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- ¡Sueltame! Ya viste lo que pasó ahí abajo, no te quieren, de hecho te desprecian... ¿Así que por qué no dejas este juego y simplemente aceptas las cosas como son? - Le decía con voz ronca, tratando de zafarme de su agarre pero era demasiado fuerte.

- Mira mocosa mal criada, aquí yo soy el que impone las reglas, sé que algo le hiciste a mi pueblo para que reaccionara de esa manera, ¡ellos me aman! - me respondió entre risas nerviosas y tirones... Este tipo esta loco.

- Júpiter... Ya basta, nada de lo que haces tiene sentido... Mucha de la gente aquí pasa hambre por tú culpa, otros prefieren irse a vivir a otras ciudades bajo el mar... Creo que incluso estarían mejor en la superficie - le empecé a decir calmadamente para que se relajara y me dejara ir pero al parecer hice todo lo contrario.

Sin esperarmelo, se volteó y me propinó un fuerte puñetazo en el rostro, que me dejó un par de minutos tirada en el suelo, totalmente desorientada, y con un gusto a sangre en la boca.

- La superficie es para personas endebles y caníbales como tú... Ellos lo único que saben hacer es contaminar y destruir todo lo que los rodea... Matan a los seres más débiles, engañan, se roban entre ellos mismos y cuando ven que algo es diferente lo toman como conejillo de prueba y experimentan con él hasta que lo matan... Eso, mocosa, es lo que le pasó a tu padre, y no sólo a él, a muchos otros de nosotros, incluyendo al amor de mi vida... Así que no quiero volver a escucharte decir esas palabras, de hecho, no quiero volver a escucharte decir nada - Me decía entre llantos y risas, sonriendo como si se tratara de algo que hace gracia, y yo estaba en shock, no por su actitud, por su amenaza o por sus cambios de humor extraños...

Sino porque en el fondo tenía razón.

Me quedé ahí, tendida en el rocoso suelo, envuelta en algas y moluscos, esperando a que me asesinara con la daga que había hecho aparecer de alguna manera en su mano... ¿Qué más podía hacer? Estaba en todo su derecho...

Pero entonces algo vino a mi mente, una extraña sensación de calidez, Tristán.

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