40

147 19 2
                                    

— Jun, yo no me siento bien con esto, no sé qué es lo que me pasa pero... Creo que te quiero — Soltó de pronto, afirmandome por los hombros y mirándome directamente a los ojos. ¿Qué clase de bizarro sueño estaba teniendo? Ah, es cierto, no era un sueño.

— ¿Qué...? Erick, creo que te estás confundiendo, tú me odias, siempre lo has hecho así que no me vengas a decir esta clase de cosas... ¿Sabes que todos los malditos problemas psicológicos que tengo son por tu culpa? Ahora dejame tranquila, necesito irme — Le dije de forma muy cortante y desviando la mirada para parecer fría pero lo cierto era que su confesión me había pillado desprevenida y estaba muy nerviosa.

— Lo sé, ya sé eso pero ¿Puedes  por favor darme una oportunidad? Realmente quiero mostrarte todo lo bueno que puedo ser... — insistía él caminando detrás de mí como si fuera un niño pequeño, pero su paciencia se agotó rápidamente.

Sentí cómo me abrazaba por la espalda y me apagaba a él para poder apoyar su cabeza en mi hombro.

— Por favor Jun, esto me está matando... Realmente te quiero mucho y... No sé cómo acercarme a ti, sólo dejame mostrarte lo que puedo ser por ti y luego decide si quieres alejarte de mí o no — Me susurró suavemente, y yo estaba hecha piedra. ¿Qué imagen tenía Erick de mí?

— Erick, tengo una cita, dejame ir y mañana hablamos de esto — Respondí sin mover un solo músculo, a la espera de que él me dejara libre.

— No, no voy a dejar que vayas a ninguna cita que no sea conmigo —

PiscisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora