Capítulo 32

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Andrew's POV

Becky iba a enloquecerme. Sí, era genial y todo, pero me iba a enloquecer. ¿Cómo podía aguantársela Daniel? Eso sí era amor, por Dios santo.

—¿Y ya arreglaste lo de la torta? Recuerda que nada de nueces, almendras, cacahuates, ni nada por el estilo.

—Lo sé —murmuré llevándome la mano a la sien. Ya me empezaba a doler la cabeza.

—Genial, también hay que tener lista toda la comida y... ¡Oh, Dios mío, tenemos que decorar la casa! ¿Y ahora qué hacemos?

—Por algo tenemos gente dentro —recordé de mal humor.

—Sí, pero no confío en el gusto de su familia.

—¡Su mamá es decoradora de interiores! —exclamé a punto de ponerle una mordaza en la boca.

—Sí, pero... De igual forma. Tenemos que entrar y ayudar a decorar nosotros mismos. ¿Me ayudas, cielo?

Daniel hizo una mueca que transformó rápidamente en sonrisa.

—Claro, ¿cómo no?

—¡Bien! Pero necesitamos tiempo... —pegó un brinco y me señaló—. ¡Andrew, distráela!

—Es sábado, va a estar trabajando. Tienen todo el tiempo del mundo.

—¡¿Qué?! —gritó—. ¡Dios, lo olvidé!, ¡entonces hay que sacarla de ahí! ¿Hasta qué hora es su jornada?

Estaba a punto de responderle que todo estaba listo y que simplemente dejara que cada quien se encargara de lo suyo sin molestar a los demás (excelente indirecta), cuando Lisa apareció justo detrás de Becky y tuvimos que cerrar la boca inmediata y demasiado sospechosamente.

—Uh, estaban hablando mal de mí, ¿no? Los pillé —exclamó ella sentándose a mi lado.

—Obvio no —Becky soltó una risa forzada—. Le estaba diciendo a Daniel que... Tenemos que ir a la biblioteca, ¿verdad? ¡Los dejamos!

«Traidora»

Becky agarró a su novio de la mano, y sin dejarlo rechistar, lo arrastró lejos. Lisa me miró y arqueó las cejas.

—¿Y ahora qué demonios están planeando?

—Nada. Ya sabes cómo es Becky. Piensa que si nos deja solos vas a confesar tu amor por mí.

Lisa rodó los ojos, pero pareció satisfecha con la explicación. Hey, eso de improvisar se me daba bien.

—Oye, ¿tienes planes para mañana? —soltó de golpe.

La miré con desconfianza antes de decir lentamente:

—No, ¿por qué?

—Hum, porque estaba pensando en que fuéramos a cine y comiéramos algo. ¿Qué opinas?

Guardé silencio un momento.

—¿Tú y yo o...?

Lisa se rió y luego dijo tímidamente:

Ahora déjame flecharteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora