36- Últimas horas

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El lunes anterior cuando salí del instituto Mateo me vino a buscar en su moto. Casi nunca solía hacerlo, por eso me puse tan feliz y, al verle, me costó reprimirme. Pero al final chocamos nuestros puños, como solía hacer con el resto de chicos que le conocían. Algunos de mis compañeros de clase le rodearon para preguntarle que que tal estaba y porque había dejado el bachillerato. Ninguno de ellos sabía nada de su desconocida enfermedad. 

-¿Dónde vamos a ir hoy? -le pregunté.

-A comprar ropa -me dijo con su sonrisa de siempre.

-¿A comprar ropa para qué?

-Es que no puedes ir vestido de cualquier manera al sitio donde te voy a llevar éste viernes. Te vamos a comprar ropa elegante.

-¿Que sitio? -le pregunté.

-Ya lo verás -soltó una carcajada. Poderle ver reír tan de cerca, preparándome sorpresas,... era difícil de creer que eso fuera la realidad.

-Pero,... ¿Y tus padres? -le pregunté en voz baja.

-No te preocupes por eso. Mis padres se piensan que vamos a salir con Nerea y su amiga en plan cita doble o yo que sé. Que más da. ¿Quieres confiar en mí por una vez?

Llegamos al centro comercial y le seguí hasta una tienda de esas que a primera vista se ve que son caras. 

-Mateo,... yo no sé si tengo tanto dinero para,... 

-No te preocupes por el dinero -me interrumpió-. Toma, pruébate esto -me dijo dándome unas cuantas camisas y pantalones. 

Me encerré en el probador, me cambié de ropa y salí para que Mateo me viera. El me estaba esperando con una sonrisa de oreja a oreja. El se había probado una americana que le quedaba genial. Estaba precioso.

-Te queda bien. ¿Quieres que entre a ayudarte?

-Como quieras.

Mateo entró conmigo al probador y cerró tras de él. Me empujó con suavidad contra la pared y empezó a besarme. Me desabrochó el pantalón y metió su mano sin contemplaciones. Mi miembro notaba como se iba haciendo más grande contra la palma de su mano. 

-Y esto es otra ventaja de ser gay -me susurró al oído-. A nadie se le va a pasar por la cabeza que dos chicos están haciendo esto en un probador. 

Entonces se puso de rodillas y sacó mi pene de mis pantalones para metérselo en la boca. Dejé que hiciera lo que el quisiera, me dejé llevar por sus labios y su lengua en mis partes. Encerrados en ése probador, nadie podía darse cuenta de lo que estaba pasando, sólo imaginarían a un amigo ayudando a otro a escoger la ropa.

Me corrí al poco tiempo casi instantáneamente. Mateo tragó y se limpió lo que le había quedado fuera de la boca con la manga de esa americana tan cara que se había probado. 

-Pues a mí me parece bien lo que has escogido -dijo después poniéndose de pie-. ¿Vamos a pagar?

Le besé en los labios y nos cambiamos antes de salir del probador. Mateo me miró dedicándome otra de sus sonrisas que no se le borró hasta que nos despedimos. 

Esa fue la última vez que le vi sonreír. 


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Como siempre daros las gracias a todos los que seguís aqui y a los nuevos que llegan! Un abrazo enorme!

Me alegra ver que os van gustando los nuevos capítulos. Espero que este también guste y me comenten que les ha parecido este capítulo.

Se os quiere ❤❤❤❤❤❤ 

Secretos De Un Heterosexual [En revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora