su rostro!

—¿Y el amor no se trata de ver más allá de lo físico? —reprendo.

—¿Y tampoco se trata de juegos?

—Tú decidiste esto, quisiste estar conmigo a pesar de lo que me estaba pasando con ella. Así que si pensara en Azul mientras hacemos el amor es porque tú deseaste continuar. Querías estar conmigo a costa de lo que sea ¿No es así? —un sonido resuena por toda la habitación, mi mejilla se enrojece y veo su rostro cubierto de lágrimas.

—¡Eres un.... idiota! —grita mientras sus lágrimas recorren su cara— ¡Y sabes qué es lo peor! Que aún así estoy enamorada de ti y no lo mereces... ¡Piensas en otra, no en mí! No en la que ha estado contigo, no en la que ha estado apoyando todos tus sueños y... ¡Soy tan tonta que... —no la dejo decir otra palabra más porque estoy ocupado devorando sus labios, mientras que mis manos limpian sus lágrimas.

Siento sus golpes en mi pecho, pero no deseo apartarme de ella, pero, al faltarnos el aire, me suelto.

—¡Qué es lo que te pasa!

—¡Tú me pasas, Tamara! —susurro— lo que pasó anoche fue nuestro, no pensé en ella en algún momento. Fui tuyo. Lo reconozco ella estuvo antes que tú, estuvo en esa cama, pero lo que vivimos fue superior. Porque a ella le conozco pocas cosas pero a ti...

—¿La amas? —pregunta sin dejarme terminar de declararle lo que siento.

—Te amo.

—¿Y a ella?

—No nos hagas esto -suplico.

—Es que soy soy tan idiota... te amo y sentía celos de ella. Cuando hablabas de Azul, estallaba pero tenía que contenerme, calle lo que sentir por ti. Me fui a Sevilla por eso.

—¡Por qué! —exclamo—. No lo entiendo, me amabas y aún así te entregaste a... ¿Por qué?

—Porque no tenía esperanzas... tú sólo tenías ojos para ella, pero no para mí.

—Quería protegerte... tú estabas con él y yo sabía que... —me suelto en automático de ella ¿Por qué estuvo con él? ¿Desde cuando ella...? De pronto, mi mirada oscurece— ¿Cuándo?