Surrender | Zayn Malik |

Capítulo 23

––Muy bien, te escucho.

Sam estaba sentada en la silla del escritorio, mientras yo estaba recostado en mi cama con ropa limpia y curitas de animación por toda mi cara; me sentía ridículo.

Suspiré, resignándome.

––En Londres… Grace y yo terminamos ––dije mirándola a los ojos, sin embargo, no parecía sorprendida en lo absoluto ––. Encontré a Grace tomando de la mano a Stuart. Me estaban engañando, y quién sabe desde cuánto tiempo.

Su expresión se suavizó, pero no era por pena o lástima, así que sólo cerró los ojos.

––Lo sie-…

––No lo sientas, porque yo no lo lamento para nada.

Guardamos silencio.

–– ¿Por eso es que te has metido a peleas clandestinas?

Desvié la mirada de su rostro.

––Yo sólo tengo toda esta rabia contenida dentro de mí y no sé cómo sacarla ––respondí mirando al techo ––. Es por eso que quizás no te he hablado en los últimos días, no quería pagarla contigo. Sé que no tienes la culpa pero sentía tanta ira que… no sabía si podría controlarme…

Sam asintió.

––De acuerdo.

––Entonces pensé en qué forma debía descargar toda esta rabia y casualmente leí un afiche sobre boxeo. Estuve allí una semana, y luego Tim, el tipo que estaba nosotros hace un rato, vio que tenía potencial ––hice una pausa para recuperar el aliento ––. Me propuso que peleara clandestinamente, él me entrenaría ––fue boxeador profesional –– y las ganancias las dividiríamos entre los dos. No estaba mal, yo lograba salir mi ira sin dañar a nadie que yo conociera, y además ganaba algo de dinero.

Sam permaneció en silencio unos segundos.

––Eso está mal, Zayn.

–– ¿Por qué? ¿Acaso quieres que golpee a cada persona que se me atraviese por delante? Ya hay varios del instituto que me odian por lo de Matt, y aunque quiero golpearles no voy a hacerlo, porque no soy agresivo.

Ella se levantó de golpe, mirándome severamente.

–– ¡Ese es el punto! Si sigues con esto, te volverás agresivo. ¿No lo entiendes? ––No le contesté –– ¿Qué pasaría cuando ya no quieras hacer más peleas y tengas un arranque de rabia? ¿Golpearás a quién se te cruce?

–– ¡Por eso estoy haciendo esto! ¡No quiero golpear a nadie a menos que ellos vengan a mí voluntariamente!

–– ¡Y cuándo no tengas esas peleas nunca más, ¿qué harás?!

Todo se quedó en silencio. Ella pareció notar que estaba hablando muy fuerte y si no queríamos que mi madre supiera tendríamos que bajar la voz. Se acercó, pero no para hacerme cariños ni nada parecido, más bien parecía advertirme.

––Sólo no quiero que te hagan más daño Zayn, más dañado de lo que ya estás ––dijo mirándome cansada ––. Un mal golpe puede ser mortal, nunca vas a saber con qué tipo de persona te topas. Yo sólo… ––suspiró, visiblemente abatida ––. Si vas a seguir con esto, entonces cuídate.

Salió de la habitación, dejándome con la palabra en la boca.

Quise llamarla, gritarle y decirle que lo dejaría. Pero no lo hice porque no iba a hacerlo, no quería prometerle cosas que sé que no cumpliría. Me dejé caer en la cama, ya que por la discusión me había hincado, y sólo me dormí.