Capítulo 16

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Durante unos segundos hubo un silencio total. Tanto los chicos como Becky y Lindsay se quedaron mirándome fijamente, confundidos.

—¿Que quién hizo qué? —se atrevió a romperlo Matt.

—¿Quién le dio mi número a Derek? —repetí alzando el celular y blandiéndolo frente a ellos—. Porque estoy bastante segura de que no fui yo.

Una vez más se quedaron callados, seguramente intimidados por mi enojo. Entonces Charlie abrió la boca y después de dudarlo un segundo, preguntó:

—Lo siento, ¿quién era Derek?

Lo fulminé con la mirada, mientras que Andrew se daba una palmada en la frente.

—Mi ex novio, zopenco —le espeté.

—¿Y por qué habríamos de darle tu número a tu ex novio si ni siquiera lo...? Momento, ¿lo conocemos?

Esta vez Becky fue la que perdió la paciencia y habló por mí:

—¡Pues claro que sí, genio! ¡Estuvo en el torneo!

Charlie quedó más confundido aún.

—Pero... ¿Quién? —chasqueó los dedos de repente—. ¡Ah! ¿El monito beisbolista engreído?

—¡Sí!

—¡Ahhhhhhh, ya me acuerdo! —exclamó sonriente. Inmediatamente después puso cara de preocupación—. No, yo no fui.

Bufé, irritada, apagué el celular y los miré a todos severamente.

—Va en serio, ¿quién fue?

Matt negó enérgicamente en el acto, los demás chicos se lo pensaron un momento y luego negaron también. Becky se llevó las manos al pecho y exclamó:

—Sabes que yo nunca haría algo así, me conoces.

Lindsay por su parte suspiró soñadoramente.

—Le hubiera dado el mío... Pero el tuyo no, nunca.

Fruncí el ceño, enojándome cada vez más.

—Tuvo que haber sido uno de ustedes, así que hablen.

—Yo no fui, te lo juro —repuso Charlie suplicándome dramáticamente, al tiempo que Zayn, el castaño de ojos claros, alzaba la mano tímidamente.

—¿Puedo preguntar algo? —murmuró—. ¿Puedo saber por qué no se lo has preguntado a Andrew?

Deseé poder hacerlo un montoncito de cenizas humeantes con la mirada.

—¡Porque sé que no fue él!

—Eso es discriminación —le susurró Charlie a Matt, pero yo lo escuché perfectamente—. Solo porque él la ama, entonces nosotros... —se calló al notar que ahora estaba deseando asesinarlo a él también.

—Oigan —intervino Andrew con tono pacífico y mediador—, es obvio que ninguno de nosotros lo pudo haber hecho, directa y conscientemente, al menos. De pronto llegó a sus manos de otra forma...

—No —repuso Matt rotundamente—. No, yo solo le di mi número a esas dos chicas hermosas del equipo de voleibol (que jamás me llamaron, por cierto). Mi número.

Lindsay abrió la boca formando una perfecta "o".

—Yo le di el número de Lisa a esa chica castaña de ojos verdes... No me acuerdo de su nombre, eh... Bueno. Dijo que eran muy buenas amigas y que debían retomar el contacto...

Becky y yo gritamos a la vez:

—¡¿Se lo diste a Whitney?! ¡¿Estás demente, o qué?!

Escondí el rostro entre las manos.

Ahora déjame flecharteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora