Capítulo 11

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Mi primer partido era hoy. Justamente una semana antes del baile de invierno, dos semanas antes de irme. No estaba nervioso; había pasado por esto muchas veces, pero estaba esa pequeña pregunta de ¿y si lo haces mal esta vez? Estaba en el vestuario con los demás chicos, allí también estaba Louis… y Matt. El chico era agradable, por un segundo ––mínimo segundo ––pude ver lo que Sam vio en él. Pero esa parte quedaba opacada por su falta de respeto por las mujeres.

Me pregunté si eso fue antes o después que Sam. Algo me dijo que fue durante Sam.

–– ¿Listo? ––Louis me palmeó la espalda. Até los cordones de mis botas, tronando mi cuello.

––Hombre, nací listo.

Louis silbó divertidamente.

––Vamos, entonces.

Nos encaminamos afuera con los demás. El ambiente era de emoción y risas.

–– ¿No me dirás quién será tu cita? ¿Ni por ser yo tú mejor amigo en la historia de los mejores amigos?

Él soltó una carcajada abierta.

––Nop. Lo siento. Pero te daré una pista.

Intrigado, me acerqué.

–– ¿Qué es?

––Está en las gradas, viéndome. ––y con eso, se fue. ¿Estaba bromeando?

–– ¡Hay como mil personas en las gradas!

Antes de desaparecer me guiñó el ojo. Maldito. ¿Por qué tanto misterio? De todas maneras, lo dejé pasar. Cuando aparecimos en el campo todos gritaron y las animadoras comenzaron su número. Nuestros uniformes eran como la chaqueta: azul y blanco, con el logo del león gruñendo en las mangas. Quise visualizar a Cristina, Sam y Liam en las gradas, pero había mucha gente.

Los gritos eran ensordecedores.

Antes de empezar, el entrenador nos llamó. Nos acercamos, formando un círculo en torno a él.

––Bien, muchachos. Sólo quiero decirles una cosa: pateen sus traseros, ¿de acuerdo? Ellos nos ganaron el año anterior, pero no más. ¿Lo harán, equipo?

–– ¡Sí, señor! ––parecían militares pero les seguí la corriente.

 –– ¡No los escucho!

–– ¡Sí, señor!

A lo lejos, sonó una bocina. El juego había comenzado. Nos posicionamos donde debíamos en la cancha, el otro equipo estaba listo. Su uniforme era verde y naranja, un pájaro en la espalda. Uhm, un pájaro no es muy masculino.

El árbitro puso el balón en el medio de la cancha, alejándose, y luego sonó el pito dando por comenzado el juego. Para el primer tiempo estábamos bastante empatados, pero en el descanso el entrenador nos alentó que no nos decepcionáramos, todavía teníamos tiempo. Estaba sudando como un cerdo –– ¿los cerdos sudan? ––, respirando pesado y pasando el balón cuando debía. Con el segundo tiempo terminado, las gradas gritaron al ver que habíamos ganado. Quise ir hasta la banca por un poco de agua, estaba debilitado, pero el equipo me unió en su abrazo de oso lleno de sudor celebrando la victoria. Cuando por fin me soltaron, las chicas y Liam estaban allí.

––Vaya que juegas, eh. Pensaba que era mentira ––comentó Cristina. Sam la codeó –– ¿Qué?

––Jugaste estupendo, Zayn.

––Gracias.

––No me gusta el fútbol pero… gran partido ––decía Liam, pero seguramente no le había prestado ni la más mínima atención a nada. Sin embargo, agradecí su apoyo. Louis llegó trotando.

Surrender | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora