Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 67

Luna's Pov

— ¡Luna, despierta! — gritaron en eco.

Me desperté de golpe, sentándome en lo que parecía ser el suelo. Mi respiración estaba agitada y me sentía húmeda, llena de mi propio sudor y lágrimas al parecer.

Aún estaba frente a mi ventana y todo afuera estaba oscuro, era de noche, ¿Qué había pasado? ¿Qué hora era?

—Dios, estas bien. Gracias a Merlin. — susurró a mi lado.

— ¿Liam? — pregunté sorprendida mirándolo.

— Dios, creí que te perdía. Si no hubiera sido por Canela, Dios, te juro que por un momento creí que no llegaría a tiempo. — susurró abrazándome por los hombros, me estrechó contra su cuerpo y sentí su aroma de tierra húmeda y eucalipto más fuerte que nunca. Eso me tranquilizó un poco.

— ¿Qué? ¿Canela? ¿Qué ocurrió? — pregunté confundida, lo único que recordaba era haberme quedado dormida mientras lloraba.

— Te estaba dando un paro cardiaco. Jos nos avisó, tuvo una visión del futuro en la que tú estabas colapsando y no dude en venir. Creí que te perdía. — susurró aún abrazándome, su aroma se volvió agrio haciendo que me diera asco. Suponía que se había preocupado y por eso el cambio de aroma.

— Asco. — susurre alejándome de él —. No te ofendas, pero tu aroma es demasiado agrio para mi gusto.

— ¿Mi aroma? ¿Lo sientes? — preguntó tomándome de los hombros. Parecía que estaba en shock.

— Si. — asentí — Puedo oler mis aromas también, aunque ahora solo pude identificar el de tequila con frutos rojos, los aromas ajenos se hicieron más fáciles de identificar. Creo que mis sentidos se agudizaron cuando pasó todo esto. — dije sin ser capaz de decirlo directamente.

Aún estaba asustada y sentía que si decía que mis emociones volvieron en voz alta, todo sería realmente real y me volvería a romper.

— Te extrañe mucho. — susurró para después volver a abrazarme, esta vez con su aroma natural en el aire — Es increíble que al fin identifiques tus aromas.

Las lágrimas volvieron a inundar mis ojos y esta vez las dejé salir sin pena, pero con una duda carcomiendo mi cabeza.

— ¿Por qué no fuiste por mi? ¿Por qué no fueron por mi? — pregunté con la voz rota y casi al instante, mi aroma que caracterizaba mi tristeza llenó el ambiente y sabía que él entendería el tema de mis preguntas.

— Tus padres nos lo prohibieron, Luna. — dijo separando nuestro abrazo —. Nos encerraron en Mundo Mágico, con barreras invisibles y nos obligaron a entrenar. A todos. Incluso a Harry, Zayn y Louis, los pequeños se salvaron, pero ellos en verdad creían que era lo mejor. Ahora nosotros lo entendemos, mírate, pareces una nueva tú. Una nueva Luna la cual está lista para patear traseros. — sonrió en grande.

No pude evitar reír sin gracia; — ¿Parezco alguien que está listo para patear traseros? Liam, me siento tan mal por todo lo qué pasó. Lo lamento tanto. — dije desviando mi mirada. No quería hacer contacto visual con él.

— ¿Te has visto en un espejo, Luna? Tu aspecto es igual en el que la profecía está descrito. Tus sentidos están mejorados y creo que no lo sabes, pero los fénix abandonaron el Bosque Mágico cuando Michael te trajo aquí. — dijo de pronto.

— Wow. Mucho texto. Espera ahí. — lo detuve —, ¿Michael me trajo aquí? — pregunté limpiando mis lágrimas.

— Es mucha información para ti ahora, ¿estás segura de querer salir de aquí? Parece que tu habitación es tu único lugar seguro ahora, es mejor que primero te tranquilices. — aconsejó —. Quiero decirte que nadie está molesto contigo, entendemos el porque se tuvo que hacer lo que se hizo. Es entendible que pienses que te abandonamos, pero no lo hicimos. Todo será más claro cuando estés tranquila y te contemos todo. — explicó envolviéndome en sus brazos una vez más, acercándome a si mismo.

— ¿Cómo están mis betas? ¿Y mi manada? — pregunté asustada de tan solo pensar que mis betas ahora eran omegas.

— Te tranquilizará saber que nadie es omega. — comenzó —. Ellos fueron los principales en quejarse al saber que estaba en el Bosque Mágico y más aún en invierno. Kendall y James fueron los que más protestaron — rió suavemente — Fue muy tonto porque Luke amenazó con fugarse con todos juntos en un estilo de rebelión. Ese beta en verdad es fiel a su alfa. Te aprecia mucho. — susurró sobando mi espalda.

— ¿Y mi clan? — pregunté acerca de los vampiros. Él rió.

— Jos y Alonso era los más molestos. Bryan y Fredy se la pasaron gastándole bromas a tus padres y Alan no hablaba con nadie que no fuese Bryan. Le afectó mucho. — comentó y yo suspiré — No tienes que verlos ahora, ellos se mueren por verte, pero está bien si por ahora quieres estar sola. Puedo irme si lo deseas. — dijo alejándose de mi.

Tome sus brazos obligándole a que siguiera abrazándome y yo lo abracé de vuelta esta vez, pegándome más a él. Subiéndome en su regazo y escondiendo mi rostro en su cuello junto a la glándula de su aroma en donde la tierra húmeda y el eucalipto era aún más fuerte y hacían a mi lobo tranquilizarse.

— Quédate. — susurré —. Mis hermanos vinieron temprano, pero no quise que me vieran de esta manera. Siendo que están tan acostumbrados a ver a una Luna diferente que ahora, siento que me juzgarán si me verán así de débil. No quiero. — susurré volviendo a sentir las lágrimas en mis mejillas.

— No eres débil Luna, ya no. Que perdieras tus emociones era una fase del plan que ya completaste. Eres más fuerte ahora, si alguien piensa que por tener tus emociones de vuelta eso te hace débil, que les jodan. No te conocen. — susurró de vuelta apretándome contra él.

— Gracias por estar aquí, Liam.

— Para eso están los amigos.

— Creo que eres la única persona con la que puedo romperme sin que me juzguen. Tú y los chicos, son como mi lugar seguro. Tú, Harry, Louis, Zayn... a veces Niall. — comenté— los cinco mi ayudan bastante. Gracias.

— Llora, Luna. Llora si eso es lo que quieres. Puedes romperte conmigo. Puedes llorar, gritar, golpearme si eso te hace soltar tus impotencia. Estaré para ti, siempre.

Asentí sintiendo como su camisa y parte de su cuello comenzaban a sentirse húmedas gracias a mis lágrimas. Me disculparía más tarde, su aroma me tranquilizaba y sus brazos me hacían sentir segura. Agradecía mucho su compañía en estos momentos, solo esperaba que lo que decía fuese cierto.

Ya no quería sentirme débil, pero principalmente, ya no quería que siguiera definiendo mi futuro por palabras escritas en piedra. Quiero cambiar eso y lo haría si me fuese posible, por ahora no era una opción y los brazos de Liam eran demasiado cómodos como para pensar en las opciones.