Capítulo 48

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Andrew's POV

—¿No te asusta haberlas dejado solas? —me preguntó Matt.

—¿Tú qué crees? —respondí mirándolo mal—. Por supuesto que sí. No se supone que Becky saliera corriendo con Daniel, ni que el entrenador las echara.

Recibí un pelotazo en el brazo y me giré para reclamar.

—Oye, ya despierta —soltó Will señalando al entrenador—. Tienes un instinto suicida tan... —bufó y siguió trotando.

—Quién sabe en qué estarán —murmuré bastante preocupado.

Se me ocurrían varios escenarios posibles y ninguno me resultaba muy satisfactorio. Lisa podía estar interrogando a Blair para sacarle toda la información posible, o Blair podía estar contando absolutamente todo lo que se le cruzara por la cabeza sin ninguna clase de tapujos. Lisa también podía estar aprovechando para delimitar fronteras, quizá decirle unas cuantas cosas no muy gratas y asegurarse de que tuviera claro que "ya estaba reservado", solo por si yo no lo había expresado correctamente.

Esa última idea no terminaba de disgustarme, pero sí me angustiaba. Y es que no había pasado por alto que Lisa parecía encantada de haberse quedado con ella, y la conocía lo suficiente para reconocer que su sonrisa tenía más malicia que amabilidad.

Pero de todo lo que se me vino a la mente, incluida la idea de que Victor se hubiera devuelto (lo cual estuvo a punto de hacerme salir corriendo a buscarlas), lo único que no me imaginé fue que apenas faltando unos minutos para que terminara la práctica, las dos llegaran hablando alegremente de algo que las hacía reír cada pocos segundos. Matt y yo nos quedamos paralizados, a mitad de la cancha, ignorando por completo los gritos del entrenador, mirándolas con la boca abierta.

—¿Qué demonios? —murmuró él finalmente.

Era la mejor expresión que podía haber utilizado para describir nuestro desconcierto. El entrenador gruñó algo de que faltaban tres minutos y ellas los acababan de echar a perder, antes de dedicarme una mirada dura y reprobatoria y dirigirse a todo el equipo:

—Está bien, muchachos. Buen trabajo el de hoy. Recuerden que mañana es el primer partido de la última temporada y en el caso de algunos, de la última temporada que jugarán con este uniforme. Vendrán unos cuantos reclutadores por lo que es muy posible que su futuro se decida en la cancha, así que tienen que dar su mejor esfuerzo. Sin distracciones —me mostró el puño sin ningún disimulo— y sin tonterías. Están comprometidos con esto y con nada más. ¿Quedó claro?

—Sí, señor —respondieron todos a coro, menos yo.

—¿Claro, Collins?

—Ajá —dije distraídamente intentando ver por encima de su hombro.

Él estrechó los ojos hacia mí, se acercó y me dio un golpecito en el pecho con el dedo.

—Si tengo misericordia de ti y te dejo ir ya, a pesar de que debería tenerte aquí hasta las tres de la madrugada, ¿vas a jugar mejor de lo que has jugado en toda tu existencia y vas a tener la cabeza únicamente en esta cancha?

Esta vez tuve que contestar con toda la seriedad del caso y asentir con convencimiento.

—Bien, eso espero. Hay mucho potencial en ti, no puedes desviarte.

Ahora déjame flecharteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora