22: Mentiras Verdaderas

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Tami

—A... ¿Anoche? —titubeo.

—Sí, es que algo extraordinario me sucedió anoche y no tengo a nadie más a quién contárselo.

—¿Sobre qué?

—Sé que esto suena estúpido, pero ayer... estuve con alguien.

—¿Por qué estúpido?

—Es que estoy enamorado de alguien que no conozco y pasé la noche con ella -suspiro de alivio.

—Explícate.

—A ver, hace tiempo una chica que está enamorada de mí me mandaba notas en post it azules. El caso es que poco a poco me fue enamorando y quise saber más de ella, por eso le pedí que nos viéramos ayer y bueno el caso es que está con alguien más, debido a que quería olvidarme. Pero...

—¿Qué?

—Tú... no fuiste ayer a la fiesta... no vi a Pilar ni a Marce... ¿Tú sabes algo de ella? —mi cara está hecha un poema, Pablo está expectante y dispuesto a todo con tal de saber de quién se enamoró. Sé que dijo que no le importaría de quien se trate; pero... ¿Podría aguantar que yo, su mejor amiga, es la que está detrás de esas notas? Suspiro profundamente.

—No, además hay mucha gente que no fue a la fiesta. Y Marce y Pilar si fueron.

—Sí —río— creo que estabas muy ocupado con tu conquista.

—Lo siento es que yo...

—¿Qué te dijo esa chica? Digo, la estás buscando por algo.

—Que la esperara. Tiene muchas cosas por resolver, pero le llevará tiempo.

—Déjala entonces. Si necesita tiempo es por algo. No todos los problemas se resuelven en un dos por tres.

—Entiendo pero... ¿Por qué tiene que ser tan complicado? —se rasca la nuca.

—Quizás sienta pena de algo, no sé... las personas, a veces tendemos a escondernos de nuestros miedos.

—No quiero que siga ocultándose. Pero bueno, ese es mi castigo por invitarla anoche al baile y...

—¿Y...?

—Pues la invité a mi casa y bueno... —mis mejillas se tiñen al recordar lo que pasó anoche—. Tami... ¿Te sientes bien?

—Sí... —respondo tímidamente— ¿Y... qué pasó?

—Bueno... pasamos la noche juntos y fue maravilloso —evito sonreír y contener mis ganas de abalanzarme a él y besarle toda la cara.

—Entonces... ¿Estás enamorado de ella? —me mira tímido— dime, no te voy a juzgar por ello.

—Sí —sentencia—. Pensé que esto era algo pasajero que se terminaría cuando entrara en razón por lo de Mariana, pero.... no. Extrañaba sus notas, extrañaba sus consejos. Necesitaba conocerla, tenerla frente a mí y agradecerle por ser de las pocas que confió en mí.

—Pocas....

—Lo siento Tami, pero tú...

—Entiendo, yo me alejé en el momento que más hundido estabas. No tienes por qué mentir en eso.

—Pero seguimos siendo amigos... eso es lo que importa —sonríe.

—¿Y qué harás en vacaciones?

—Pues no lo sé... Lolo regresa en un par de días y se instala aquí. Un amigo mío vendrá a visitarnos y bueno, seguiré trabajando por mi sueño...

—¿Y no me aceptarías una que otra escapada a la Malagueta?

—Siempre... ¿Qué estudiarás?

—Relaciones Públicas...

—Vaya, estudiaré publicidad —le miro extrañada— es que mis papás quieren que estudie algo en caso de que mis sueños no se cumplan.

—Claro que se harán realidad, tienes un gran talento. La disquera te está apoyando y por allí me enteré que subiste uno que otro video a MySpace.

—Tenía que ser mi hermana —río—. Espero que sí... realmente quiero vivir de la música.

—¿Sabes lo que eso implica?

—Sí y estoy dispuesto a aceptarlo. Pero no quisiera vivir mi sueño solo.

—Estoy segura de que encontrarás a alguien.

—Tami, la quiero a ella —afirma—. Tienes razón, puede ser que quiera que todo se despeje para que cuando nos veamos la próxima vez, estemos juntos sin que un antifaz la cubra.

—De momento piensa en tu futuro, que seguramente ella piensa en el suyo, contigo.

—Gracias por escucharme —se acerca a mí y me mira— ¿Te digo algo? Tu boca me hace recordarla.

Lo miro sobresaltada... no creí que se fijara tanto en los detalles, de haber supuesto eso, ni siquiera hubiese aceptado su invitación. Asustada, retrocedo un paso, sin provocarle sospechas.

—Bueno, todos tenemos algo que nos hace parecer a alguien más.

—Puede ser... quizás es que la estoy viendo por todas partes. Debo ir a buscar unas cosas, sino mi madre me va a regañar —me da dos besos— gracias por todo amiga.

—De nada que todo vaya bien —se aleja de mí.

Entro a la casa muy extrañada y atemorizada. Por un lado por las amenazas de Lucas y por el otro las suposiciones de Pablo. Siento que esto se me va a ir de las manos y tengo miedo de que alguien salga lastimado, de que la persona que amo salga herido y que no me quiera volver a ver.

No puedo alejarme de Lucas en este momento porque si lo hago, se irá contra quien sea, incluso con mi amigo. Azul está en peligro y nadie lo sabe, debo dejar que esto fluya y que el tiempo acomode las cosas, ya sea a mi favor o en mi contra.

Lo único que puedo hacer es seguir mandando notitas y evitar que Pablo me encuentre en el acto.

Tengo mucho miedo y eso me tiene paralizada.

Pablo

Camino por las calles en busca de las cosas que me pidió mamá. Cuando les anuncié mi decisión de estudiar publicidad al mismo tiempo que cumplir mi sueño se emocionaron. Y apenas ha pasado un par de días desde eso.

Y anoche... no puedo dejar de pensar en ella, ni en lo que vivimos. Me siento extraño porque es una relación que no había vivido antes y que nada se le parece. El futuro nos depara muchas cosas y las dudas se quedan en el aire ¿Seré capaz de soportar su ausencia? ¿Hasta cuándo estaremos separados?

Lo único que sé es que debo seguir, por mi familia, mis amigos, ella... Quiero cumplir mis sueños y para eso tengo que concentrarme al máximo. Sólo le ruego a Dios que no me deje tanto tiempo sin saber de Azul y también las fuerzas para que Tami se aleje de ese imbécil... tiene que darse cuenta de que él sólo la tiene porque quiere hacerla suya y ella no se merece eso.

Es momento de poner la cara en alto y luchar, por todo lo que nos importa y pase lo que pase lo superaré. Porque Azul me ha dado la fuerza para seguir.

De pronto me choco con una chica.

—Lo siento, estaba muy pensativo y no te vi —me encuentro con unos ojos verdes.

—No te preocupes, yo también iba en mis cosas —sonríe.

—Soy Pablo.

—Soy Violeta —estrechamos las manos y una corriente pasa por mi columna ¿Qué será?

¡Hey, Moreno!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora