Capítulo 33

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Zayn

Me quedé observando el teléfono en mi mano. Louis me había colgado. Me había llamado a último minuto para pedirme que no hiciera esto. Si tan sólo lograra comprender que si no peleaba, todos a mí alrededor estaban en peligro. Ellos eran mafiosos, demonios. Mataban gente sin piedad alguna, y ellos no serían la excepción.

Observé la hora, dentro de unos treinta minutos comenzaría la pelea. Tim estaba en algún lugar, me había dejado con un chico nuevo que había comenzado a entrenar. Era mayor que yo, estaba en la universidad, pero era algo tonto. Supongo que estaba aquí para aprender a defenderse. Estaba preparándome cuando él llamó mi atención.

––Hey, chico ––me llamaba “chico” sólo por ser un año mayor que yo –– ¿quieres algo de esto?

Me mostró unas cuantas pastillas sobre su palma. Enarqué una ceja.

–– ¿Eso es droga? No lo creo, amigo.

Jasen comenzó a reírse.

–– ¿De verdad piensas que puedes ganar estando limpio? Vamos, compañero, si no piensas pelear con  algún arma, al menos debes colocarte. Para tener siquiera un poquito de ventaja.

Lo miré algo dudoso, y luego a las pastillas.

Por más que Tim me hubiera hablado, intentado convencerme, no quería portar algún arma. Yo no era un asesino. Pero sí había aceptado llevar un objeto que se colocaba en los nudillos y era de acero. Me ayudaría a ganar. Pero siendo honesto, no me sentía muy seguro. Sólo quería que todo acabara e irme de allí, así fuera a cuatro patas o cargado por Tim.

Así que esa fue la razón por las que tomé las pastillas. Las puse en mi boca, Jasen me tendió un vaso lleno y lo tomé sin vacilar. No era agua, eso estaba claro, quizás vodka.

Jasen estaba sonriendo; apoyó una mano sobre mi hombro dándome un empujón. Parecía querer darme aliento.

––En menos de media hora estarás colocado.

Asentí lentamente. Aún no sentía nada. Siempre había sentido curiosidad sobre qué se sentiría estar drogado. Stuart lo había estado, y me dijo que era parecido a estar borracho, sólo que mil veces mejor. Tim llegó algo agitado, se veía nervioso. Me preguntaba si perdería a otro de sus aprendices en otra de estas peleas.

Terminé de prepararme. Esta vez no utilizaría vendas o guantes, no podría utilizarlos si tenía que usar el puño de acero.

––Toma, muchacho ––Tim me tendió el objeto, el cual resplandeció bajo la escaza luz del lugar. Lo tomé entre mis dedos y me lo puse. Se sentía duro y frío. Tim soltó un suspiro –– ¿Estas seguro de esto?

––Sí, me siento más seguro ahora que Jasen me dio esas pastillas. Tal vez hasta tenga probabilidades de ganar.

Tim se veía desconcertado.

–– ¿Qué Jasen te…? ––empezó, pero luego se giró hacia el chico. Jasen estaba comiendo unas papas fritas sonriendo –– ¿Te atreviste a darle drogas?

––Vamos, Tim. Sabes que no tenía oportunidad sin un poco de energía.

–– ¡Tú no decides eso, imbécil!

Se encogió de hombros en su asiento, reclinándose sobre el espaldar.

––Tampoco le puse una pistola en la cabeza, ¿sabes? –– se metió un par de papas fritas, masticándolas con lentitud ––. No entiendo porqué estás enojado. Tal vez hasta le haya dado una oportunidad de vivir.

Surrender | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora