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— Mirna, escucha, no es lo que parece, yo — Estaba tratando de explicarle la situación, habiéndome alejado al instante de Tristán con el rostro del mismo color que los labios de mi "mamá" y estrujandome las manos.

Sentí cómo el cuello y la frente empezaban a sudar mientras que Tristán se ponía de pie detrás de mí y Mirna nos observaba drásticamente... ¡Si amar es un delito, me declaró culpable! ... Ay, creo que me falta el aire.

— Pff... Jun, ¡Debiste ver tu expresión! Santo cielo, ¿Por qué no te grabé? ¡Tendría algo por lo que molestarte de por vida! — Empezó a decir de pronto mi querida madre entre risas. Cabe mencionar la ironía.

¿Qué pasaba con ella? Es decir... Si, era infantil e inmadura ¡Pero nunca pensé que tanto!

— Hola Mirna, ¿Cómo va todo? ¿Qué tal el trabajo? — Le pregunto Tristán, pasando por mi lado para besarle cariñosamente una mejilla.

Esperen... ¿¡Qué está pasando aquí!?

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