Capítulo 43

2K 129 34
                                    


A la mañana siguiente, las cosas entre Louis y Harry parecían haberse "solucionado", o al menos se hablaban. Podía notar cómo a Harry le disgustaba algo, eso que Louis no le había dicho ––ni a él ni a mí ––, sin embargo, también sabía que lo quería demasiado para que eso pudiera separarlos. Sólo ellos estaban despiertos cuando me levanté casi al mediodía, Sam aún dormía, igual que Liam y Cristina.

Nos habíamos dormido bien entrada la madrugada, cuando el último invitado se fue, a eso de las cinco de la mañana. Ellos estaban sentados en los escalones principales del pórtico, Harry apoyado en el hombro de Louis, sin hablar. Me quedé un rato allí, mirando, y luego subí de vuelta a la habitación, comprendiendo que tal vez estaban teniendo una conversación.

Sam seguía dormida, durmiendo en la mitad de la cama. Me acerqué, sonriendo, porque nunca la había visto acabando de despertar, y se veía simplemente adorable. No había otra palabra que la describiera. Tenía su mano debajo de la mejilla, y su pierna derecha estaba flexionada por encima de una de las almohadas, la sábana enredada por todas partes. Jamás pensé que siendo alguien tan ordenada durmiera de forma tan desparramada, pero no me importaba. Aún cuando me quitara la sábana a medianoche ––lo descubrí esa misma noche –– o subiera una pierna por mi cintura, me gustaba.

Y sólo para que conste, siempre me gustó dormir solo.

Así que me acerqué hasta la orilla, recostándome un poco para verla dormir. Era como ver un niño, porque transmitía la misma paz. Sólo me di cuenta de que me había quedado dormido hasta que unas caricias me despertaron.

Sam me veía, soltando una risa.

––Hey, dormilón ––me dio un pequeño beso en la nariz y después se alejó ––. Te he traído algo.

Me mostró un pequeño plato que tenía panqueques.

–– ¿Lo has hecho tú?

––Bueno, algo así. Con ayuda de Cristina hemos hecho comida para todos.

–– ¿Cristina cocina? ––de verdad estaba confundido.

Sam asintió.

––Sí, y le queda genial la comida. ¡Y eso que no has probado sus brownies! Pero ven, ahora comamos. Quise esperar hasta que te despertaras ––me hizo sentarme para luego pasarme el plato. Había cuatro panqueques simétricos, y se veían deliciosos. Mi estómago rugió en respuesta, porque hasta sólo entonces mi nariz captó el olor ––. Buscaré el jugo.

Se fue disparada por la puerta mientras yo me quedé comiendo. Volvió a los pocos minutos con dos vasos en las manos.

––Oh, tu mamá me llamó.

Con la boca llena, gemí en respuesta.

––¿Qué te dijo?

––Nada, quería saber cómo estabas y si no estabas tomando.

Sonreí de manera inocente.

––Quizás deberíamos mantener en secreto lo de beber...

––¡Zayn! ––me reprochó ––. Sabía que te había visto con un vaso en la mano. Recuerda que aún tienes el tratamiento de antibióticos...

––Ya sé, pero casi ha pasado un mes ––la atraje hasta a mí con un brazo, dejando pequeños besos en su cara. Empezó a reírse –– ¿me perdonas?

––¡No te perdonaré tan fácil!

Enarqué una ceja.

––¿Ah no?

Surrender | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora