Capítulo 28

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Zayn

 

 

–– ¡Zayn, hijo, ya llegué! ––escuché la puerta principal cerrarse con un estruendo. Con algo de pereza, me levanté de la cama. Aún me dolían las costillas por los golpes que había recibido la noche anterior.

––Hola, mamá. ¿Cómo te fue?

Mi mama estaba recostada en el sillón con los ojos cerrados. Se le veía cansada.

––Bien, aunque estoy agotada. Creo que pediré un reposo por una semana.

Fruncí el ceño.

–– ¿Y eso?

––Bueno, he estado sintiéndome algo rara en los últimos días. No creo que sea algo grave, pero quiero visitar al médico.

En mi mente floreció el pánico ante la idea de perder a mi madre. La observé más detenidamente, y la verdad era que parecía más desgastada. Como si ella fuese un dibujo a lápiz y fueran pasado un borrador sobre ella.

––Yo te acompañaré.

Mi madre sonrió.

––No tienes por qué, amor. Haré la cita el lunes a primera hora, ya pedí permiso. ¡Y no puedes faltar a clases!

––Pero mamá…

––Se vienen las vacaciones de primavera y sé que también se vienen los exámenes. Espero buenas notas, Zayn.

Solté un resoplido, frunciendo el ceño. Ella suspiró, viéndome.

––A veces me recuerdas tanto a tu padre ––me dijo, como nostálgica, y luego se fue a la cocina.

Mientras subía las escaleras, me dije a mí mismo que conseguiría un trabajo para el verano. Así mi madre no tendría que trabajar tanto ni tomar doble turnos para pagar las cuentas. Sentí rabia al pensar que con lo que había ganado anoche podría haber servido para algo, pero eso no importaba ahora. Sam había recuperado su reloj y no me sentía para nada arrepentido.

El lunes cuando llegué al instituto, Matt estaba afuera con sus malditos perros falderos. Tan solo verlo me daban ganas de vomitar. La única cosa buena que había pasado en el instituto desde que él regresó de su suspensión ––que duró tres semanas ––, es que todos los profesores tenían el ojo puesto en él. Claro, y también Louis.

Así que Matt no tenía más opción que abstenerse a su estúpida necesidad de golpear a quienes les gustaban los chicos. Había oído rumores a que Matt esperaba a la salida para golpearlos, pero por más que quisiera creerlos, no lo había visto hacerlo. Con tal y no se metiera con Harry, todo estaba bien. En cuanto me vieron subir las escaleras, me dieron unas intensas miradas.

Dios, eran tan inmaduros. Parecían niños de kínder rencorosos.

–– ¡Zayn!

Por un mínimo segundo, pensé que era uno de ellos y estaba dispuesto a girarme y voltearle la cara de un guantazo. No debería estar orgulloso ––pero lo estaba –– de que mi fuerza se hubiera incrementado por los entrenamientos y el boxeo.

Afortunadamente, era sólo Harry.

 ––Hey, Harry.

––Espera un segundo ––se dobló en dos para recuperar el aliento. Al parecer me había perseguido escaleras arriba. Luego de unos segundos, levantó la cabeza sonriendo ––. Quería invitarte a hacer algo.

Surrender | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora