––Mierda ––refunfuñé apenas abro los ojos. Un dolor me taladra la cabeza. Por suerte, en los últimos días tuve la idea de poner una cortina negra para evitar que el sol entrara. Nunca pensé que alabaría tanto a una cortina. Hincándome sobre los codos, veo hacia abajo. Todavía tengo mi ropa puesta así que puedo decir que no hice ninguna locura.
Me dirigí al baño para buscar algunas aspirinas y asearme. Cuando bajé, mi madre ya estaba esperándome en la encimera. Antes de sentarme, miro la hora en el reloj colgado; son casi las dos de la tarde. Mi almuerzo está puesto frente a ella, seguramente frío.
––Buenas… tardes, mamá.
––Buenas tardes, Zayn.
Empuja el plato hacia mí para luego tamborilear sus dedos en la encimera. Se que estará mirándome a manera de reproche todo el día si no le pregunto.
–– ¿Qué pasa?
––Llegaste a las cuatro de la madrugada ayer.
¿Qué? ¿Por qué no recuerdo eso?
––Lo siento.
–– ¿Lo sientes? ¿En serio lo sientes? Zayn, te fuiste al partido desde las seis de la tarde. Puedo aceptar eso, estás en el equipo. Pero nunca me dijiste que te quedarías a una fiesta ––ella está enojada. No es de las que gritan, pero sus ojos están echando humo ––. ¿No pudiste enviarme un mensaje, una llamada corta siquiera? ¿Era mucho pedir? Pensé que te había pasado algo.
Se queda en silencio. No sé que hacer para disculparme.
––Sino es porque ese chico te trae, juro que hubiera ido a buscarte yo misma.
Es entonces cuando noto las ojeras bajo sus ojos. No ha dormido en toda la noche gracias a mí. Qué gran hijo soy.
–– ¿Quién era?
–– ¿No recuerdas? ––niega con la cabeza a modo de reprobación ––. Creo que se llamaba Louis.
Suspirando, bajé la mirada para volver con mi comida, pero mágicamente mi hambre ha desaparecido.
––Lo siento mamá, de verdad. No lo haré otra vez.
––No hagas promesas que no puedas cumplir, Zayn. Escucha, lo único que te pido es que me avises. Nunca te he prohibido nada y no quiero hacerlo cuando empiezas a independizarte, ¿de acuerdo? ––asentí, sin más nada que decir ––. Iré a dormir un rato.
La vi levantarse y desaparecer en las escaleras con paso cansado. Dejé caer mis hombros. Había decepcionado a mi madre una vez más.
Mi teléfono sonó cuando estaba echándome a morir en mi habitación intentando desaparecer la resaca que tenía.
–– ¿Hmm? ––no tenía ganas de hablar.
––Hombre, ¿sigues vivo? ––era Louis, y se estaba riendo el muy idiota.
–– ¿Tú lo estás?
––Bueno, al menos yo anoche no bailé en el comedor de Matt.
–– ¡¿Yo qué?! ––eso fue lo que bastó para ponerme de pie. Yo no haría eso. Claro que no. Bueno, no estaba en mis cinco sentidos…
––Nunca dije que fueras sido tú.
–– ¿Entonces quién fue?
––Sam ––repuso tranquilo. Casi podía imaginarlo mirándose las uñas.
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Surrender | Zayn Malik |
Teen Fiction❝ --No puedes decir que estoy dejándote, porque nunca me tuviste.❞ Ésta novela tiene lenguaje fuerte, drogas, sexo, y relaciones homosexuales. Leerla bajo tu propio riesgo. #199 en adolescentes #540 en romance