—Muy bien, los shippeo. —exclamó Becky levantándose de su cama, emocionada—. ¿Cómo sería? Andrisa... No, no, no, suena terrible. Elandrew... No, tampoco. ¡Daniel! Ayúdame, ¿quieres?
—Esto...
—Becky —la llamé seriamente—, no me estás ayudando.
—¡Anelisa! No, no. Suena bonito pero parece nombre de chica, no de pareja.
—Hum... ¿Nena? —intervino Daniel. Ese chico había aprendido a identificar bastante bien el peligro en mis ojos.
—¿Qué tal Eli..?
—¡Ya basta, Rebecca! —exploté.
Ambos se quedaron petrificados al instante.
—Oigan, lo siento mucho pero ya se los he explicado mil veces. ¿De qué lado están, ah? Porque no parece que sea del mío. Que no estén de acuerdo con lo que hago es una cosa, pero lo único que estoy pidiendo es alguien que me entienda, y que si no me apoya al menos respete mis decisiones. Y si es mucho pedir, lo lamento —dije alzando las manos para enfatizar—. No los vuelvo a molestar con esto, tranquilos. Pueden ir a contarle a Andrew todo lo que les digo yo a ustedes, no hay problema.
—Eli —empezó Becky, acongojada—, yo...
Me crucé de brazos, esperando su explicación, pero no fue capaz de expresarla.
—¿Te diste cuenta de que Andrew no mencionó a James? —cuestioné dirigiéndome expresamente a ella—. Me conoce de hace mucho menos que tú pero es mil veces más respetuoso y comprensivo. Dime qué necesidad tenías de ir corriendo a contarle que James me había pedido ser su novia. ¿Impedirlo? —una risa amarga se escapó de mis labios—. Que te cuente mis asuntos no significa que te dé derecho sobre ellos, Becky. Y por favor perdóname si estoy siendo injusta, pero no me parece bien que vayas desvelando por ahí las cosas que yo te suelto porque te tengo confianza. No soy una niña, yo puedo hacerme cargo de mi vida, ¿de acuerdo? Y Daniel... Sé que no es tu culpa pero me vendría bien que de vez en cuando me echaras una mano. Al fin y al cabo a ti sí te hace caso.
Tomé mi mochila y me dirigí hacia la puerta.
—Nos vemos mañana —me despedí.
Ninguno de los dos se atrevió a mirarme a los ojos. Bajé las escaleras rápidamente y salí de la casa de mi amiga como una exhalación. Ya había tenido suficiente por un día. Al parecer no había bastado con medio instituto detrás de mí preguntando por Andrew, con las estúpidas historias que se regaron en menos de una hora solo porque a unos cuantos idiotas curiosos que no tenían nada más importante que hacer en sus vidas se les ocurrió ir a espiarnos, sino que tenía que rematar con mis amigos olvidándose por completo de que yo era una persona y que lo que menos necesitaba en ese momento era que se pusieran a crear mi maldito ship con Andrew.
Cuando llegué a mi casa la situación no mejoró mucho, al menos hasta que mi madre se dio cuenta de que estaba harta y actuó como escudo frente a mi papá y mi hermano que ya estaban masacrándome a preguntas. Una vez me hube librado de la tortura me encerré en el estudio, y después de hora y media de intentos frustrados de escribir el informe de Anatomía, terminé llamando a la única persona que había logrado tranquilizarme con respecto al tema: Nathan.
Andrew's POV
—¡Andrew, es la cosa más cursi que he escuchado en mi vida! —gritó Nathan, aunque no había borrado la sonrisa de la cara.
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Ahora déjame flecharte
Teen FictionFléchame #2 ¿Quién diría que había logrado conquistar al chico más terco del universo?, ¿por qué sigue insistiendo tanto?, ¿es que acaso no le bastó con darse cuenta del asco de persona que soy?, ¿por qué se empeña en hacerme más difícil el intentar...