29: Debería dejarte ir, Azul

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Antes de la llamada de Tami

Málaga

Pablo

—¡Enhorabuena Pablete! —me felicita mi hermana, me siento muy feliz. Los productores han dado la luz verde para empezar la grabación. Por lo que debo reunirme con ellos en unos días para revisar las 13 canciones (de momento serían publicadas 10) que saldrán en mi primer disco.

—Creo que para las fotos del disco tendrán que esperar —ríe Violeta por el nuevo corte de cabello que tengo.

—No creí perder la apuesta.

—Para que veas que no debes apostar con mi hermano —hace tres meses nos besamos, pero Vio me aclaró que fue por el momento y no quería nada conmigo. Es más tiene novio.  

Para este semestre opté por cambiar de carrera. Publicidad no me llenaba lo suficiente así que ahora estaré en filosofía.

La verdad es que no he podido olvidar a Azul y ni siquiera hay alguna chica que me atraiga lo suficiente para desaparecer el recuerdo de aquella chica de post-it azules.

Estamos en la cafetería de siempre, tomando unas bebidas. Marce y Pili también nos acompañan, han aceptado a Vio como parte de nuestro círculo de amistad. Lamentablemente Marce y Lolo terminaron hace dos semanas, más bien se dieron un tiempo. Ella ha salido con el chico del que se siente atraída, pero al parecer las cosas no están funcionando.

—Les pido por favor que de momento no le digan nada a los demás. Quiero que decirles cuando empiece a grabar.

—Vale... te irá bien, eso ni lo dudes —afirma Pili.

—¿Vendrá Lolo?

—Marce... tú pediste el tiempo ahora espera.

—Violeta...

—Es la verdad... pero me di cuenta fe que lo extraño.

—Ya verás que el tiempo va a pasPili. van a volver —la tranquilizo. 

—Bueno... pues no sé.

—Al menos ya te diste cuenta que ese chico sólo era un capricho —aclara Pili—. Bueno Pablo, pues hay que ir a casa, es algo tarde.

—Ni tanto. Chicas ¿No quieren ir a cenar a la casa?

—Claro —en ese instante llega Rodrigo, el novio de Pili. Últimamente ha estado muy raro, incluso ella sospecha de que quizás... bueno ya saben, pero de momento no ha dicho algo y prefiere esperar a que se den las cosas... si es que las dudas de ella sean ciertas. 

—Hola cariño —llega Rodrigo y le da un beso en los labios. 

—Llegaste tarde. 

—Lo siento es que estaba recibiendo asesorías de parte de un maestro de la universidad. 

  —Claro... 

—Entonces ¿Irán a merendar? —pregunto tratando de evadir el momento incómodo, a lo cual todos aceptan por lo que nos vamos a casa. Mamá nos recibe con calidez y afortunadamente había suficiente merienda para todos. Antes de que sirviera subí a la mi habitación para dejar unas cosas que tenía en mi mochila. De pronto el móvil empezó a sonar, me percaté que el número era de Sevilla era extraño, porque tengo registrado en la agenda el teléfono de Lolo. Decido contestar 

—¿Hola? —no escucho nada del otro lado de la línea— ¿Quién habla? 

—Pablo...—susurran. Es de Sevilla y l única persona que puede saber mi número allá es ¡Tami! De pronto se abre la puerta de mi habitación.

—Pablo.. dice tu madre que bajes a merendar, ya esta tarde —la miro y asiento.

—Está bien, deja que termine de atender esta llamada. Lo siento ¿Quién habla? 

Esto... —¿Por qué no me habla con naturalidad?

—¿Tami? ¿Eres tú? —no dice más y se pierde la comunicación— ¡Tami!

Trato de llamar a ese número pero no está disponible ¿Qué rayos pasa?

—Pablo ¿Todo bien? —pregunta Vio.

—Sí... ella...

—¿Qué?

—Tami quiso hablar conmigo.

Me mira preocupada y bajamos a  merendar. Después se despiden todos y se retiran a sus casas. Antes de irme a dormir, intento llamar otra vez a Tami y nuevamente nadie contesta.

Preocupado cierro los ojos y trato de descansar.

Despierto y repito lo que hice anoche antes de dormir, la misma respuesta. Luego de desayunar, salgo de mi casa y encuentro un post-it azul...

Ella

La tomo entre mis manos. Pensé que después de esa notita nunca más sabría de ella, pues deseaba que la olvidara.

¡Hey Moreno!

Ya veo que me hiciste caso, me has olvidado. Mis fuentes me han dicho que ya estás con alguien llamada Violeta. Seguro que es una gran mujer y que ya te hizo olvidar todo lo que vivimos.

Soy tan idiota. Te pedí que me olvidaras y yo no he podido.

Pero bueno, ya no puedo revertir el pasado...

Bien. Eso es todo.

Te sigue amando (Como una increíble estúpida)

Azul.

¿Qué? Miro la notita impactado. No lo entiendo ¿Cómo fue que supo de mí? ¿Quién le dijo semejante mentira?

Lo peor de todo es que nadie sabe de ella. Nadie la conoce.

—¿Pablo? —habla Héctor, el hermano de Tami— ¿Qué tienes?

—Es... nada, sólo que una persona cree algo que es falso.

—¿Cómo?

—Sí es que esa persona cree que estoy con Violeta.

—¿Y no es así?

—Para nada, en fin... iré a ver a unos amigos —miento, desearía ir a mi recámara pero los recuerdos de mis manos sobre su cuerpo me consumen.

Camino hacia la playa, justo donde me dijo que quería ser mía por una noche. Me siento en la arena y miro al mar.

—Debería olvidarte, pero mi mente, mi cuerpo y corazón son tan tontos que aún tienen la esperanza de que un día vuelvas y empecemos de nuevo. A veces me pregunto si el destino es sabio, no me deja olvidarte. Quisiera dar lo que fuera con tal de no recordarte pero has sido una de los momentos más bellos que he vivido. Debería dejarte ir, pero no puedo. Simplemente no puedo.

Me levanto y emprendo mi camino de regreso a casa. Decido dejar un post-it justo en el lugar de siempre. Quizás su confidente la haga entrar en razón y me hable de nuevo.

Azul...

Yo no tengo relación alguna con Violeta mas que una bella amistad. Yo te sigo amando. Vuelve

Pablo.

¡Hey, Moreno!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora