Capítulo 25

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¡FELIZ AÑO NUEVO, HIJAS DE AFRODITA! ¡Les envío un fuerte abrazo y un besototote virtual! Primer capítulo del 2017... Dedicado para Txegma. 😘😘

¡Gracias por todo! ❤️❤️❤️

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Andrew's POV

Le eché un vistazo a Lisa de reojo, sin poder creerme que no hubiera alzado la mano para hacer comentario alguno. Había ampliado bastante mi información de respaldo, completamente seguro de que en algún momento Lisa haría una de esas preguntas suyas que podían mandar una investigación de la NASA al carajo. Pero ella no había intervenido en todo el rato y luego, con su mini discurso final, respaldó mi punto, al contrario de lo que me imaginé. Claro, fue un respaldo amargo, de esos cuando tienes que admitir a las malas que la otra persona está en lo cierto. Además, con un reproche tácito que solo ella y yo entendíamos y que decía algo así como: «¿Crees que no me he dado cuenta de que me has estado ignorando? Boom. Ignora esto»

Realmente, ¿no me iba a contradecir nada? ¿Acababa de dejar muda a la persona más difícil de impresionar en el universo?

—Bien hecho, Collins —dijo la profesora entre dientes y de mala gana—. Pero la próxima vez que cuestione todo lo que digo no seré tan buena gente, ¿entendido?

Asentí automáticamente, sin prestar mucha atención.

—Siguen teniendo evaluación —anunció ella levantándose del escritorio—. Nos vemos la siguiente clase.

Apenas salió del salón la mayor parte del curso se me vino encima, felicitándome y haciendo un montón de comentarios a los que agradecí vagamente buscando a Lisa con la mirada. Inmediatamente caí en cuenta que debía conservar mi dignidad y disfrutar mi triunfo un rato, así que recogí mi laptop y me puse a hablar con el chico que me había ayudado con la presentación.

—Ya se acabó el show, profesor —escuché su voz detrás de mí, sin que le importase interrumpir mi conversación, obviamente—. Ya puedes recordar que existo.

Me despedí del chico (del que a propósito no supe su nombre) con una palmada amistosa en el hombro y me giré.

—Jamás lo olvidé —respondí encogiéndome de hombros.

Lisa alzó las cejas y se cruzó de brazos.

—¿En serio? Oh, pues lo fingiste muy bien.

Me recargué contra el puesto.

—¿Por qué?, ¿te hizo falta algo de atención?

Ella chasqueó la lengua y murmuró algo entre dientes.

—Te lo aconsejó Becky, ¿verdad? —preguntó acusándome con el dedo.

Negué con la cabeza y sonreí. Uh, ¿quién diría que un poquito de indiferencia era tan efectiva? Ella me miró como dándose cuenta de mis pensamientos y, después de pensárselo un segundo, repuso:

—Lo hiciste bien, Andrew. Tengo que admitirlo.

—Por favor, nena.

Ahora déjame flecharteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora