Usted es la culpable
De todas mis angustias y todos mis quebrantosPablo
Regreso a mi casa con mis dedos en los labios ¿Qué acabo de aceptar?
No pude evitarlo, ella posee algo que hace que mi mente deje de funcionar y que mi cuerpo y mi corazón hablen por si solos. No pensé en cómo afectaría esto a Azul, o qué podría pasar con nosotros. Pero necesito respuestas... ¿Acaso lo que siento por Azul no es lo suficientemente fuerte para dejarme llevar ante los encantos de Tami?
Durante la cena me veo imaginándome futuros, lo que pasaría con Azul, con mi amiga. Debería arrepentirme de lo que hice pero no, la verdad es que deseo verla de nuevo y quedarnos por horas hablando, como antes. Ella tiene algo que no me deja escapar, no tengo idea pero quiero seguir descubriéndola.
Tumbado en mi cama, medito en las cosas que me han pasado. No puedo dormir pensando en la manera que conectamos, en la forma en la que nos besamos. Debo parar... decido mandarle un texto, para saber si está despierta
"Hola... quiero hablar contigo mañana, dime a qué hora puedes..."
"Pensé que ya dormías, Pablete ¿Acaso no puedes dejar de pensar en los besos que nos dimos? Porque eso me está pasando... pues al medio día en tu casa, si quieres"
Mi corazón palpita rápidamente con aquellas palabras. Muerdo mi labio conteniendo las ganas de decirle que yo también he pensado en sus besos. Son como una amnesia, hacen que me olvide de todo.
"Sí... pues nos vemos en mi casa... Buenas noches"
"¿Acaso me tienes miedo? No muerdo... bueno quizás tu boca, pero de lo demás puedes estar tranquilo"
Y aquí es cuando mi mente se desconectó de mi cuerpo. Mis ganas de besarla se hacen insoportables, necesito saber hasta dónde puedo llegar... Azul no se ha comunicado conmigo... duele tanto su frialdad. Me orilla a experimentar sensaciones, cosas que siento con Azul son aún más intensos con Tamara. Hasta su nombre me sabe a gloria.
Trato de conciliar el sueño....
—¡Pablete! —susurran— despierta, es casi mediodía.
Tan sólo escucho la palabra y me levanto de un golpe. Mi hermano es quien trataba de levantarme. No pienso en nada y busco mis cosas para meterme a la ducha y arreglarme, no tengo la idea de la hora que es, pero sé que ella estará pronto aquí.
Me pongo unos vaqueros y una camiseta a cuadros. Estoy demasiado ansioso por verla, las dudas me carcomen pero también una desesperación por besarla.
—¿Por qué tanta prisa, hermano?
—Es que... viene una amiga—respondo nervioso
—Claro... una amiga—Salva arquea una ceja— pues me parece que es algo más que eso.
—Somos amigos...
—Y yo el rey de España, pero bueno haré como que te creo. Te dejo para que te arregles para ver a tu amiga.
—Vale—suspiro molesto. Aunque es cierto lo que dice, ya no tengo idea de si es correcto hacer esto, pero es lo que necesito.
Pasan los minutos y un mensaje de Tami anunciando que ya está en la puerta hace que baje en menos de un minuto y la miro. Una camiseta a cuadros suelta en conjunto con una blusa blanca y jeans rotos la hacen ver bella. Ordeno a mi mente hablar
—Hola...
—¿Cómo estás Pablo? —me mira a los ojos— ¿Hablaremos aquí?
—Perdón... vamos al jardín y allí platicamos...
—Bien...
Dejo que pase primero y no fue por ver lo que hay a sus espaldas sino para aclarar mis pensamientos con respecto a lo que está pasando.
Pero esto no dura mucho. Llegamos al jardín y ella se sienta en los escalones que dan paso al lugar. Hace un gesto para que me siente a su lado, con nervios, hago caso a lo que me dice.
—¿Y bien?
—Yo... bueno es que sobre lo que pasó ayer...
—No aceptas lo que te propongo.
—Es que... siento que estoy jugando contigo y no quiero que te lastimes por culpa de mis idioteces—me interrumpe besando mis labios y de nuevo me pierdo en las sensaciones que ella despierta en mí.
Me suelto de ella, tratando de convencerme de que esto no me puede pasar.
—¿Acaso no te gusta la forma en que nos besamos?
—Sí, pero yo..
—¿Te gusto?
—A cualquiera... —posa un dedo en mis labios
—Pero yo quiero saber de ti—susurra— porque... bueno...
—Me gustas—sentencio— no sé qué me pasa, pero me gustas y no puedo dejar de pensar en los besos de ayer.
—Entonces ¿Por qué no podemos intentar?—acerca su boca a la mía y no lo soporto más... esto se vuelve una adicción.
—Vamos a intentarlo pero, por favor, ten paciencia...
—Esperaré lo que tu quieras...
—¿Por qué?
—Porque me gustas—la miro impactado.
Y hasta la vida diera por vencer el miedo
De besarla a usted
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¡Hey, Moreno!
FanfictionÉsta es una historia donde Pablo Alborán no existe aún, sólo existe Pablito Moreno Pablo y Tamara Ella es tímida y casi no habla Él es simpático y es de los más populares Ella es linda Él es guapo Pertenecen al mismo salón de clases, pero son...