Capítulo 42

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ZAYN

Para cuando empezó a llegar la gente todo estaba arreglado. No habían muchas personas, alrededor de unas diez, sin incluirnos a nosotros. Algunos habían llevado comida y refrescos, lo cual fue realmente un alivio. 

Erick, quien también era amigo de Harry, le trajo una tarta de manzana a Sam con su cara de niño bonito. Apenas se giró quería arrancarle la cabeza, pero me controlé -algo así. Sin poder aguantarme seguí a Sam hasta la cocina, donde ella guardaría la estúpida tarta. No esperé a darle explicaciones, solo me lancé a besarla como el jodido animal que era.

Sabía que al otro lado de la encimera, estaría Erick mirando disimuladamente.

Me hervía la sangre en pensar en los detalles que le hacía, porque, vamos, yo ni en un millón de años -aunque me esforzara - no podría darle algo así a Sam. Tal vez después de un millón de intentos podía atinarle a algo, algo que le encogiera el corazón de emoción, como cada vez que pasa con Erick.

Es como si supiera exactamente qué hacer para arrebatármela.

Me bebí el resto del líquido en mi vaso, observando el panorama desde la barandilla en el porche. La noche era fresca, con un poco de frío, y el agua estaba en calma. La media luna se veía reflejada en el mar, dando un aspecto pacífico e irreal al ambiente.

El ron quemó mi garganta, recordándome que estoy viendo cosas donde no las hay. A Sam le encantan ese tipo de detalles -quisiera poder hacérselos, pero uno de ellos fue que puse mi vida en riesgo para poder entregarle el reloj de su abuela. Quisiera algo más convencional -, pero me ha dejado en claro a quien prefiere.

Ella me quiere, lo puedo ver en sus ojos. No puedo imaginar el día en que deje de verme así.

Seguía pensando en lo que realmente debía regalarle para su cumpleaños, algo que de verdad valga la pena, cuando la puerta se abre de un estruendo y la mosquitera pega de lleno en la pared. Louis está saliendo, sin notar mi presencia -ya que estoy en la esquina más alejada de la barandilla - y se bebe el contenido de su vaso en un trago, para luego limpiarse la boca con la manga de su suéter.

Últimamente lo había visto mucho en suéteres. Aún cuando hacía calor, él se mantenía en jerseys o franelas de mangas hasta los codos. A medida que camina hasta la barandilla, veo que su paso es inseguro, tembloroso, pero no tengo más señales. Sólo se queda allí, mirando el mar, estático en su sitio. Cuando me decido a acercarme a él para preguntarle qué pasa, apoya sus codos en la barandilla y hunde su cabeza en los hombros.

-¿Louis? -inmediatamente, apenas pronuncio su nombre, se repone como un resorte -¿Qué pasa, qué tienes?

Busco sus ojos, pero rehúye a mi mirada.

-¿Yo? Nada, no tengo nada.

-Te acabo de ver.

-Hablando de ver, ¿dónde estabas que no te vi? ¿No deberías estar con Sam?

-No me cambies el tema -le contesto dando más pasos hacia él. Louis recuesta su cuerpo en la barandilla, ayudándose con las manos, manteniendo la cabeza baja. Me está ocultando algo.

-En serio no es nada, Zayn. No hagas una tormenta en un vaso de agua.
-¿Has discutido con Harry? Los he visto distantes esta semana...

-¡Rayos, no! ¡Deja de meterte donde no te incumbe!

Fruncí el ceño.

-¿Por qué estás tan a la defensiva?

Louis rodó los ojos, fastidiado. Se había separado del barandal y caminaba como gato enjaulado sobre el piso de madera.

-¡No estoy...! -se interrumpió, deteniéndose para luego lanzarme una mirada mortificada -¡Bien, tú ganas! ¡Estoy a la defensiva! ¡Y he discutido con Harry!

Se produjo un silencio mientras esperaba que se calmara. Respiró varias veces, pasando una mano por el cabello.

-Lo siento, Louis. Sólo quería saber qué estaba mal.

-No, no -su voz bajó unos cuantos decibeles, hasta que simplemente fue un susurro en la noche -. Discúlpame tú a mí. Ésta semana... Harry también me ha atacado con preguntas, como tú, y he explotado como lo acabo de hacer. La diferencia es que con él no me he calmado y salí corriendo.

Apreté los labios en una línea fina.

-¿Por qué?

Louis hizo una mueca. Se restregó la cara, como si quisiera decir algo pero a la vez no.

-Sé que él solo quiere saber qué me pasa, pero no puedo... No puedo decirle. He intentado, muchas veces, pero no puedo.

-¿Qué, Louis? ¿Qué no puede saber?

Abrió la boca para contestar, y por un segundo estuve seguro que me diría, cuando la puerta se volvió a abrir de un estrépito. Liam venía con un gorrito cumpleaños -posiblemente patrocinado por Harry.

-¡Hey, aquí están! -se acercó a ambos, pasando un brazo por encima de nuestros hombros. No se dio cuenta de lo alicaído que estaba Louis, ni de que acababa de interrumpir una conversación importante -¡Ya es hora de cantar el cumpleaños!

Estaba bebido. Lo sabía porque Liam nunca gritaba, tampoco era tan desenvuelto. Nos guió a través de la estrecha puerta. Las luces ya estaban apagadas, todos rodeaban a una pequeña mesa riendo y bromeando. Cristina intentaba encender las velas, Harry se veía muy concentrado en su vaso, sin dirigirle una mirada a Louis.

Sam levantó sus ojos en el momento de que Liam se separó de mi para ir con Cristina, quien arrugó la nariz al oler su aliento. Me acerqué a Sam, esbozando una pequeña sonrisa sin ser del todo real; mis pensamientos iban en dirección de Louis. Puse mi mayor esfuerzo en concentrarme en ella.

Cantamos el cumpleaños, todos animados, y Cristina, al final, le llenó la cara de merengue a Sam. Cuando fue a enjuagarse la cara todos estaban separados en ciertos grupos, algunos solos, como Louis y Harry, en lugares opuestos de la habitación. Louis se había conseguido otro vaso de alcohol, pero Harry, en cambio, parecía seguir con el mismo. De hecho, dudaba haberle dado un trago en toda la noche.

Me acerqué a Louis, siendo cauteloso. Sabía que ahora sería más difícil sonsacarle la información, pero al menos tenía que intentarlo.

-¿Y bien? No has terminado de decirme.

Louis parecía estar preparado para lo que dije, ya que ni siquiera dudó en contestarme.

-Oh, eso -él tomó otro trago -. Sólo le molesta que no esté comiendo bien.

Lo miré con ojos entrecerrados. Él se mantuvo impasible. Sabía lo bien que mentía Louis cuando se lo proponía -¡era el mejor en la clase de teatro! -, incluso podía controlar y manejar a su antojo el lenguaje corporal para no delatarse. Sin embargo, no hice nada.

Sabía que mentía, y él sabía que yo sabía.

Lamentablemente, no intenté presionarlo más. Me dije que él me lo diría cuando estuviese listo, y para entonces tendría un buen consejo para él.

No tenía ni idea del error que había cometido.

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HOLA CHICAS

HE VUELTO

SÉ QUE QUIEREN MATARME PERO JSJDEHJBFJBJSJSDDN NO TENGO EXCUSAS

LA BUENA NOTICIA ES QUE MIREN WOW UN NUEVO CAPÍTULO DE LA MUERTA DE AHORA RESUCITADA HISTORIA SURRENDER

COMENTEN Y VOTEN :D

LAS AMOOOOOO

Surrender | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora