Surrender | Zayn Malik |

Capítulo 45

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Dimos unas cuantas vueltas por el centro comercial durante un rato. Mi madre hablaba con Louis animadamente, preguntándole sobre sus hermanas, sus padres y lo que quería estudiar cuando fuese a la universidad. En algún momento, lo noté incómodo, pero le respondió amablemente que quería tomar la carrera de Artes Escénicas; mi madre lo miró sorprendida y luego lo felicitó, diciéndole que si eso era lo que quería que le echara ganas.

––Zayn aún no me ha dado razón de alguna universidad, pero lo prefiero así. Es mejor que lo piense bien, que lo medite. Después de todo, es algo que hará por toda su vida ––seguía diciéndole mi madre.

Mentalmente me regañé, pues no había puesto más mínima de las intenciones en pensar lo que iba a estudiar.

No me malinterpreten: quería estudiar. Pero hasta hacía unas semanas mi sueño era obtener una beca en una universidad reconocida para futbol y vivir de eso el resto de mi vida.

Eso fue antes de que lo arruinara todo, por supuesto.

Mi mamá convenció a Louis para que se quedara a cenar en casa, así que nos montamos en el auto mientras ella conducía en silencio. Louis iba en el asiento trasero, y por la manera en que se tronaba los dedos impacientemente, estaba nervioso.

Mi madre estacionó el auto en cuanto llegamos a la casa y luego bajamos con tranquilidad. Louis y yo nos quedamos rezagados mientras ella abría la casa y le daba la bienvenida, como si fuese la primera vez que iba a visitarnos. Con la bolsa de la compra en mano, le indiqué que subiéramos.

–– ¡Los llamaré cuando todo esté listo!

Tárdate todo lo que quieras, mamá.

Tenía la leve impresión que la conversación sería larga. O, al menos, que él la haría larga. Bien sabía yo que para sacarle algo realmente importante a Louis pareciera que tuviéramos que utilizar un sacacorchos.

Caminamos en silencio hasta mi habitación, nuestros pasos haciendo eco en la madera. Al entrar observé el desorden, y rápidamente tomé la ropa que estaba en el piso y la arrojé en el closet, sin saber si estaba limpia o sucia. Le hice un espacio en la silla del escritorio ––la cual también estaba inundada de ropa–– y se la ofrecí.

Se sentó con parsimonia.

Me tomé mi tiempo para guardar el traje, poniéndolo en un gancho de ropa para que no se arrugara.

––Veo que has ido por tu traje ––comentó él casualmente, tu tono era plano.

––Sí ––contesté sin voltear a verlo ––, mi madre insistió bastante. ¿No tienes el tuyo?

Cuando no tuve una respuesta rápida, dirigí mi mirada hasta él. Sus hombros estaban caídos ligeramente, pero parecían sostener algo muy grande.

––Uhm, no aún.

––Oh, bueno. Aún tienes tiempo.

––Yo... Zayn, no creo que vaya al baile ––confesó evitando mirarme directamente.

Fruncí el ceño, realmente extrañado.

––¿Qué? ¿Por qué?

Louis tomó una respiración profunda, sus manos estaban extendidas en sus piernas y las miraba fijamente.