24- Confianza

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Mi voz se quebró.

-Jaden -suspiré.

-¿Que dices? -dijo Mateo confuso.

No podía mentirle. No podía decirle algo que no fuera lo que había encerrado en mi corazón, todo lo que en realidad había sentido por Mateo lo había guardado bajo llave esperando a que me olvidara de ello. Pero no podía. Me aferré a su pecho, intentando ocultar mis ganas de llorar todo lo que pude.

¿Que pensaría de mi si mi viera llorar? Yo sólo era su amigo especial con derecho, no me quería como yo pensaba que lo había querido.

"El amor no existe" - esas palabras de Mateo se repetían una y otra vez en mi cabeza. Entonces, si el amor según Mateo no existía, ¿por qué había vuelto a por mi? ¿Por qué lo había dejado todo por mi? ¿Estaba haciendo todo aquello por lo que él denominaba "impulsos sexuales"?

-Por favor, dime que esta pasando -insistió Mateo.

-Perdóname y prométeme que no te volverás a ir. Es lo único que te pido.

-¡Y yo lo único que te pido es que me digas lo que esta pasando! ¿Quién hay en el baño?

Mateo empezó a dirigirse a la ducha. No parecía enfadado, sólo curioso.

-¡Espera!

Intenté cogerle de la camiseta, pero no pude. No tenía fuerzas. No había nada más que hacer. El daño estaba hecho. Lo había estropeado todo. Allí se acabaría todo. Me fuí desmoronando poco a poco hasta dejarme caer en el sofá.

Entonces Jaden salió tal cual lo había dejado en la ducha. Mojado de pies a cabeza y desnudo.

-¿Que haces tu aqui? -le preguntó Mateo haciéndole un repaso de pies a cabeza.

-Tu amigo me ha invitado -dijo Jaden.

-¿Por qué? -Mateo se giró hacia mí, pero cuando me vio en ése estado su cara cambió.

Mateo se acercó a mi y me abrazó.

-No tienes porque ocultarme nada. Quiero que confíes en mí, como yo estoy confiando en ti ahora mismo. Y creo que nunca antes había confiado tanto en nadie.

En ese instante por fin pude volver a notar ese calor que él desprendía. Sus brazos rodeándome, su respiración en mi hombro. De golpe sentí que recuperaba mis fuerzas, de golpe sentí que podía hablar, que necesitaba hablarle.

-Estos días.... me he dado cuenta de una cosa, Mateo. He sentido que es estar solo. Más bien dicho, lo he vuelto a sentir, pues siempre lo he estado. Pero después de estos días que pasé contigo se me había olvidado. Entonces apareció Jaden, y no pude evitar aferrarme a él como había hecho contigo solo para que desapareciera esa soledad. Lo he conocido y creo que os podríais llevar bien, si olvidaras lo que pasó hace tantos años. Tu quizá nunca lo llegues a entender porque siempre has tenido amigos pero...

-Perdóname. Sé lo que me quieres decir. Ha sido mi culpa, por no ser claro des del principio. Tendría que haber hablado más contigo los días que he estado fuera. Pero pocas veces hemos hablado por teléfono o por mensajes, siempre hemos sido más de decirnos las cosas cuando estamos el uno delante del otro, y esto es lo que me gusta de ti.

Mateo me besó otra vez. Por la manera como lo hacía supe que quería hacerlo, y entonces, sin que nuestros labios se separasen, cogió a Jaden por la muñeca y lo acercó a nosotros.

Secretos De Un Heterosexual [En revisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora