Me tardé un rato examinando el lugar y preguntándome por qué demonios Lisa era tan jodidamente responsable. ¡Era su cumpleaños! Habíamos llegado a su casa en la madrugada, seguro había dormido solo unas cuantas horas, ¿y aun así había ido a trabajar? Era el colmo. Muy metido en mi papel, rechacé la ayuda que me ofrecieron dos chicas muy amables y la busqué con la mirada. No fue difícil encontrarla, ya que estaba sentada en uno de los puestos más visibles, de modo que fuera en quien más te fijaras apenas entrar. Me acerqué con calma y escuché, sin interrumpir, la conversación que mantenía al teléfono mientras sus dedos volaban por el teclado del computador.
—... la capacidad de alcance sería mucho mayor, por supuesto. Solo dígame en qué estaría más interesado, o si gusta puedo agendarle una cita con el señor Williams... Sí, él es el director... Oh, de acuerdo. Pues por lo que me comenta podemos enfocar su campaña con algo más cercano al público, no tan comercial. Usted puede venir, comentar sus ideas y metas con nuestros asesores y ellos le presentarán las propuestas que más se ajusten a su caso... Bien, entonces ¿qué le parece el lunes a las 9:00 am?... Perfecto, aquí lo esperarán... No, yo estoy solo los fines de semana... Gracias a usted, fue un placer. Hasta luego.
Apenas colgó la llamada, Lisa empezó a excusarse antes de reparar que era yo.
—Disculpe la espera, ¿cómo puedo...? ¡¿Qué estás haciendo aquí, Andrew?!
Sonreí inocentemente y me recargué sobre el mostrador.
—Una de dos, la que prefieras —enumeré con los dedos—: una, tu mamá me envió a sacarte de aquí y llevarte a casa porque es inaceptable que trabajes en tu cumpleaños; o dos, vengo en representación de Textiles T&C para que me ayudes a aumentar la demanda y ampliar la distribución de productos. Posiblemente tengas que visitar la sucursal para observar el funcionamiento, así que de cualquier forma te sacaré de aquí.
Lisa sonrió y se llevó la mano a la sien.
—Salgo en dos horas, Andrew. Aguanten un poco, tengan paciencia. Y será mejor que te vayas antes de que Ian se dé cuenta de que no eres un cliente.
—Okay, segunda opción, entonces —exclamé—. Te cuento que como comercializadores de materia prima tenemos una amplia gama de compradores, sin embargo...
—¡Andrew! —me riñó poniendo la mano sobre el teléfono que ya estaba sonando de nuevo—. Hablo en serio —y dicho esto tomó la llamada—: Agencia Clear View, buenas tardes...
Puse los ojos en blanco, pensando en una buena forma de llevármela. Lisa hizo una mueca al teléfono, tapó el auricular y me miró.
—Dime que vas a ser de ayuda y hablas francés.
Alcé las cejas e hice como si lo pensara.
—Mmmm... La verdad es que solo sé decir "eres muy hermosa, ¿quieres ir a tomar algo?", pero no creo que eso sea de mucha ayuda ahora.
Ella se rió por lo bajo y retomó su complicada tarea.
—Hum, excuse moi monsieur...
Antes de que pudiera decir algo más, un hombre vestido de traje puso unos papeles sobre su escritorio y, pasándome por alto, le sonrió.
—Elisa, hazme un favor, ¿quieres? Pásale esa llamada a Holly, descuida.
Lisa dejó escapar un suspiro de alivio, lo hizo y se enfocó en él.
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Ahora déjame flecharte
Novela JuvenilFléchame #2 ¿Quién diría que había logrado conquistar al chico más terco del universo?, ¿por qué sigue insistiendo tanto?, ¿es que acaso no le bastó con darse cuenta del asco de persona que soy?, ¿por qué se empeña en hacerme más difícil el intentar...