Pablo
El corazón me late con intensidad, seguía entrelazada en mis brazos pero mirándome a los ojos. Eso provoca que miles de sensaciones choquen contra mi corazón.
—¿Y ahora? —pregunto con curiosidad.
—Bueno, tú eres el novio. Deberías saber que es lo que hay que hacer —empiezo a reírme, ella luego me acompaña.
—¿Te han dicho que eres muy hermosa? —susurro.
—Claro... pero no les había creído.
—Seguro debes haberlo escuchado muy seguido en Sevilla.
—Sí... aunque ahora que lo dices, ya les puedo creer —se muerde el labio y yo muero de ganas de volver a besarla. Es un sentimiento extraño, a pesar de que sigo amando a Azul... o al menos eso quiero creer, las sensaciones que me provoca Tami son tan fuertes como esos sentimientos hacia la mujer que me robó el corazón— ¿Todo bien, Pablo?
—Claro, sólo que me muero por besar tu boca.
—Bésame —nuevamente atrapo sus labios y me pierdo en sus besos.
—¿Y ahora qué es lo que sigue? —pregunta Tami en la heladería.
—Pues yo dije que no puedo tratarte de otra forma que no sea tu novio.
—Pero tú estás con Azul.
—Lo sé y creeme cuando te digo que quiero aclarar mis sentimientos. Pero es que contigo no puedo estar de otra forma.
—No tardes, no quiero sufrir. Como amiga y como algo más, trata de hacerlo pronto.
—Prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para no hacerte llorar -acaricio su mejilla— mi hermana debe estar preocupada.
—Vamos
Tami
¿Quién rayos soy y cómo me atreví a hacer todo esto?
Mi mente trata de reaccionar a cada cosa que mi instinto me ha llevado a hacer. Aún cuando siento el calor de la mano de él traspasando sobre mi mano, ahora estoy muy insegura de haber hecho esto ¿Qué pasaría si no puedo hacer que se olvide de Azul?
Estoy perdiéndome y eso no me gusta... no quiero que se vaya, no quiero que se quede enamorado de un imposible, porque si se entera de quién es ella... Dios...
—¿Estás bien? —pregunta Pablo preocupado.
—Sí... sólo que estaba pensando en que...
—Lo voy a intentar —responde seguro, parece que me ha leído el pensamiento—. Entiendo que esto sea muy extraño, vamos, incluso para mí lo es y tampoco mi intención es hacerte daño. Pero quiero que sepas que haré todo lo que esté a mi alcance para demostrarte que esto no es ningún juego o algo por el estilo.
El problema es que yo soy quien esta creando esta confusión.
Yo soy Azul...
Y soy tan estúpida que no puedo decírtelo.
Siento sus dedos entrelazados a los míos y, por alguna razón, me siento tranquila. Como si nada malo me puede pasar, después de todo... nadie sabe mi secreto y quienes los saben no serían capaces de decirlo a pesar de que me quieren matar por aún ser una tonta que no se atreve a decirle a la verdad.
De pronto nos vemos en la mesa donde están su hermana y el novio de ella. Se les ve muy felices con el embarazo y al parecer Casi lo está llevando bien.
—Por lo que veo las cosas han cambiado ¿No es así? —pregunta ella.
—Casi... —sisea su novio.
—Yo juzgo lo que veo y creo que ambos están empezando algo.
—Tienes razón —responde Pablo, sorprendiéndome— estamos intentando tener algo más que una amistad.
—Vaya... ¡Enhorabuena chicos! Les invitaremos un helado en celebración por su relación.
Sonreímos y nos quedamos mucho tiempo con ellos. Al notar que se está haciendo tarde, decidimos regresar a casa.
Al llegar, Pablo deja que su hermana y novio entren a casa para quedarnos a solas.
Me invita a que nos sentemos en los escalones y me toma, de nuevo, la mano.
—Gracias por aceptar salir conmigo.
—Pues... a pesar de lo atrevida que he sido y proponer esto entre nosotros.... Tengo miedo.
Se acerca a mi y toma mi mano para llevarla a sus labios y besarlo. Mi piel se estremece.
—Lo sé, y te entiendo. Pero debes saber que haré todo lo que está a mi alcance para no hacerte daño.
—Pero es que está ella y a pesar de lo que te propuse... yo... —hala de mi y me estrecha en sus brazos.
—Ayudame a olvidarla... por favor.
Mira mis ojos y sonríe, de pronto siento su aliento chocando contra mis fosas nasales y su labios rozando los míos para fundirse en un beso. Por fin me siento libre de besarlo sin sentir angustia por pensar en si me descubrirá o no.
Yo también necesito que la olvide... quiero que me ame por lo que ahora soy y no por lo que representé alguna vez.
Después de unos momentos, nos separamos por la falta de aire. Vuelve a regalarme una de sus sonrisas.
—Quiéreme, Tami —susurra.
—¿Seguirás diciéndome así?
—Siempre me gustó decirte así; a pesar de que hayas cambiado y ahora seas una mujer... te llamaré así cada minuto que me dejes estar a tu lado.
—No sé qué decirte...
—Sólo dime que no te arrepentirás.
—No lo haré —suspiro— es hora de regresar a casa. Se está haciendo tarde.
—Tienes razón... si quieres, charlamos por mensaje después de cenar ¿Te parece?
—Claro... —me besa en la mejilla.
—Entonces.... hasta después. No... este.... Te llevaré a casa —empiezo a reírme.
—Pero si vivo al frente.
—Pero es de caballeros llevar a casa a una dama —esbozo una ligera sonrisa.
—Está bien —cruzamos la calle y antes de despedirse, me toma de nuevo y me abraza.
A veces me da miedo que esto se me escape de las manos. Tal como sucedió con Azul, pero luego lo miro y sé que le provocó algo especial.
Estoy apostando demasiado a esto pero creo que está vez puede ser diferente... ojalá no me arrepienta.
Pablo
No me arrepentiré de esto.
No sé cómo, pero tengo que olvidarte Azul.
ESTÁS LEYENDO
¡Hey, Moreno!
FanfictionÉsta es una historia donde Pablo Alborán no existe aún, sólo existe Pablito Moreno Pablo y Tamara Ella es tímida y casi no habla Él es simpático y es de los más populares Ella es linda Él es guapo Pertenecen al mismo salón de clases, pero son...