A pesar de la pelea del sábado, eso no me detuvo de tomar mi vuelo hacia Londres. Mi madre me había echado la reprimenda de mi vida, diciéndome que al volver me olvidara de las salidas. Por suerte no me quitó mis entrenamientos. Harry había evolucionado bien, ya no parecía un saco de boxeo.
Louis había intentado denunciar con la policía a Matt, pero Harry dijo que eso era demasiado ––lo sé, estúpido ––, y que sólo lo acusara con el director. No sabíamos cuál sería su castigo hasta que comenzáramos clases.
Yo lo vi al día siguiente, a la hora de las visitas, y estaba realmente horrible. Toda la cara hinchada y el pecho descubierto. Louis se molestó mucho con él por no decirle nada sobre las últimas peleas, pero luego ya estaban bien. Louis había intentado varias veces ir por Matt, pero Harry siempre terminaba deteniéndolo. Era algo raro siendo yo hombre al ver estas cosas, pero podía notar cómo se veían y protegían uno al otro.
Me hacía recordar a alguien, supongo que a Grace, que siempre estuvo allí para mí. La vería luego de tres meses, igual que a Waliyha. Al bajar del avión lo primero que noté fue el cambio brusco de clima. En Los Ángeles no nevaba en época decembrina, sólo habían unas pocas lluvias y frío, pero en Londres sí. Hacía un frío atroz que traspasaba mi chaqueta de cuero, pero estaba feliz de volver.
Mamá había dicho que Waliyha estaría esperándonos. Cuando lo dijo, pensé de inmediato en mi padre, pero qué más podíamos hacer. Buscaba las maletas cuando sentí sus brazos rodeándome e inmediatamente me giré para alzarla. Había crecido más, estaba más alta, sus pies rozaban el suelo aún cuando la tenía levantada.
La escuché sollozar.
––Idiota, te extrañé mucho.
Eso me hizo sonreír, y me hizo querer llorar también.
––Yo igual, enana.
La bajé para mirarla bien. El pelo le había crecido, estaba maquillada. Se veía tan bonita que no quería que nadie la mirara. Estaba creciendo y no podría evitarlo. Ella me miró un segundo más antes de abalanzarse sobre mí por segunda vez.
–– ¿Qué te pasó en cara? ––las heridas no terminaban de sanar aún.
––Ya sabes, chicos que necesitan ser golpeados.
Ella rodó los ojos.
––Siempre metiéndote en problemas ––me hizo recordar a lo que dijo Sam en el hospital ––. ¿Dónde está mamá?
––Buscándote. Ven, vamos a buscarla.
Empezamos a buscar a mamá entre la multitud, había demasiada gente por ser temporada. Waliyha estaba pegada a mi costado como si no quisiera separarse de mí. Encontramos a mamá mirando a los lados, y cuando vio a Waliyha su rostro se iluminó por completo, abriendo los brazos para que ella fuera a su encuentro.
Mientras caminábamos en busca de un taxi para ir al hotel, miré a las dos mujeres de mi vida abrazarse otra vez. Quería que esto durara para siempre, sólo ellas dos y yo viviendo juntos como siempre lo hicimos.
Pero ya no podíamos hacerlo.
Miré hacia la fila de personas que se extendía hacia mí. Entonces lo vi, erguido un poco alejado de nosotros pero lo suficientemente cerca para vernos. No tenía expresión en su rostro, aunque podía jurar que vi un atisbo de movimiento, como si quisiera venir a saludarme. Bufé internamente.
«Como si eso fuera a pasar.»
Nos quedamos mirando unos segundos más, mientras yo le dirigía mi mirada más cargada de odio, cuando por fin nos subimos a un taxi. Waliyha subió con nosotros sin mirar atrás, y el taxi arrancó, no me importó subirme sin darle si quiera un saludo.
ESTÁS LEYENDO
Surrender | Zayn Malik |
Teen Fiction❝ --No puedes decir que estoy dejándote, porque nunca me tuviste.❞ Ésta novela tiene lenguaje fuerte, drogas, sexo, y relaciones homosexuales. Leerla bajo tu propio riesgo. #199 en adolescentes #540 en romance