Internado de Vampiros y Hombres Lobo [Libro #1]

Capítulo 15

Luna's Pov.

— Luna, debes de cancelar esa cita. — comentó por quinta vez James algo enojado.
— ¿por qué debería?
— Porque él no es lo que tú crees Luna. Se porta lindo contigo y solo te romperá el corazón. — habló esta vez Kendall.
— ¿Por qué creen que tendré algo con él? Ni siquiera es una cita, no me gusta el chico. Agh. ¿Por qué les tuviste que contar Zabdiel? — pregunté irritada hacía mi amigo.
— Tenían que saberlo, Luna. No me disculparé si es lo que esperas.

Después de clases, reuní a mi manada en la cabaña que estaba en el lago, mi objetivo era hablar acerca de lo qué pasó la noche anterior, sin embargo, Zabdiel sacó el tema de mi cita con Jack y todo se salió de control.

— ¿Por qué no simplemente me cuentan que es lo qué pasó? Ya me harté de los secretos, se supone que soy su alfa, deberían de tenerme confianza. — hablé algo triste. Todos se miraron entre sí, seguro pidiéndose permiso unos a los otros para poder hablar. Se quedaron así cerca de un minuto y medio, hasta que Erik habló.
— Es que Luna...
— No, está bien. Me quedó claro. — tomé mi mochila algo enojada y triste. Salí de la cabaña y rápidamente el frío viento chocó contra mi cara.

Solo quería estar sola, encerrada en mi habitación, no ver a los estupidos de mis amigos y sumergirme en mis tareas hasta que sea de noche, sin más suspiré con cansancio y cuando estaba a punto de dar un paso, me encontraba en mi habitación. Me había teletransportado otra vez.

Esta vez, no quise llenar mi mente con preguntas acerca del tema, así que solo me dispuse a hacer tarea. Era lo mejor que podía hacer.

(...)

Eran cerca de las seis de la tarde, ninguno de los chicos había ido a verme. Una parte de mi lo agradecía bastante porque no quería hablar con ellos, por otro lado, quería que al menos James viniera a ver cómo estaba, pero, no lo hizo. Ninguno de ellos lo hizo.

Tenía hambre y mi nevera estaba vacía. No tenía otra opción más que ir a la cafetería y comer algo; así que tome mi celular y llaves de mi habitación, salí de esta y me dirigí al elevador para poder salir y dirigirme a la cafetería.

No conté con que hubiera tantas personas, me di cuenta hasta que todos voltearon a verme cuando abrí las puertas de esta misma.

Caminé algo nerviosa hasta la barra, al pasar al lado de una mesa repleta de vampiros, mi oído se agudizo y pude escuchar la conversación de dos chicas, una rubia y una castaña.

—¿Ya viste? — señalo la castaña hacía mi dirección, la rubia me miró.
—¿Es la hija del director Bolio? — preguntó inspeccionándome.
—Eso parece — contestó su amiga
—¿No se supone que ella estaba muerta?

Dios, ¿por qué todos siempre preguntan lo mismo? ¿Con quien carajos me confunden? ¿Tan idéntica soy?

—Al parecer no, esta vivita y coleando. — comentó la castaña.
— Esto lo tiene que saber el resto de la escuela.

La rubia sacó su teléfono, tenía la intención de sacarme una foto; sin embargo, reaccioné y me dirigí a paso rápido hasta ella arrebatandole el teléfono de sus manos y aplastándolo.

—¿Se te perdió algo? —Pregunté con un ligero enojo.
—Y-yo... Lo lamento, tanto... No era mi intención. — Tartamudeo asustada
— La próxima vez que quieras sacarme una foto —le entregué su teléfono aplastado—, mejor pídemela. —sonreí.

Me alejé de ambas a paso lento, no sabía de donde había salido todo aquello, nunca fui capaz de empezar algún tipo de "pelea", siempre intentaba mantenerme alejada de todo aquello. Ni siquiera sabía con exactitud lo que me pasaba.

Me sentía perdida, mis amigos estaban molestos conmigo y ahora le debía un teléfono nuevo a la chica rubia. ¿Qué se supone que debes hacer cuando estás perdida? ¿Qué haces cuando no encuentras una salida? ¿Qué se supone que debía hacer ahora? ¿Disculparme con la chica? ¿Con los chicos?

—Hey. — Jack llegó a mi lado interrumpiendo mis pensamientos.
— Hola Jack — sonreí.
— Ouch, creo que alguien olvidó algo importante.

Mire a Jack por unos minutos, me tomó unos cuantos más darme cuenta de que había olvidado.

¡Soy una estúpida! ¡Había olvidado la salida al café con Jack!

— Dios, Jack... Lo lamento tanto. — Hable rápidamente, en verdad me sentía apenada.
— No te preocupes, Luna. Seguro tenías cosas que hacer. — Sonrió, aunque me pareció mas una mueca.
— No, dios. Soy una tonta, lo lamento tanto. Hoy no ha sido mi día, déjame compensartelo.— pedí.
— Pues si ahora tienes tiempo, podríamos ir por el café. — Sonrió, ahora si era una sonrisa.

Empezaré a hacer las cosas bien. Probablemente no salgan como las planee, pero, por algo se empieza.

— Claro Jack, ¿Vamos? — Me levanté de la silla y ambos salimos de la cafetería.

(...)

— Y bien Jack, cuéntame, ¿Cuál es tu poder? — pregunté probando un poco de mi latte.
— No es la gran cosa en realidad. — me miró con un ligero sonrojo. No todos los días ves a un híbrido sonrojado, mucho menos hombre. Eso era nuevo y me agradaba.
— Cuéntame. — sonreí.
— Bien, mi poder lo heredé de mi tatarabuelo, es la electricidad. — tocó mi mano y sentí un pequeño toque, esperen, ¿dijo que lo heredó?
— ¿Lo heredaste? ¿Cómo así? — pregunté con duda, los vampiros no mencionaron nada, mucho menos mi manada.
— Si, ¿no sabías? Los poderes que tienes no los tienes porque si, todos se heredan y de ahí sale una rama genética. Annie, mi hermana menor, tiene el poder azul, este consiste en que si ella toca cualquier cosa de este color, lo convierte en energía eléctrica. Se podría decir que esa es la rama genética de mi familia desde que somos vampiros. La electricidad. — sonrió.

Al parecer mi manada no son los únicos que me han estado mintiendo este tiempo. Ahora tampoco confío en los vampiros.

— ¿crees que puedas hablarme más de los vampiros y licántropos? Quisiera saber más de ambas razas. — comenté.

Seguro me enseñarían varias cosas en la escuela, pero, tardaría mucho en conseguir respuestas y si mi manada o el clan de vampiros no me querían dar respuestas, las conseguiría por mi cuenta.

Además por lo que he escuchado; soy la elegida, ¿no? Tal vez Jack sepa algo de eso.

Lo averiguaré.