Blanquito
Había huido lo más rápido que pude, dejando a la señorita Jun abandonada a su suerte... Era un cobarde y me odiaba por eso.
No sabía que hacer estaba tan lejos de la ciudad, cerca del valle Ballewn, la ciudad de las ballenas.
Tristán estaba muerto, Jun probablemente estaba presa y yo había pasado un día completo nadando sin rumbo fijo...
- Blanquito, ¡Tanto tiempo! - Me habló de pronto una voz que me resultaba familiar.
- ¿Trino? ¡Trino! Estas muy grande... Creo que incluso más que yo - Le dije algo entusiasmado a mi viejo amigo orca chocando mi cola con la de él.
- ¿Qué haces por estos valles? - Era cierto, qué estaba haciendo ahí... Y entonces se me ocurrió una idea.
-Trino, necesito tu ayuda y la de tu gente... Tristán encontró a la nueva reina de los siete océanos de la que te hablamos una vez pero Júpiter la tiene presa ¿Crees que estén dispuestos a ayudar? - Pregunté con la única esperanza que había surgido.
- No lo sé, sabes que no son muy amigos de los híbridos... Pero lo consultare, esperame aquí, no quiero que piensen que has venido sólo por eso, ya sabes cómo son de fastidiosos - y sin decirme más se marchó.
Haría que las ballenas me acompañarán a la ciudad, mataría a la maldita de Rubí y entonces salvaría a Jun. Si Tristán no estaba con nosotros yo me encargaría de cumplir su sueño de libertad.
Pasaban las horas y mi amigo no llegaba, hasta que de pronto vi una enorme cantidad de ballenas nadando hacia donde yo estaba... Me sentía como una hormiga en reunión de humanos.
- Blanquito hijo del mar, hermano de Tristán hijo de Letto... Hemos decidido aceptar tu propuesta a cambio de que nls permitan cazar en los territorios bajos - Me dijo uno de los representantes del pueblo.
De todas formas no había problema, el territorio bajo nadie lo usaba y a Júpiter no le interesaba porque pensaba que ahí casi no habían especies, el muy idiota.
- Claro, estoy seguro que la nueva reina estará feliz con eso - y diciendo esto nos fuimos a la Bluefell.
En el trayecto nos topamos con una pequeña tropa de soldados que viajaba con un extraño bulto envuelto en algas, y la persona que los lideraba era la que yo había estado pensando en devorar.
Les pedí a todos que me ayudaran a matar a los soldados y entonces me fui a toda velocidad contra Rubí, masticando salvajemente su gruesa cola y arrancando gran parte de uno de sus brazos, sin darle tiempo ni para que reaccionara pero no termine de devorarla porque hubo algo que más llamó mi atención...
El cadáver de Tristán aún no se transformaba en espuma, y por lo que pude deducir, Rubí lo llevaba hacia la curandera para que lo reviviera, al menos debía agradecerle aquello.
- ¡Chicos, rodeen la ciudad! Yo debo hacer algo antes de que ataquemos - y me fui a toda velocidad hacia mi amigo, que seguramente, aún tenía un respiro de vida.
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Piscis
RandomYo, Jun Blue Adams, solía ser una chica solitaria, fanática por los libros y mi peludo amigo Snake. Llevaba una vida tranquila y silenciosa... Como a mi me gustaba, pasaba desapercibida y así sería por siempre pero entonces Erick, el chico más popul...