Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 11

Luna's Pov.

Lo poco que estudié el día de ayer con James me fue suficiente para saber que al menos sacaría un 7 en el examen y eso era suficiente.

Me apresuré a salir del campus y dirigirme a la cabaña con la manada. Mi plan era sencillo, solo tenía que convencer a los chicos, ya que el día de ayer no estaban muy felices.

Llegué en menos de lo que esperaba, toqué la puerta y Erik me abrió.

— Hola. — sonreí.
— Hey. — respondió —. Pasa, adelante.

Sonreí y al entrar me encontré con los chicos, todos sentados en la sala.

— Hola, chicos. — sonreí — ¿ya cambiaron de opinión?
— Luna, tu plan es muy tonto. — soltó de golpe Christopher.
— Auch — exclamé riendo—. Bueno, si no quieren ayudarme... lo haré yo sola. — suspire.

Mi plan era simple, era obvio que la persona que me cito no estaría sola; así que yo tampoco lo estaría. Quería atacar y matar a todos o al menos dejarlos inconscientes, dejar vivo al líder y después torturarlo hasta saber que trama. No era tonto, más bien; ellos no sabían apreciar un buen plan.

— Nos vemos luego, chicos. — sonreí. Salí de la cabaña, cerré la puerta detrás mío y camine a paso lento.
— No podemos dejar que vaya sola. — escuché que James susurró.
— Pero tampoco podemos ir todos, Luna quiere hacer una masacre... es muy arriesgado, tanto para nosotros como para todos los seres sobrenaturales. — susurró de nuevo Kendall.
— Pero si no vamos, ella lo hará sola. — susurró Joel.
— Solo iremos tres. — habló Logan.
— Iré yo. — dijo James y podría jurar que aunque no lo estaba viendo, se levantó en pose heroica.
— También voy, Luna me salvó. — dijo esta vez Zabdiel
— Ella es nuestra alfa. También voy. — exclamó Kendall.

Los chicos se despidieron del resto, podía sentir como los tres se acercaban a la puerta, cuando James tomó la perilla y la giró fue cuando usé mi velocidad y salí corriendo del lugar hasta el Internado.

Cuando llegue sabía que no tenía mucho tiempo hasta que ellos me siguieran o me rastrearan, así que empece a analizar la situación.

—Hola, Luna. —apareció Alonso de pronto. Salte del susto.
— ¡Maldita sea Villalpando! ¿Qué haces aquí? —pregunté.
Él rió. — Lamentó asustarte, escuche que alguien te citó. — sonrió.
— ¿Fuiste tú? — pregunté con intriga.
—Fui yo. —apareció otro de los chicos del clan de Villalpando. ¡Maldita sea! Tengo que aprenderme los nombres de todos.
— Ah, hola... ¿tú eres...?
— Bryan, Bryan Mouque. — sonrió.
—Ah claro... — sonreí al recordarlo cuando Andrés me dijo sus nombres —, bueno Mouque, ¿para qué me citaste?
—Yo le pedí que te trajera acá. —me interrumpió una voz que reconocería en donde sea.
—¿Y ahora? ¿Tú que quieres? —pregunté molesta.

¿Como se atrevía a citarme después de lo qué me hizo?

Dentro de mi sentí que mi cuerpo cambiaba y estaba demasiada enojada. Mire mis brazos, el vello comenzaba a aparecer y me sentía más pesada.

— Es simple, Luna... aunque hayamos tenido nuestras diferencias, aún nos importas, así que te estaremos vigilando ya que tú eres... —alguien se acercó a mi y susurro en mi oído —. La elegida.

¿Es enserio? ¿Otra vez con el cuento de que soy la elegida? No entiendo nada, es decir, ¿elegida de que? ¿Por qué soy yo? ¿Por qué a mi?

Rápidamente volteé y vi a Andrés mostrándome sus dientes en forma de sonrisa. Parecía el gato de Alicia en el País de las Maravillas.