44: Despedidas

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Entre tú y yo no hay nada personal, es sólo el corazón que desayuna, come y cena de tu amor.

Vives aquí en mis sentimientos, me ocupaste el pensamiento.

Quizás te añore mas no hay nada personal.

Tami

Ha llegado el fin de semana. Hoy Pablo se va de Málaga, nos olvida a ambas. Me siento como una estúpida haciéndome creer que finalmente se va a decidir antes de partir pero sé que es mentira. Lo he obligado a hacer esto. Porque sigo creyendo que él ama a Azul, que ella no es yo.

Es claro que lo que hubo entre nosotros ha sido una mentira. La personalidad que yo creé me ha destruido, nos ha destrozado. O quizás es que no soy capaz de darme cuenta de que esto no tiene futuro.

Tal como mis papás hicieron cuando yo me fui a Sevilla, los padres de mi... de Pablo decidieron hacer una comida de despedida y para desearle buena suerte. Al parecer él no se ha atrevido a decirles que hemos terminado.

Se va al atardecer y no nos hemos dirigido la palabra. Me duele su ausencia, no poder tocarlo, no sentir sus besos ni caricias. Pero no me puedo permitir estar mal frente a él. Tami y Pablo terminaron, Azul y Pablo están al borde de acabar... al final las dos perdimos. 

—Hija... —llama mamá desde el otro lado de la puerta de mi habitación— recuerda que vamos a la comida que organizaron los Moreno para Pablo. 

—Por supuesto mamá... sabes que no me lo perdería por nada. 

[...]

Un vestido floreado, unas cuñas, cabello suelto y maquillaje discreto, son los ingredientes del look de hoy, al menos pude aprender a valorarme y entender que soy bella, que puedo atraer a cualquier hombre... incluso al hombre que tengo frente a mí. 

Trato de evitar estremecerme, pero es que es casi inevitable al verlo tan bello, tan guapo. Su mirada escrutándome, como si quisiera decirme algo. Pero no lo hace y tan sólo saluda a mi familia y nos invita a pasar. La comida se hará en el jardín, todos se sientan y el destino parece jugar en mi contra pues se sienta a un lado mío. 

En medio del almuerzo comenta sus planes en Madrid, sus padres le han dado la sorpresa de obserquiarle un ático. Él está maravillado y yo tan absorta en mis pensamientos que no presto atención a que Pablo ha puesto una mano en mi pierna y la acaricia. Evito sobresaltarme.

En medio de la comida, mis padres y lo suyos empiezan a platicar de cosas sin importancia para mí. De repente, siento que él se acerca a mí. 

—Necesitamos hablar... me lo debes amor. 

—Yo no te debo nada... —sube su mano, buscando mis manos.

—Por supuesto que sí... para mí aún hay un nosotros. 

—Así que por eso no les has dicho a tus padres que terminamos. 

—Pues... —se levanta y me toma de la mano— si me disculpan, voy a hablar con mi novia un momento. 

Me lleva hacia la casa y caminamos hasta el estudio de su casa. Me mira pero yo evito su mirada, no entiende que ya no hay nada. Que esta relación sólo ha sido una idiotez, una que yo provoqué. 

—Mírame —no respondo— Tami... 

—Habla lo que quieras... yo te estoy escuchando. 

—Pues parece que no. Porque estás ignorándome. 

—Claro que no. 

—¡Mandaste todo al carajo! ¿Cómo pretendes que piense que no me ignoras? 

—Lo mandé porque tú estás inseguro con tus sentimientos, y yo no puedo estar así. 

—Al principio prometiste ayudarme. 

—Porque no te amaba —lo miro y veo fuego en sus ojos. Molesto, acerca mi cuerpo al suyo. Empiezo a temblar. 

—Atrévete a repetirlo... porque ya no creo esas palabras. Tú me amabas antes de empezar nuestra relación. Te voy a demostrar que ella ya no tiene cabida en mi vida. En un mes y medio volveré por ti, y si es necesario voy a conquistarte cada día con tal de que vuelvas conmigo.

—¿Y si te das cuenta de que amas a Azul? 

—Te lo diría... —susurra acercándose a mis labios— pero ella sólo me ha lastimado y tú... Dios... nadie me ha hecho sentir lo que tú. Y es increíble que no puedas verlo.

—Ni se te ocurra besarme... —se muerde el labio.

—No sabes las ganas que tengo de comerte a besos —no caigas Tami... a pesar de que lo ames y que te haya derretido el corazón, no te dejes llevar. 

Y eso hago, me aparto bruscamente de él. Me mira con picardía y sonríe, camina hacia la puerta.

—Es mejor que nos vayamos, seguro la familia debe estar preocupada por nosotros... mi amor. 

—No me digas mi amor —espeto— entre nosotros ya no hay nada. 

—Todo, amor, entre nosotros hay muchas cosas. Yo sé que me amas tanto como yo a ti... y te juro que lo que tú dices que es nada, pronto será un juntos —no dice nada más. Decide irse primero, mi cabeza está hecha un revuelto, no lo entiendo y lo peor de todo es que... su promesa me ha hecho sonreír. 

[...]

Pablo

Estoy en la estación, Lolo se va conmigo y una chica nos va a dar la bienvenida a Madrid. Marce me ve como si quisiera matarme y creo que lo merezco, pero estoy completamente seguro de que irme de Málaga por este tiempo me hará pensar las cosas con claridad... y un pensamiento me hace sonreír... sólo necesito pruebas, pero estoy seguro de que a quien amo... es a ella. 

Parece que el orgullo le ha ganado a Tami y no ha venido a despedirse de mí... me hubiera encantado besarla pero debo hacer que tenga esa incertidumbre. Algo me dice que estoy haciendo lo correcto. 

—Si no fuera porque eres el mejor amigo de mi novio, te mataría por lo que le haces a Tami. 

—Tranquila Marce... te aseguro que después todo puede cambiar. 

—Haz lo que quieras... te echaré de menos —me abraza y después se acerca a Lolo para comerse a besos. Yo me aparto de ellos y camino hacia el andén. 

No hay nada entre nosotros... no amor... entre nosotros  hay una hermosa historia... y, creo, un bello color. No sabes lo loco que me tienes Tami. 

Sacas a flote mis tragedias y de repente las remedias.

Me haces loco, me haces trizas, me haces mal.

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¿Qué creen? Me parece que alguien se está dando cuenta de un pequeño secreto... 

¡Hey, Moreno!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora