21- Cambio

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Vivía esperando a que algo de golpe cambiara. De vez en cuando, y para no volverme loco en ese apartamento de mierda, salía a caminar. Paseaba tranquilo, despacio, mirando al cielo despejado, vestido siempre con la ropa del día anterior. Iba hasta el lugar donde me había llevado Mateo ése día y luego volvía a la casa.  Ojalá pudiera haber regresado a mi otra casa, la de mis padres. Pero alli no llegaban autobuses ni trenes, solo con un taxi o la moto de Mateo podría haber vuelto. Pasaba de llamar a mis padres para que me vinieran a buscar y descubrieran lo pringado que era su hijo. Además, tampoco estaba tan mal en ese apartamento, pues podía hacer siempre lo que quisiera. Lo único que me faltaba era un poco de compañía. De su compañía. 

Y después, tras una larga espera, o almenos a mi, se me hizo muy pero que muy larga, el cambio llegó. 

-Yo a ti te conozco...

Me di la vuelta y vi a un chico más alto que yo, moreno de piel, pelo corto, con su camiseta de tirantes e iba montado en una BMX ¿Cómo se llamaba ése chico?

-¿Jaden?

-Ese soy yo. ¿Que haces por aqui?

-Nada, pasear un rato -dije nervioso. Después de lo que me había contado Mateo de Jaden no me apetecía hablar con él.

-Yo estaba volviendo ahora a casa. Si no haces nada, por qué  o te vienes a jugar a la consola? -Entonces me di cuenta de lo que tenía en frente de mi. Por fin alguien con quien pasar el rato, algo que por fin me podría llenar.

-Vale, no veo porque no,... si no estoy haciendo nada.

-Perfecto. Súbete si quieres.

Me monté en la BMX detrás suyo con mis manos en sus hombros. En dos minutos estábamos en su casa. Era un piso de un bloque a pie de la playa.

-Ya estoy en casa -chilló.

Nadie contestó. Me hizo una señal y le seguí a su cuarto. Me enseño algunas cosas que el consideraba valiosas sentimentalmente. Cosas que a mi me importaron una mierda. Jugamos al Tekken, sentados en una especie de pouf, con las piernas cruzadas, con lo que nuestras rodillas se rozaban. Por fin un poco de contacto humano después de tantos días. Sin darme cuenta, y aun que Jaden me apalizaba todo el rato a ese juego de mierda me lo acabé pasando muy bien.

No sabría como explicar lo que pasó luego. Antes de irme me abrazó para darme las gracias por haber venido. Un gestó que a mi me pareció raro. Y luego me dio un pico. Un pico decidido y largo. Yo ni me aparté.

¿Se podía llamar eso cuernos a Mateo? Seguramente ya se habría olvidado de mi. Y si no fuera así, Mateo llevaba acostándose conmigo mientras seguía con su novia. ¿Que había de malo en hacer lo mismo que el había hecho?

Me acerqué a Jaden otra vez sin poder contener mis ganas de devolverle el beso. 

Secretos De Un Heterosexual [En revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora