Capítulo 17

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Zayn

Es sábado. Mi madre finaliza de colocar la corbata que terminaré quitándome en el coche, pero la dejo hacerlo porque sus ojos brillaban mientras lo hacía.

––Estás muy guapo ––dijo mirándome. Sus ojos están húmedos, y sé que ella quería decir que me parezco a mi padre, pero no lo dice y agradezco que no lo haga.

––Gracias, mamá. Debo irme ––me incliné a darle un beso en la mejilla y luego tomé las llave del auto en el llavero.

––Ten cuidado, ¡y no bebas, que vas manejando!

–– ¡De acuerdo!

––No vengas tan tarde ––mientras me monto en el auto me lanza un beso.

Cruzo en la calle que vive Sam, verificando mi reloj para comprobar si no llego muy temprano o muy tarde, pero por ahora sólo me estoy adelantando diez minutos. Me detuve en la entrada, bajando y ajustando mi corbata, que en último momento decidí dejármela, y toco el timbre. El sonido retumba por todas partes y puedo escuchar a unos tacones bajar por la escalera.

–– ¡Mamá, me voy! ––grita Sam en el interior.

–– ¡No te he tomado una foto!

–– ¡La tomas luego!

La puerta se abrió, y Sam estaba allí, viéndose angelical. El vestido era blanco y largo, plano hasta las rodillas, con amarre en el cuello y perlas en la cintura. Su cabello está amarrado en una especie de moño que las chicas suelen usar de forma desordenada, pero en ella se ve increíble.

–– ¡Samantha, no te irás sin que te tome una foto! ––la madre aparece detrás de ella, y en los dos minutos que han pasado sólo hemos estado observándonos. Sam está maquillada, de verdad, y el maquillaje hace más resaltantes sus ojos y siento que estaré hipnotizado toda la noche –– Oh, pero qué guapo. Podrán tomarse la foto juntos.

Sam reacciona.

––Mamá, esto no es el baile de graduación ––repuso fastidiada, mientras me indica   que pase.

Su madre la ignora. Nos pone juntos, haciendo que mi brazo rodee la cintura de Sam y sólo en ése momento notaba lo que pequeña que era. Sam es alta, pero muy delgada, su cuerpo es relativamente pequeño. Nos lanza varios flashes antes de dejarnos ir. Su madre nos ve irnos mientras está parada en la puerta, diciéndome que tenga mucho cuidado con Sam.

Mientras me detuve en un semáforo, pude sentir los ojos de Sam sobre mí.

–– ¿Tengo mal algo? ––le pregunté mirando a mi traje, que sabía que estaba en perfectas condiciones. Sólo lo hacía para probarla. Ella parpadea y sonríe, como embobada.

––No, estás perfecto ––dice en seguida. Luego, incluso en la oscuridad, puedo jurar que ella se avergonzó. Carraspeó un poco ––. Digo, estás bien.

Ya para ése momento tenía una sonrisa amplia en mi rostro. El semáforo cambió y nos dirigimos al gimnasio del instituto. Al entrar al estacionamiento pude ver que no fuimos los únicos en llegar temprano. Al parecer, todos estaban ansiosos.

––Señorita ––repuse, tendiéndole la mano a Sam para bajar del coche. Ella sólo rodó los ojos.

––No tienes que hacer esto, Zayn.

––Yo quiero.

Se quedó mirándome un momento más, mientras yo sentía el corazón estallándome en los oídos. No sabía porqué me sentía tan nervioso. Sam suspiró, dándose por vencida, y me dio la mano saliendo del auto. Ella se veía increíble, sin ser voluptuosa o exagerada. Era… perfecta. Y sus ojos maquillados de negro me hacían querer perder la razón.

Surrender | Zayn Malik |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora