¡Hola mis hijas de Afrodita! Tiempo sin escribirles directamente, eh? Bueno, bueno, resulta que muchas me han estado pidiendo maratón y la verdad es que me encantaría, en serio, pero... Si hago maratón me quedo colgada con los capítulos siguientes y eso me parecería más cruel aún con ustedes, créanme que no es por ser autora malvada ni por mantener la intriga (porque sé que estamos en momentos álgidos, jejejeje 😈). Por el momento, intentaré compensar con este capítulo antes del tiempo normal de actualización... ☺️☺️
¡Gracias por todo su apoyo, como siempre!
Besos gigantes y... ¡a leer!
Fan1Read
-------
—Espera, espera. ¿Me estás diciendo que su ex novia le escribió de repente, él le contestó en el acto, chatearon como si nada y luego él la llamó y hablaron por teléfono?, ¿así nomás?
Apreté los párpados.
—Gracias por ese resumen, Nathan. Lo hiciste sonar mucho más real.
—Lo siento, Lizzy. Es que me tomaste algo desprevenido... Y no le veo mucho sentido a la historia.
—¿Sí?, pues yo tampoco —exclamé—. Dos años sin hablarse, dos malditos años, pero en medio segundo ya están riéndose juntos otra vez. ¡Por supuesto que no tiene ningún sentido!
—Vale, vale. Primero que todo tranquilízate, ¿sí? Respira... Con calma... ¿Mejor? Ok, primero que todo, ¿me puedes explicar por qué te pones así?
Si no estuviéramos hablando por teléfono, seguro ya le habría estampado algo en la cara, lo primero que encontrara. Pero como no lo tenía en frente tuve que contentarme con respirar muy profundo y soltarle con un tono de reproche que no pude evitar:
—Tú sabes por qué.
Hubo un silencio que ni siquiera me molesté en interpretar. Finalmente Nathan se aclaró la garganta.
—Mmm... Okay, sí. Pregunta tonta, lo siento. Entonces...
Me tumbé en la cama y me tapé el rostro con las manos.
—No sé, Nathe —susurré—. Se veía tan feliz.
—Mira, no estuve ahí, no puedo juzgar al respecto, pero creo que tal vez estás exagerando. Digo, tiene lógica que le haya alegrado hablar con ella, más si la quería tanto como dices, pero tampoco es para que entres en esa depresión. No significa que mágicamente se haya esfumado lo que siente por ti, ¿vale?
Aunque en teoría lo decía para tranquilizarme, lo que consiguió fue todo lo contrario: sentí las lágrimas asomarse y me las limpié bruscamente, enfadada conmigo misma.
—No es justo —murmuré—. No es justo, no es justo.
—Lo sé, linda. El amor es un asco, pero...
El que me dijera "linda" fue suficiente para que mis lágrimas fueran imposibles de retener.
—Joder, odio a las chicas que lloran por hombres —repuse en un intento desastroso de no permitir que se deslizaran por mis mejillas. Escuché a Nathan reírse suavemente, pero eso no me divirtió ni un poco—. La invoqué, Nathan. La invoqué, maldita sea. Nunca hablábamos de ella, pero justo cuando empieza a dejar de ser el tema tabú... ¡boom!, ¡aparece!
—Oye...
—¿Sabes que hasta la mujer de la tienda la conocía? —seguí hablando—. "Oh, debiste haberlos visto, hacían una pareja hermosa. Eran tan lindos. Siempre pensé que estarían juntos toda la vida".
ESTÁS LEYENDO
Ahora déjame flecharte
Teen FictionFléchame #2 ¿Quién diría que había logrado conquistar al chico más terco del universo?, ¿por qué sigue insistiendo tanto?, ¿es que acaso no le bastó con darse cuenta del asco de persona que soy?, ¿por qué se empeña en hacerme más difícil el intentar...