Ya había anochecido cuando lo escuché llegar. La arena de la playa empezaba a estar fría. El cielo aun guardaba algunos tonos azules y la luna llena brillaba de un color naranja.
-Mi hermana me ha dicho que te encontraría aquí.
No dije nada. Las farolas del camino de la playa estaban apagadas. Cualquiera habría visto nuestras siluetas, pero con la poca luz que había no creo que nos hubiera reconocido nadie.
-Me ha dicho que has venido a buscarme a casa. ¿Que querías? -preguntó.
-Nada -dije sin tan solo mirarlo. Sí yo le había dicho a Nerea que la había ido a ver a ella, pero ella le había dicho a Mateo la verdad: que había ido a su casa sólo por él.
Se sentó en la arena justo a mi lado. Bufé.
-¿Te pasa algo? -preguntó.
-Mañana tenemos un examen, ¿no te acuerdas?
-Que le den al examen -dijo seriamente-. Que le den a todo. Ahora dime que es lo que de verdad te pasa.
Estuve un rato en contestar. No porqué no supiera lo que decir, sinó porque no sabía por donde empezar a contarle todas y cada una de las cosas que me preocupaban, todas las cosas que me impedían ser feliz.
-Estoy cansado de todo -me atreví a decir al final-. Nada me motiva. Sólo me gustaría irme lejos, a algún lugar donde no haya nadie, desaparecer de este sitio.
"Contigo", pensé.
-Te entiendo -dijo él.
Noté sus ojos clavados en mi, aun que no pudiera verlos. Acercó su mano a la mía, estuve a punto de apartarla pero él me la cogió. Me mantuve callado, sin decir nada.
-¿Te puedo confesar una cosa? -Me preguntó.
-¿Que cosa?
-A mi también me gustaría escapar de toda esta mierda.
Su respuesta me sorprendió. Él tenía amigos, una buena familia, una novia que le gustaba, sacaba buenas notas, ... hasta físicamente era perfecto perfecto (a mí al menos me lo parecía). Básicamente era todo lo que a mi me hubiera gustado ser. ¿Y a todo eso lo llamaba mierda?
-Estoy cansado de tener que sonreír, de hacer buena cara aun que no me apetezca- le temblaba la voz-. A mi también me gustaría irme lejos.
Me estrechó la mano.
-La gente dice que le gustaría irse lejos, pero nunca lo hace -le dije-. Hablar es muy fácil. Mucho más que actuar.
-Yo no estoy hablando con simples palabras, te lo digo a ti porque te lo estoy pidiendo, es lo único que deseo. Creo que eres el único que puede entenderme. Quiero dejar de aparentar lo que no soy por el mero hecho de gustar a ciertas personas.
-No entiendo que quieres decir. ¿Qué me estas pidiendo?
-Que si decides irte lejos que me lleves contigo -contestó al instante.
-No sé si seré capaz. Como ya te he dicho hablar es más fácil que actuar y...
-Insisto en que lo hagamos juntos. De esta forma sera más fácil, apoyándonos el uno a otro, codo con codo, seguro que podremos. Por favor, vayámonos juntos mañana mismo. Bien lejos.
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Secretos De Un Heterosexual [En revisión]
Roman d'amourNunca me había imaginado con un chico. Hasta que apareció él. [Basado en hechos reales]