Surrender | Zayn Malik |

Capítulo 15

–– ¿Qué es lo que está pasando aquí? ––una voz me hizo levantar la mirada. El director tenía el ceño fruncido detrás de sus gafas. A su lado pude ver a la coordinadora intentando ahuyentar a los demás alumnos, diciéndoles que volvieran a sus clases.

––Lo siento, señor, fue mi culpa.

No sé que me sorprendió más, si fue que Liam estuviera en la capacidad de hablar o que él se hubiera echado la culpa. Cristina lo vio de manera reprocharte pero no habló.

–– ¿Payne? ––el director parecía desconcertado. Observé a Liam mientras intentaba levantarse con ayuda de Cristina. El círculo que nos rodeaba fue desvaneciéndose al pasar los minutos, hasta que sólo quedamos Louis, Sam, Cristina, Liam, el sucio de Matt y yo –– ¿Qué ha pasado?

––Bueno… ––Liam parecía hacer un esfuerzo enorme al hablar, su brazo sostenía su torso como si le doliera ––. Matt dijo algo que me molestó y yo solo… ––suspiró –– me lancé contra él. Lo siento.

El director, el señor Hest, se frotó las sienes.

––Tendré que mandarte a detención por al menos una semana, Payne.

Liam asintió.

–– ¿Señor Malik? ––su mirada vagó hasta mí y mis manos. Sólo ahora me daba cuenta que aún sostenía a Matt del cuello.

––Oh, lo siento. Intentaba retenerlo para que no golpeara a más nadie ––parte verdad y parte mentira.

––Tendrá que estar en detención también ––estuve apunto de replicar ––. Estuvo en la pelea también, y los alumnos considerarán una muestra de compasión si no tiene su penitencia.

––De acuerdo.

––Vayan a la enfermería. Y si no es mucha molestia, lleven al señor Morgan también.

Por mí lo hubiera dejado allí tirado hasta que los zamuros se lo comieran. Louis me ayudó a levantarlo y juntos lo llevamos hasta la enfermería.

––El muy maldito pesa como mil kilos ––protestó Louis mientras lo lanzaba a la camilla.

––Peleas, siempre son peleas. ¿Ustedes no aprenden, no? ––la enfermera empezó a atenderlos. Primero a Liam, que era el que estaba consciente, y que era el que peor salió de todo esto. Un lado de la cara le sangraba, y por la manera en que se sostenía iba a dolerle el estómago por una semana. Al menos no se rompió una costilla.

Las chicas estaban esperando afuera ya que el sitio era muy pequeño, así que aproveché para hacer lo que me venía dando vueltas desde hacía bastante tiempo.

Cuando salí pude ver a las dos hablando acaloradamente. Cuando me acerqué, ambas callaron.

––Cristina, Liam necesita algo de ayuda allá adentro ––ella asintió y sin rechistar se fue. Sam no me miraba, sólo observaba sus pies como si fueran el centro del universo ––. Tengo que hablar contigo.

––Espero que no sea algo del baile, porque ya sabes que…

–– ¿Qué pasó en el baile del año pasado?

Sam se quedó callada, mirándome fijamente con los ojos bien abiertos.

––Yo no…

––Necesito que me lo digas. Estoy frustrado de que todos lo sepan y yo no. Matt siempre está provocándonos a ti y a mí, tengo que saber a qué me enfrento.

Sam suspiró, recargándose en la pared y quedando de perfil ante mí.

––El año pasado fui la burla del curso ––empezó ––. A principios de año, Matt y yo éramos novios. Empezamos a salir en el verano, y todo estaba bien. Pero cuando empezamos el instituto yo fue cambiando. Había una chica nueva, Helen, y Matt comenzó a comportarse extraño. Como sabes, Matt es muy reconocido aquí, no como popular, sólo como jugador del equipo, así que me conocían todos.