Capítulo 11

364 29 0
                                    

Elisa's POV

—¿Recuerdan cómo nos conocimos su padre y yo?

Gruñí y miré a mi mamá con expresión cansada.

—Lo has contado cientos de veces.

—Genial, así que supongo que lo tendrán que escuchar una vez más si no empiezan a hablar ahora.

Crucé una mirada con Chris y los dos suspiramos al mismo tiempo.

—¿No? —insistió mamá—. Bien, entonces resulta que un día yo estaba saliendo de mi clase de Literatura y cuando llegué a mi casillero...

Rodé los ojos, tomé el libro de Cálculo y me puse a adelantar trabajo mientras intentaba ignorar a mi madre. Mi hermano también optó por abrir su portátil y meterse de narices en él.

—¡Hey, basta señoritos! ¡Estoy hablando de algo importante!

—Mamá, lo siento —empecé sin alzar la vista—, pero tengo que estudiar. ¿Podemos dejar esta importante conversación para después, por favor?

—Las cosas importantes jamás se posponen, Lizzy.

Chris tosió a mi lado, y su tos sonó algo así como: "Qué bueno que esto no lo es". Al parecer no fui la única que captó el mensaje oculto, porque mamá se levantó y le cerró el computador a Chris de golpe.

—¿Dijiste algo, cielo? —le preguntó con un tono cariñoso, bastante amenazador.

—No. Nada, mamá. —exclamó.

Cerré el libro por puro instinto de conservación y me obligué a mirarla a los ojos.

—Chicos, soy su madre —dijo ella como si estuviera a punto de echarse a llorar—. Saben que pueden confiar en mí.

—No es asunto de confianza, ¿sí? —le respondí—. No hay nada que decir, es todo —concluí buscando respaldo de mi hermano.

Él asintió y se cruzó de brazos. De cualquier forma, era evidente que ella no se iba a dar por vencida.

—En verdad quiero que sientan que puedan contarme todo —siguió—. Siempre lo he hecho así, quiero que me vean no solo como su madre, sino como su amiga.

Chris se restregó la cara con las manos.

—Me gusta una chica —murmuró entre dientes—. Se llama Agatha y vemos Animación juntos. Ya. Punto.

Una sonrisa entusiasta, casi infantil, se dibujó en el rostro de mi madre. Se sentó más cerca a mi hermano y comenzó de nuevo con un interrogatorio a fondo. Chris apretaba los puños y la mandíbula a cada respuesta monosilábica que daba, y me di cuenta de que no iba a aguantar mucho más tiempo antes de explotar. Comprendía a mamá, tenía razón con eso de que siempre nos había inspirado la confianza suficiente para contarle cada segundo de nuestras vidas. Pero se estaba pasando de la raya.

—¡Genial! ¿Y por qué no has traído a Agatha a casa? ¡Invítala un día de estos!

—Porque no es mi novia —murmuró Chris.

Mi mamá tuvo el coraje de reírse.

—¿Y qué? —exclamó—. Aquí te podemos ayudar con eso —al ver que ninguno de los dos sonrió siquiera ante su ocurrencia, se removió en su sitio—. Además, si la condición para traer a alguien a casa fuera ser pareja, Lizzy ya estaría casada con Andrew.

Ahora déjame flecharteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora